Una larga marcha de 23 a?os de negociaciones
Las relaciones de Espa?a con la CEE tienen su inicio en la carta que el fallecido ministro de Asuntos Exteriores espa?ol Fernando Mar¨ªa Castiella dirigi¨® el 9 de febrero de 1962 al presidente del Consejo de Ministros comunitario, Michel Couve de Mourville, para pedir la apertura de negociaciones que posibilitaran la vinculaci¨®n de Espa?a al organismo europeo. Ya antes, en diciembre de 1960, Espa?a hab¨ªa nombrado al marqu¨¦s de Casa Miranda jefe de la misi¨®n diplom¨¢tica ante la CEE. Aunque las pretensiones se basaban en un acuerdo de asociaci¨®n, se establec¨ªa el deseo de una futura y plena integraci¨®n.Los impedimentos institucionales -la necesidad de un sistema democr¨¢tico para aspirar a ser miembro de pleno derecho de la CEE- dejaban entonces reducidas las pretensiones espa?olas al plano de simple acuerdo comercial, ¨²nico posible, que la CEE no pareci¨® considerar oportuno al contestar a la petici¨®n con un lac¨®nico acuse de recibo. Pero el primer paso estaba dado. Dos a?os despu¨¦s, cuando en junio de 1964 Espa?a ingresa en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) y recuerda su petici¨®n a la Comunidad, el Consejo de Ministros de la CEE da luz verde al inicio de las conversaciones, que comenzaron formalmente el 9 de diciembre de ese a?o.
En 1965, el embajador ante la Comunidad, Alberto Ullastres (nombrado el 21 de julio de ese mismo a?o), presenta un memor¨¢ndum con las razones que argumentan la solicitud espa?ola. El 19 de julio de 1966 comienzan las negociaciones, que se interrumpen en febrero de 1967, ya que la Comisi¨®n rechaza la aceptaci¨®n ¨ªntegra de las demandas espa?olas de crear una uni¨®n aduanera y econ¨®mica. Sin embargo, el 11 de julio el Consejo de Ministros de la CEE decide abrir de nuevo las negociaciones con Espa?a.
El acuerdo de 1970
Las primeras aspiraciones espa?olas se cumplen el 29 de junio de 1970, cuando el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Gregorio L¨®pez Bravo, firma en Luxemburgo el acuerdo comercial preferencial entre Espa?a y la CEE, que entr¨® en vigor el 1 de octubre del mismo a?o.
El acuerdo establec¨ªa dos etapas. La primera, de seis a?os de duraci¨®n, determinaba un calendario de rebajas arancelarias y de reducci¨®n de contingentes. Su t¨¦rmino estaba fijado para el 1 de enero de 1977, fecha en la que, de no haberse llegado al acuerdo de pasar a una segunda etapa, continuar¨ªan vigentes las disposiciones de la primera. El acuerdo en el plano industrial favorec¨ªa el desarrollo de nuestro comercio. Las exportaciones espa?olas a los seis pa¨ªses de la CEE, que en 1969 representaban un 34% del total, pasaron a convertirse en un 40% en 1973. Pero las escasas concesiones en agricultura defraudaron ya en el momento de la firma y se vieron posteriormente confirmadas por los hechos: estancamiento relativo de las ventas al Mercado Com¨²n y boicoteos intermitentes a los productos hispanos por parte de los agricultores de ciertos pa¨ªses comunitarios. Adem¨¢s, el tema pesquero habr¨ªa de convertirse en el m¨¢s problem¨¢tico.
La entrada en la CEE, a partir de enero de 1973, de tres nuevos miembros (Dinamarca, Reino Unido e Irlanda) plante¨® la necesidad t¨¦cnica de la ampliaci¨®n del acuerdo preferencial. De momento, una simple pr¨®rroga permitir¨ªa mantener las mismas circunstancias jur¨ªdicas y fijar medidas transitorias. Esta transitoriedad, entremezclada y acentuada por declaraciones pol¨ªticas de doble signo, ha caracterizado todo este largo proceso, primero ante la revisi¨®n o no del acuerdo preferencial, adaptado a la Comunidad ampliada, y despu¨¦s hasta que las negociaciones para el ingreso de Espa?a quedasen ultimadas.
Despu¨¦s de las laboriosas conversaciones Ullastres-De Kergorlay, con la dif¨ªcil negociaci¨®n de los productos agrarios, parece llegarse a la base de un nuevo acuerdo, pero las negociaciones se interrumpen, por decisi¨®n del Consejo de Ministros comunitario, el 9 de octubre de 1975, a ra¨ªz de las ejecuciones de septiembre en Espa?a. El 12 de noviembre de 1976 se produce el relevo de Alberto Ullastres por el nuevo embajador, Raimundo Bassols.
La restauraci¨®n de la Monarqu¨ªa supuso la reanudaci¨®n de las conversaciones, despu¨¦s del periplo europeo realizado por el nuevo jefe de la diplomacia espa?ola, Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, que expuso en las canciller¨ªas europeas el alcance y sentido de la reforma pol¨ªtica iniciada en e.
