Las cr¨ªticas al festival de Sitges
En un art¨ªculo sobre el festival internacional de teatro de Sitges, Los folios de Rotats, de Francesc Burguet i Ardiaca (EL PAIS, 1 de mayo), el autor se quejaba de que el agua de Sitges salga salada de los grifos, de que el sol brille por su ausencia, de que ¨¦l no pudiera ir a la playa y de una falta de ortograria en unos cartelitos. Despu¨¦s se quejaba de un espect¨¢culo que no le gust¨®, lo que si era de su incumbencia (tambi¨¦n era de su incumbencia decir algo sobre Flotats, pero no lo hizo y Dios sabe por qu¨¦.)En el fondo, lo que se hac¨ªa era insultar de la rnanera m¨¢s grosera e incompetente al festival teatral internacional m¨¢s antiguo del Estado espa?ol, una instituci¨®n que ha sobrevivido casi cuatro lustros sin vacilar ni una sola vez ante su propia acometida: unir gente de teatro de todo el mundo, sea cual sea su ideolog¨ªa, su punto de vista teatral o su lugar de procedencia art¨ªstico. Burguet no solamente insult¨® a la direcci¨®n y la organizaci¨®n., a los finariciadores y a la villa de Sitges, sino tambi¨¦n a los mienibros del jurado y a las compa?¨ªas nacionales e internacionales presentes, algunas de las cuales pagaron el desplazamiento de su bolsillo.
Sitges es un festival conflictivo, y de ello surge toda su gracia y su frustraci¨®n, su miseria y su esplendor, sus roces y su armon¨ªa y, sobre todo, su enorme esp¨ªritu de fraternalidad teatral, a la cual Burguet no ha querido incorporarse por odios inexplicados y por envidia infantil. Un festival de teatro perfecto ser¨ªa un aburrimiento total. Es f¨¢cil convocar a cinco compa?¨ªas de renombre mundial, de las que cuestan muchos millones. ?Pero d¨®nde est¨¢ entonces lo menos ?bueno y a veces lo mucho m¨¢s interesante, aunque menos perfecto? Sitges es y ser¨¢ un lugar de encuentro entre lo mediocre y lo genial, entre lo vanguardista y lo rezagado, y s¨®lo as¨ª ha podido sobrevivir y convertirse en uno de los festivales m¨¢s atractivos de Europa. Eso deber¨ªa saberlo el cr¨ªtico, que tendr¨ªa que conocer que la cr¨ªtica teatral es un ejercicio de poder que supone mucha responsabilidad y delicadeza, adem¨¢s de una buena dosis de nobleza de coraz¨®n-
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