Butrague?o logr¨® con un gol ser ovacionado en Atocha
Tan contundente como el marcador, fueron las elocuentes frases que dos de los principales protagonistas del encuentro pronunciaron en vestuarios. Emilio Butrague?o subray¨® que el Madrid hab¨ªa hecho su mejor partido de la temporada fuera de casa; que el segundo gol, obra suya, hab¨ªa sido tal vez el de m¨¢s bella factura en su carrera deportiva y que jam¨¢s un p¨²blico le hab¨ªa aplaudido tanto fuera de casa por un tanto. En el otro lado, L¨®pez Ufarte aceptaba que el Madrid les hab¨ªa dado un repaso de principio a fin y que la Real no hab¨ªa podido tocar bola, por ser inferior t¨¦cnica y t¨¢cticamente. "Fatal", con tono de amargura, fue el ep¨ªlogo de las declaraciones del extremo izquierda realista, que ha pasado de ser un inspirado as a un voluntarioso jugador a quien no le sale casi nada.El Madrid, que suma ahora 36 puntos, uno m¨¢s que el Athl¨¦tic de Bilbao antes de su partido de hoy en el Manzanares, frente al Atl¨¦tico, domin¨® la contienda de principio a fin y a¨²n pudo haber marcado otros dos o tres goles m¨¢s. Y eso que la fortuna le son ri¨® en el momento psicol¨®gico de inaugurar el marcador. Pero el Real apenas lleg¨® nunca a los dominios de Miguel ?ngel y en todo el encuentro la intervenci¨®n m¨¢s peligrosa del meta madrile?o fue para detener un despeje defectuoso de Salguero y ya en las postrimer¨ªas, con todo decidido, tuvo que salvar a los pies de L¨®pez Ufarte, lo que pudo ser el 1-2.
La primera mitad no dej¨® entrever, sin embargo, un final tan catastr¨®fico y un triunfo tan c¨®modo del equipo madridista, a pesar de que ¨¦ste sentara sus reales mejor sobre el campo y se le viera m¨¢s entidad. El cuadro de Atocha sali¨® agazapado, cediendo muchos metros de terreno, tratando de buscar unas contras que despleg¨® con desesperante lentitud. Y eso que Ormaechea trat¨® de recomponer la otrora mortal a la izquierda Zamora-L¨®pez Ufarte, cuyo accionar s¨®lo pudo dar pie a la nostalgia.
Con el 0-1, el equipo local pareci¨® venirse abajo y ya ni tan siquiera acos¨® a su rival. Tras el descanso, hubo algunos minutos en que trat¨® de hacer pressing sobre el Madrid, sin m¨¢s fruto que un centro de G¨®rriz sobre Uralde, con toque final de Salguero de cabeza, que Miguel ?ngel evit¨® que terminara en autogol.
Pero parec¨ªa claro que la Real perd¨ªa del todo los papeles. Mejor dicho, daba la impresi¨®n de ser un equipo envejecido, sobre todo en sus ideas, con las neuronas agotadas y los plomos fundidos. Antes de que Butrague?o pusiera la parroquia de Atocha de su lado en un homenaje a la est¨¦tica del f¨²tbol, que este a?o se ha visto en San Sebasti¨¢n con cuentagotas, Arconada hab¨ªa tenido que desbaratar con muchos apuros una internada de ?ngel hasta la cocina.
Del 0-2 en adelante, la Real fue un alma en pena, un juguete roto en manos de un Madrid que pareci¨® un equipo sobrio, entero, con un alt¨ªsimo nivel t¨¦cnico y donde Salguero, Gallego y Michel fueron los amos del centro del terreno.
No deja de ser una paradoja que Sagarzazu, el marcador de Butrague?o, fuese el mejor hombre de la Real, uno de los poqu¨ªsimos que se salv¨® del naufragio. Y es que el propio Butrague?o aceptaba que hab¨ªa tocado muy pocos balones, y que si no hubiera sido por el gol, no ser¨ªa para estar satisfecho con su actuaci¨®n. Pero la realidad es que aunque fuese s¨®lo por ese gol, el partido hubiera merecido la pena. Y esa singularidad vuelve a poner al Buitre en el pedestal en el que ¨¦l se resiste a ser colocado.
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