La petici¨®n de ingreso
El 28 de julio de 1977, el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, presenta la demanda oficial de adhesi¨®n a las Comunidades Europeas al mes siguiente de celebrarse en Espa?a las primeras elecciones generales, y el 20 de septiembre el Consejo de Ministros comunitario se pronuncia favorablemente sobre la petici¨®n y encarga a la Comisi¨®n Europea la elaboraci¨®n de un dictamen.
El 10 de febrero de 1978 se crea el cargo de ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, que es cubierto por Leopoldo Calvo Sotelo, y el 19 de abril la Comisi¨®n Europea hace llegar al Consejo de Ministros comunitario el documento Reflexiones de conjunto sobre la ampliaci¨®n. Finalmente, el 29 de noviembre la Comisi¨®n aprueba y transmite al Consejo el dictamen sobre la candidatura espa?ola, y el 19 de diciembre el Consejo de Ministros de la CEE decide la apertura de negociaciones con Espa?a. En consecuencia, el 5 de febrero de 1979 se celebra en Bruselas la sesi¨®n de apertura oficial de las negociaciones para la adhesi¨®n.
El 9 de septiembre de 1980 se nombra a Eduardo Punset ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas. Pero el 27 de febrero de 1981 desaparece este ministerio, que es transformado en secretar¨ªa de Estado, que va a ocupar Raimundo Bassols. El 14 de septiembre de ese mismo a?o el Consejo de Ministros comunitario desbloquea la negociaci¨®n del cap¨ªtulo agr¨ªcola y da un nuevo impulso pol¨ªtico a la negociaci¨®n.
El 2 de marzo de 1982 se cierran seis de los 16 cap¨ªtulos, aunque el 29 de junio se produce un frenazo al pedir el Consejo a la Comisi¨®n un inventario sobre los problemas de la adhesi¨®n. El 7 de diciembre, tras la llegada al poder del PSOE, Manuel Mar¨ªn es nombrado secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas. El Gobierno socialista va a impulsar decididamente las negociaciones, en un proceso lleno de tensiones y de urgencias.
El 19 de junio de 1983, en la reuni¨®n del Consejo Europeo en Stuttgart, se vincula la ratificaci¨®n del tratado de adhesi¨®n a la negociaci¨®n Comunitaria sobre la futura financiaci¨®n de la CEE. Esta interdependencia ser¨¢ importante para las aspiraciones espa?olas, pues sobre este punto har¨¢ hincapi¨¦ continuamente la Rep¨²blica Federal de Alemania, exigiendo la ampliaci¨®n como condici¨®n para aumentar sus aportaciones financieras a la CEE. El 18 de noviembre Felipe Gonz¨¢lez entrega a los embajadores de Grecia, Francia y la Rep¨²blica Federal de Alemania una carta dirigida a los jefes de Gobierno de los diez en la que solicita una respuesta sobre su voluntad integradora. El 6 de diciembre de ese mismo a?o se celebra la cumbre de Atenas, que no consigue desbloquear los problemas intracomunitarios de financiaci¨®n.
El 12 de febrero de 1984, en el transcurso de la cumbre hispanofrancesa de Rambouillet se manifiesta la voluntad de Francia de concluir la negociaci¨®n el 30 de septiembre de 1984, y el 20 de junio Espa?a acepta el sistema de fases para la integraci¨®n agr¨ªcola que propon¨ªa Francia.
Sin embargo, el cierre de 13 de los 18 cap¨ªtulos que constituyen el tratado de adhesi¨®n no basta para culminar las negociaciones en diciembre, fecha que ya representa tres meses de retraso sobre las previsiones iniciales. El incumplimiento de esta fecha da pie a los pesimismos. En medios comunitarios comienza a especularse sobre la imposibilidad de cumplir la fecha prevista para el ingreso (1 de enero de 1986).
La negociaci¨®n permanente
Agricultura, pesca y asuntos sociales son los puntos del conflicto. Se trata de una negociaci¨®n comercial, reservada a los t¨¦cnicos, pero cuya decisi¨®n -coinciden todos- es pol¨ªtica. En este contexto de tensi¨®n se produce la visita a Madrid de Bettino Craxi, jefe del Gobierno de Italia, pa¨ªs que ocupa la presidencia de turno de la Comunidad. El presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, admite que la adhesi¨®n puede verse retrasada un a?o. El Gobierno aprovecha la situaci¨®n para anunciar que no piensa ceder por debajo de unos l¨ªmites que da?en los intereses de los sectores espa?oles afectados. Incluso, de una forma sutil, se da a entender que el fracaso del ingreso afectar¨ªa inevitablemente a la permanencia de Espa?a en la OTAN.
El 25 de febrero de 1985 comienza en Bruselas la negociaci¨®n permanente para concluir el tratado de adhesi¨®n antes de la pr¨®xima cumbre de finales de marzo. La marat¨®n negociadora iniciada en Bruselas el pasado 17 de marzo no logra durante los cinco largos d¨ªas en que se prolongan las conversaciones un acuerdo entre los diez.
La oferta global sobre agricultura, pesca y asuntos sociales, aceptable por Espa?a, es al final retirada ante los recortes exigidos por Francia a ¨²ltima hora. Como ¨²ltimo recurso, el presidente del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la CEE, Giulio Andreotti, convoca una encuentro para el jueves 28, en la v¨ªspera de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno comunitarios.
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