El d¨ªa de la clase trabajadora
Para referirnos al Primero de Mayo como celebraci¨®n universal de la clase trabajadora tenemos que recordar su profundo sentido reivindicativo.Ciertamente, el contenido de algunas de nuestras aspiraciones y exigencias ha variado con el paso del tiempo.
En el legendario Primero de Mayo de 1931 los trabajadores salieron a la calle desbordantes de alegr¨ªa ante la reciente instauraci¨®n de una Rep¨²blica que implicaba un horizonte de paz, justicia y libertad.
Durante la noche tenebrosa del franquismo, los espa?oles, desde la c¨¢rcel, la clandestinidad o el exilio, estaban unidos por un anhelo com¨²n de que la democracia y las libertades p¨²blicas volvieran a ser una realidad de la que tan poco tiempo hemos disfrutado en este siglo.
Hoy, con instituciones democr¨¢ticas consolidadas y con una mayor¨ªa de nuestro pueblo decidida a profundizar en ellas y extenderlas a todos los ¨¢mbitos, viejas y nuevas aspiraciones y reclamaciones siguen haciendo de la fiesta de los trabajadores el momento en que las voces se unen en la reivindicaci¨®n y la protesta.
La paz y la solidaridad internacional son hoy, como lo han sido desde la celebraci¨®n de 1980, un objetivo que a¨²na a todos los ciudadanos libres en contra de los que predican la carrera ole armam.entos, los bloques militares y el imperio de la fuerza de los poderosos contra los d¨¦biles.
La desigualdad, contra la que han luchado incesantemente los sindicatos de clase a lo largo del tiempo, sigue golpeando en nuestras conciencias con fuerza acrecentada, porque el transcurso de los a?os no solamente no la ha eliminado sino que en muchos aspectos la ha hecho cada vez mayor. El paro, el recrudecimiento del individualismo, el corporativismo creciente, el cuestionamiento del papel del Estado como moderador de los desequilibrios, han configurado una sociedad dual donde unos ciudadanos tienen acceso a mejor educaci¨®n, a los puestos de trabajo, a la protecci¨®n contra las contingencias, mientras que otros, que cada vez son m¨¢s, cruzan la frontera de la marginaci¨®n.
En 1985 los trabajadores tenemos que soportar, adem¨¢s de las consecuencias de una tremenda crisis econ¨®mica en la que llevamos la peor parte, una verdadera ofensiva ideol¨®gica que pretende poner en cuesti¨®n los fundamentos mismos de los planteamientos sobre los que pueda basarse el bienestar y la justicia.
Los sistemas p¨²blicos de protecci¨®n social -que han constituido, ciertamente, el logro m¨¢s importante de la clase trabajadora para que los sacrificios de la distribuci¨®n de la riqueza sean m¨¢s equitativos- no solamente afrontan problemas reales, derivados de la crisis econ¨®mica, sino que son cuestionados en los propios principios sobre los que se asientan.
El papel de la inversi¨®n p¨²blica como mecanismo eficaz para generar empleo se margina para dejarlo a una iniciativa privada que nunca llega.
Las experiencias del pasado no han convencido a los Gobiernos de que la paz s¨®lo puede ser posible si se desecha la teor¨ªa de los bloques militares como pilares del intercambio pol¨ªtico.
La derecha espa?ola, insaciable, a la que se han hecho concesiones que no merece, contin¨²a luchando implacablemente para demoler toda medida justa y progresista del Gobierno. Todo ello justifica que desde la Uni¨®n General de Trabajadores salgamos este Primero de Mayo a la calle bajo el lema "Todos contra el paro", porque reclamamos una pol¨ªtica de solidaridad real hacia los parados.
Queremos el cumplimiento del Acuerdo Econ¨®mico y Social en todos sus t¨¦rminos, y por tal motivo reiteramos la necesidad de una negociaci¨®n global de la reforma de la Seguridad Social y de que se haga efectiva la participaci¨®n de los sindicatos en las empresas p¨²blicas y en las entidades gestoras.
Nos pronunciamos resueltamente por la erradicaci¨®n del privilegio y el corporativismo, enquistados todav¨ªa fuertemente en la vida pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs.
Queremos, en suma, una sociedad m¨¢s justa, y para ello nos opondremos firmemente a la reimplantaci¨®n de una especie de darwinismo social que imper¨® durante tanto tiempo.
No escatimaremos el apoyo a este Gobierno, la ¨²nica alternativa progresista que existe en nuestro pa¨ªs, en cuantas medidas puedan significar un mejoramiento del nivel de vida de los m¨¢s necesitados. Pero estaremos, como siempre, atentos para enfrentarnos contra las desviaciones de un programa electoral que defendemos porque es tambi¨¦n nuestro programa.
El Primero de Mayo, en fin, es una oportunidad propicia para un fraternal saludo a todos los trabajadores y reiterar la convicci¨®n de que s¨®lo la unidad y la vertebraci¨®n en torno a sindicatos fuertes y coherentes podr¨¢ lograr que la salida de la crisis nos lleve a una sociedad m¨¢s justa y m¨¢s solidaria.
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