Estados Unidos pedir¨¢ a los pa¨ªses m¨¢s ricos que releven a la 'locomotora' econ¨®mica norteamericana
Ronald Reagan acude a la cumbre econ¨®mica de Bonn, que reunir¨¢ a partir del jueves a los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados de Occidente, con un mensaje muy claro: reactiven sus econom¨ªas y tomen el relevo de la locomotora norteamericana, que est¨¢ dando s¨ªntomas de cansancio. Si no, la recuperaci¨®n mundial corre el serio peligro de estancarse. EE UU pedir¨¢ a Jap¨®n, la Rep¨²blica Federal de Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia y Canad¨¢ que abandonen las rigideces de sus pol¨ªticas laterales y liberalicen al m¨¢ximo sus econom¨ªas.
La respuesta no est¨¢ asegurada. El ministro de Hacienda brit¨¢nico, Nigel Lawson, dijo recientemente en la reuni¨®n de la OCDE en Par¨ªs que "Ia reactivaci¨®n concertada significa simplemente inflaci¨®n concertada, que es lo ¨²ltimo que deseamos".Los europeos prefieren continuar prudentemente con sus actuales pol¨ªticas, consolidando la reducci¨®n de d¨¦ficit presupuestarios y la disminuci¨®n de la inflaci¨®n. Francia, por ejemplo, recuerda con horror c¨®mo la pol¨ªtica de reflaci¨®n que puso en pr¨¢ctica en 1981 produjo una importante crisis econ¨®mica. Para Washington esta actitud ha sido correcta hasta ahora, cuando la econom¨ªa de Estados Unidos tiraba del resto. Pero estima que ya empieza a dejar de serlo y es peligroso que Europa base su crecimiento en lo que puede exportar a EE UU gracias a un d¨®lar sobrevalorado.
Reagan se adelantar¨¢ a las cr¨ªticas de sus aliados sobre el d¨¦ficit presupuestario estadounidense, que ha superado los 200.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 32 billones de pesetas) y est¨¢ provocando altos tipos de inter¨¦s aqu¨ª, que atraen el ahorro europeo, que financia la econom¨ªa norteamericana. El presidente explicar¨¢ que la reducci¨®n del d¨¦ficit es su principal prioridad y que est¨¢ dispuesto a lograr importantes reducciones del gasto p¨²blico. En los ¨²ltimos d¨ªas la Administraci¨®n ha empezado a admitir que el d¨¦ficit est¨¢ relacionado con los altos tipos de inter¨¦s y el valor del d¨®lar. Tambi¨¦n les dir¨¢ a sus aliados que a la vuelta de Europa presentar¨¢ al Congreso un importante proyecto de reforma fiscal, que permitir¨¢ estimular el crecimiento y liberar al m¨¢ximo las fuerzas econ¨®micas.
Adem¨¢s del mensaje de reactivaci¨®n, Reagan viaja a Europa con el objetivo de lograr en la cumbre que los aliados se comprometan a una fecha fija, "lo antes posible en 1986", para lanzar una ronda mundial de conversaciones comerciales, dirigidas a liberalizar los mercados en los aspectos que m¨¢s interesan a EEUU: servicios y tecnolog¨ªa. El presidente explicar¨¢ en Bonn que la aceptaci¨®n de una nueva ronda comercial es lo ¨²nico que puede frenar el creciente sentimiento proteccionista que invade Estados Unidos, estimulado por un d¨¦ficit comercial de 123.000 millones de d¨®lares en 1984. El presidente: necesita este acuerdo para aplacar las cr¨ªticas del Congreso, que est¨¢ decidido a adoptar represalias comerciales contra Jap¨®n y a levantar barreras proteccionistas contra los pa¨ªses que no abran completamente sus mercados a EE UU.
Reagan ya cuenta con un acuerdo de principio para iniciar estas conversaciones, aunque falta fijar la fecha. S¨®lo Francia se ha mostrado reacia y exige un compromiso de EE UU para celebrar previamente una conferencia monetaria. Washington niega cualquier vinculaci¨®n entre discusiones comerciales y monetarias. Pero para aplacar a Mitterrand la Administraci¨®n Reagan ha sugerido llevar a cabo una reuni¨®n sobre el sistema monetario internacional, antes de las negociaciones comerciales, en EE UU. Ser¨ªa, sin embargo, una reuni¨®n limitada en sus objetivos, que s¨®lo se reducir¨ªa a debatir las propuestas que presente en junio el grupo de los diez, que lleva trabajando meses sobre la cuesti¨®n.
