El aislacionismo espa?ol
Uno de los peri¨®dicos m¨¢s importantes del mundo, The New York Times, al hablar de nuestra tierra (v¨¦ase EL PAI S del 11 de abril), parece que se equivoca.Dejando a un lado sus opiniones sobre la vida en Espa?a, discutibles en muchos casos, es indudable que informa mal cuando asegura, entre otras cosas, que "Ias nuevas ideas se hab¨ªan filtrado ya a trav¨¦s de los turistas, procedentes en su mayor¨ªa de Alemania Occidental, Suecia y el Reino Unido".
?Qu¨¦ nuevas ideas son esas? Se olvida, por lo visto, el autor del reportaje de que cuando en estos pa¨ªses sus habitantes todav¨ªa viv¨ªan en caba?as o cuevas, all¨¢ por la baja Edad Media, en C¨®rdoba, por ejemplo, dispon¨ªan ya de alumbrado p¨²blico y alcantarillado. Y en cuanto a lo de los turistas, siempre se ha sabido que la mayor¨ªa ven¨ªan de Francia y otros pa¨ªses latinos. Una cosa es que tuvi¨¦ramos censura y otra, muy diferente, que los espa?oles no pens¨¢semos o no estuvi¨¦ramos al corriente de la evoluci¨®n industrial y pol¨ªtica de nuestro planeta. Pero donde se manifiesta de una forma inequ¨ªvoca el patinazo del articulista es cuando asegura aquello de que "Espa?a empez¨® a aislarse a principios del siglo XVI. Se resisti¨® a la Reforma y a otros movimientos que se daban en el continente".
Carlos I de Espa?a y V de Alemania derrot¨® a los reformistas de la Liga Smalkalda en la batalla de M¨¹hlberg, en 1547, quedando Alemania a su discreci¨®n, y hubiera podido imponer la unidad religiosa. Siempre conciliador, no obstante, promulg¨® la paz de Augsburgo, por la cual reconoc¨ªa la libertad de cultos de los pr¨ªncipes luteranos. Espa?a, si se quiere, pues, empez¨® a separarse de otras doctrinas religiosas, pero no a aislarse de Europa. Y adem¨¢s no se resisti¨® a la Reforma, sino que su tolerancia le permiti¨® el establecimiento de un acuerdo entre cat¨®licos y protestantes, Confesi¨®n de Augsburgo de 1555.
En resumidas cuentas, podemos asegurar que s¨®lo despu¨¦s de la guerra de la Independencia, 1808-1814, es cuando verdaderamente dejamos de tratar pol¨ªticamente
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con Europa y el resto del orbe.-Armando L¨®pez Carrasco
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