Indignaci¨®n de la oposici¨®n francesa por una entrevista a Mitterrand en televisi¨®n

Una entrevista de una hora y 40 minutos con el presidente de la Rep¨²blica, Fran?ois Mitterrand, emitida el pasado domingo por el primer canal de la televisi¨®n estatal, TF-1, ha provocado la indignaci¨®n de los partidos de la oposici¨®n francesa. El programa, titulado Eso nos interesa, se?or presidente, pretend¨ªa ofrecer una nueva imagen de Mitterrand, el jefe de Estado m¨¢s impopular desde la Segunda Guerra Mundial.La entrevista fue ideada por el periodista y hombre-espect¨¢culo Yves-Mourousi, que se ha hecho ya famoso por la forma muy poco convencional como presenta en TF-1 el informativo de mediod¨ªa. Mourousi concibi¨® Eso nos interesa, se?or presidente como una serie de preguntas y respuestas, a ritmo de partid¨¢de ping-pong, sobre temas que no ten¨ªan casi nada que ver con la pol¨ªtica o incluso con la actualidad de primera p¨¢gina. Desde el punto de vista informativo, la entrevista pod¨ªa resumirse muy bien en 20 l¨ªneas escasas.

Mitterrand se someti¨® en d¨ªrecto, con bastante soltura, a un bombardeo de anuncios publicitarios, escenas de pel¨ªculas u obras de teatro, videoclips y canciones, que ten¨ªa que comentar brevemente. Afortunadamente para ¨¦l, el presentador interven¨ªa tanto como el invitado. Mourousi concibi¨® el programa como un espect¨¢culo de variedades mundanas con dos estrellas: el presidente de la Rep¨²blica y ¨¦l mismo. La emisi¨®n se presentaba como un intento de aproximar los hombres pol¨ªticos a los ciudadanos, habitualmente muy desconfiados. Mitterrand habl¨® poco de pol¨ªtica y cuando lo hizo fue en t¨¦rminos muy generales, esqu¨ªvando intencionadamente cifras o explicaciones en profundidad.

En cualquier caso, el presidente de la Rep¨²blica y sus consejeros se quedaron muy satisfechos con el resultado: la emisi¨®n estaba claramente dirigida a corregir la impopularidad personal de Mitterrand y no a transmitir un mensaje pol¨ªtico determinado. El El¨ªseo espera que los pr¨®ximos sondeos de la opini¨®n p¨²blica reflejen este cambio.

Para la oposici¨®n, el uso de un medio p¨²blico como es la televisi¨®n estatal (la ¨²nica que existe en Francia) para aumentar la popularidad del presidente es una mala jugada. "El ¨²nico mensaje que transmiti¨® Mitterrand en casi dos horas de charla es que est¨¢ dispuesto a luchar con u?as y dientes para continuar en el El¨ªseo", escr¨ªbi¨® un diar¨ªo conservador.

Las primeras encuestas se?alan que la emisi¨®n bati¨® todos los r¨¦cords anteriores de audiencia: 20 millones de personas conectaron con el primer canal para seguir la entrevista. La mayor¨ªa de los telespectadores, al margende la op¨ªni¨®n que les merezca Mitterrand, cree que el programa es "una buena idea" y esperan que se repita con otros hombres pol¨ªticos.