"Tuve que dec¨ªrselo"
En septiembre del a?o pasado, a Isabel Morales le mandaron sus salarios mensuales de empleada de hogar a la estaci¨®n de autobuses de Jerez. Hab¨ªa entrado a trabajar a los 13 a?os en casa de Rafael de Paula y Marina Mu?oz, y ahora, dos a?os y medio m¨¢s tarde, el torero le hac¨ªa saber que su abogado aconsejaba que se marchara de la casa, "porque la se?ora ten¨ªa depresiones nerviosas".
Dice Isabel Morales que Marina Mu?oz "abusaba mucho de m¨ª. A los tres meses de estar en la casa, me mand¨® a una tienda de compraventa de oro y plata con un jarr¨®n, un reloj y otras cosas, y fui porque cre¨ª que no ten¨ªa importancia. Luego me enter¨¦ de que, por ser menor de edad, no lo pod¨ªa hacer". "¨²ltimamente, ella estaba vendiendo mucha plata, y dec¨ªa: 'Me voy a arruinar, me voy a buscar la ruina, y a ¨¦l le van a echar del casino...', porque a ¨¦l le echaron cuando se dieron cuenta de que manten¨ªa relaciones con ella. Y ella ten¨ªa mucho vicio con la ruleta, sobre todo el ¨²ltimo a?o". "No me gusta decir esto sin consultarlo con el Paula", sigue la ex empleada del matrimonio Soto-Mu?oz, "pero si ella
[por Marina] ha dicho que hablar¨¢, yo tambi¨¦n voy a hacerlo. De lo de Carrillo me fui dando cuenta poco a poco. Un d¨ªa me pidi¨® que la acompa?ara a llevar el perro al veterinario y despu¨¦s dijo: 'A ver si vemos al director del casino, que si no, no lo veo nunca'. Antes le hab¨ªa llamado, porque van a encontrarse en el hotel El Caballo Blanco, y yo, menor de edad, pas¨¦ un gran corte en el coche, sentada detr¨¢s con el perro". Explica Isabel, con sus 16 a?os, que Marina Mu?oz "le pon¨ªa
[a G¨®mez Carrillo] cintas que excitan de Roc¨ªo Jurado... La gente me aconsej¨® que se lo dijera al Paula".
E Isabel se lo dijo al Paula: "Don Rafael, quiero hablar un momento con usted. Su mujer le est¨¢ enga?ando". Y ¨¦l no se lo creyo me pidi¨® pruebas, y le dije que su mujer ten¨ªa un diario escondido arriba, pero que eso era sagrado. ?l me dijo que no dijera nada a nadie y que a ver si pod¨ªa conseguir una tarjetita o una carta. Entonces, un d¨ªa le dije a la se?ora que hab¨ªa visto el coche de Carrillo y que si quer¨ªa le bajaba una nota para que se quitara de en medio. Me dio una carta, la fotocopi¨¦, y la copia me la met¨ª en el pecho y luego se la devolv¨ª diciendo que no le hab¨ªa encontrado. A partir de entonces, el torero fue llevando a su abogado "las pruebas que yo le daba, cartas, regalos de ¨¦l, y cambi¨® el clima entre el matrimonio. El lo pas¨® mal y se acostaba abajo, en el sof¨¢".
El d¨ªa que la madre de Marina se enter¨® de la historia "se cay¨® al suelo, me cogi¨® de la mano y me dec¨ªa: 'No te vayas, Isabel'. La se?ora me recrimin¨® por haberla traicionado, pero me dijo que no me fuera. M¨¢s tarde me dir¨ªa que me iba a matar. Ellos repartieron los bienes y se fueron a casas distintas en septiembre. Yo quer¨ªa mucho a los ni?os: a Rafaelito, de 14 a?os, el m¨¢s inocent¨®n de todos; a Bernardo, de 13, el m¨¢s listo, y a Jesusito, de 10, y estaba muy a gusto en aquella casa. Desde entonces no he vuelto a ver al Paula ni a los ni?os".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.