Greguer¨ªas de aire
Con im¨¢genes de gnomos, u?as y tangos, Ram¨®n G¨®mez de la Serna adelant¨® teor¨ªas sobre la radio
"Constantemente anoto multitud de sonidos raros que llegan envueltos con las ondas. As¨ª voy archivando mi material cient¨ªfico para el d¨ªa de ma?ana, cuando escriba la obra en dos tomos sobre El silencio radiado". En sus greguer¨ªas sobre la radio, escritas para diversas revistas especializadas, de 1925 a 1935, G¨®mez de la Serna esboz¨® fugazmente ideas, que m¨¢s tarde ser¨ªan desarrolladas por te¨®ricos de la comunicaci¨®n, mediante im¨¢genes brillantes de u?as, gnomos, tangos...
Jos¨¦ Augusto Vent¨ªn, profesor de Historia de los Medios Audiovisuales en la facultad de Ciencias de la Informaci¨®n de Madrid, ha recopilado 217 greguer¨ªas sobre la radio publicadas en diversas revistas entre 1925 y 1935 -Tsh, Buen Humor y Ondas, principalmente-, as¨ª como 103 cuentos con la radio como personaje. En ocasiones, las intuiciones de G¨®mez de la Serna llegan a ser perturbadoras, como en la siguiente f¨®rmula, que podr¨ªa haber sido escrita por MacLuhan: "Todo medio de comunicaci¨®n es prolongaci¨®n de alg¨²n sentido f¨ªsico-ps¨ªquico de la percepci¨®n humana". Tambi¨¦n se adelant¨® a los apocal¨ªpticos de Umberto Eco, que ven en los media la capacidad de igualar a los hombres: "Existe un v¨ªnculo anten¨ªstico entre vecinos seg¨²n el cual hay un parentesco de radioescuchas entre el que tiene atada su antena en la chimenea del vecino y el vecino mismo."G¨®mez de la Serna fue incluso reportero con el espacio propio Cronista de guardia, en Uni¨®n Radio. Cuando se cre¨®, anunci¨® que pondr¨ªa en su tarjeta de visita: "Poseedor de un micr¨®fono privado en funciones universales". Imitado como en una multicopista, Ram¨®n G¨®mez de la Serna dijo que la greguer¨ªa, el g¨¦nero que ¨¦l llev¨® al virtuosismo, es "humorismo m¨¢s met¨¢fora".
Gnomos en las ondas
Las interferencias pueden tener diferentes or¨ªgenes: "Los gnomos juegan al f¨²tbol en los campos magn¨¦ticos". O: "Con algunas ondas vienen bichitos invisibles, hormigas arrastradas por las r¨¢fagas musicales en la llanura por la que pasaron y que hacen cosquillas en los o¨ªdos". Mas las interferencias poseen alma propia, y de esos viajes por valles no salen inmunes: "Hay ondas lejanas que vienen muy tristes porque han visto profundos valles, que es lo que m¨¢s preocupa y melancoliza a las ondas".No siempre las interferencias han vivido aventuras tan rom¨¢nticas: "Era s¨¢bado y en el intermedio se le ocurri¨® al debutante comenzar a cortarse las u?as, y comenzaron a salir lunas y pu?ales en todos los altavoces". La responsabilidad de la mala audici¨®n no es s¨®lo suya: "Los acumuladores beben y no comen. Yo les he echado chorizo por ver si obtengo una audici¨®n mejor".
Eran los primeros tiempos de la radio y ello permit¨ªa dar rienda suelta al lirismo de lo a¨²n desconocido: "?A que no sabes por qu¨¦ se oye lo mismo en los dos tel¨¦fonos del auricular? -dijo el ni?o a su pap¨¢- Pues porque en un o¨ªdo se oye la verdadera emisi¨®n y en el otro el eco". Eran a?os de pioneros radiof¨®nicos y sintonizar no era buscar sino aventurarse: "Estoy inventando una br¨²jula para saber por qu¨¦ mar de las emisiones voy". O: "En las cintas con las ondas que viven lejos hay que saber aguardar. Quien no ha sido novio paciente no podr¨¢ ser radioescucha".
El aparato receptor puede ser el sencillo truco de un mago: "Aquel gran manipulador elegante quit¨® el bozal alambrado a una botella de rioja y con s¨®lo eso improvis¨¦ un aparato receptor con el que comenzamos a o¨ªr Londres". O un invento a¨²n misterioso: "En el fondo de los auriculares siempre es de noche. No se comprende c¨®mo puede haber emisiones de mediod¨ªa".
Tambi¨¦n entonces los radioyentes, que no disfrutaban todav¨ªa de la alta fidelidad -"Las notas del viol¨ªn tienen exceso de equipaje para las ondas"-, sufr¨ªan las listas de ¨¦xitos: "Aquel vals hab¨ªa sonado tantas veces en nuestros auriculares que ya nos sonaba en la cabeza como si nos hubiera perforado el rollo cerebral". O: "Ha aumentado el roc¨ªo en el campo. Los llantos tangueros tienen la culpa".
Aunque excepciones, algunas greguer¨ªas llevan una preocupaci¨®n pol¨ªtica: "Faltan los programas nuevos como ¨¦ste: Retransmisi¨®n de los llantos de la Inclusa a la hora del hambre. Invento reciente al que no se le ven los l¨ªmites, "por la radio oiremos alg¨²n d¨ªa el terremoto en que acabaremos de haber perecido"-.
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