"No se trata en absoluto de un nuevo Bretton Woods (nombre de la localidad estadounidense donde se estableci¨® el orden monetario mundial de la posguerra con un sistema de cambios fijos), no queremos intervenir en el mercado, s¨®lo lo haremos cuando se desordene excesivamente", advirti¨® el lunes James Baker, secretario del Tesoro. Para la Administraci¨®n de Reagan, el d¨®lar no est¨¢ sobrevalorado, sino simplemente fuerte y refleja la salud de la econom¨ªa. Por un lado ha servido para poner en pie a un buen n¨²mero de econom¨ªas en desarrollo que pueden exportar a este pa¨ªs, al tiempo que ha mantenido un nivel muy bajo de inflaci¨®n en EE UU. Sin embargo, ha provocado un d¨¦ficit comercial que est¨¢ afectando muy seriamente a importantes sectores industriales, que exigen protecci¨®n. Washington desear¨ªa en este momento un descenso controlado del valor del d¨®lar.
Las 'reaganomics'
Las pol¨¦micas reaganomics han funcionado y han permitido la creaci¨®n de m¨¢s de siete millones de puestos de trabajo y un crecimiento econ¨®mico el pasado a?o del 6,8%, comparado con una media del 2,3% en las cuatro econom¨ªas m¨¢s grandes de Europa y un 5,5% en Jap¨®n. Este es el mensaje que llevaremos a Bonn, afirm¨® en la Casa Blanca James Baker, secretario del Tesoro estadounidense. "Nos sentimos cargados de raz¨®n", a?adi¨®, "pero no vamos a decirles a los europeos qu¨¦ instrumentos concretos de pol¨ªtica monetaria o fiscal deben utilizar o con qu¨¦ intensidad". EE UU ver¨ªa favorablemente la adopci¨®n de est¨ªmuloss fiscales, mediante reducci¨®n de impuestos, en las econom¨ªas de los seis, como ha hecho Reagan. Se trata de predicar en la cumbre "la doctrina que ha permitido que este pa¨ªs est¨¦ disfrutando de la expansi¨®n econ¨®mica m¨¢s larga desde la guerra de Corea: reducci¨®n del peso del Gobierno y disminuci¨®n de impuestos. Reagan, sin embargo, no va a Bonn a dar lecciones a Margaret Thatcher o a Helmut Kohl, sino que cada pa¨ªs deber¨¢ decidir, seg¨²n sus condiciones, qu¨¦ medidas adoptar y en qu¨¦ momento, dijo un portavoz de la Administraci¨®n.
Baker explic¨® que algunos pa¨ªses europeos "ya est¨¢n siguiendo las pol¨ªticas de EE UU", y se refiri¨® en concreto al proyecto de la RFA de reducir impuestos. "No queremos que provoquen una inflaci¨®n monetaria, pero las econom¨ªas de Jap¨®n y la RFA tienen un espacio claro de crecimiento y deben tomar el relevo de la norteamericana", explic¨® Baker.
Aunque la Administraci¨®n de Reagan insiste en que este a?o mantiene el objetivo de un crecimiento del producto nacional bruto (PNB) del 4%, existen fundadas dudas de que pueda alcanzarse esta cifra despu¨¦s de que en el primer trimestre la econom¨ªa s¨®lo creci¨® a un modesto 1,3%. En EE UU preocupa el efecto que esta declaraci¨®n tenga sobre Europa, ya que, combinada con un d¨®lar sobrevalorado, har¨ªa que se agotara el apetito norteamericano por los productos europeos y japoneses. Las econom¨ªas del Viejo Continente est¨¢n basando gran parte de su crecimiento en las exportaciones a EE UU. La continuaci¨®n de las actuales pol¨ªticas s¨®lo le deja a Europa un a?o de crecimiento, que no le permitir¨¢ alcanzar el nivel del 3% de aumento del PNB, seg¨²n la OCDE.
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