El filme de Paul Schrader 'Mishima' rompe la monoton¨ªa del certamen
Es imposible hablar seriamente de Mishima por varias razones. La primera, porque se trata de una pel¨ªcula que precisa de una visi¨®n m¨¢s tranquila que la permitida por las circunstancias festivaleras. La segunda, porque hace falta conocer m¨ªnimamente a fondo la obra del escritor japon¨¦s para distinguir hasta qu¨¦ punto la versi¨®n que nos da Paul Schrader de la vida y obra de Mishima supera, de verdad, el peligro del mero digest. La tercera y ¨²ltima, porque Mishima es la primera pel¨ªcula sorprendente de este festival, la que ha venido a romper con la monoton¨ªa o con los hallazgos previsibles.
Mishima, adem¨¢s, es sorprendente desde un punto de vista formal, ya que mezcla con sabidur¨ªa la representaci¨®n de fragmentos escogidos de las obras literarias (El pabell¨®n de oro, La casa de Kyoko y Caballos desbocados), la biografia del personaje, y las ¨²ltimas horas del mismo, siempre con la idea de que el seppuku (suicidio ritual) con que culmina la trayectoria del protagonista y de la acci¨®n sea, seg¨²n palabras del propio Mishima, la respuesta a "la imposibilidad de tocar con una mano la eternidad y con otra la vida".La sorpresa contin¨²a desde el momento en que Schrader no pone ning¨²n ¨¦nfasis condenatorio cuando muestra muchas de las actitudes fascistas de Mishima, sino que procura explicarnos su coherencia, llevarnos a un terreno en el que brille la evidencia de que el personaje s¨®lo puede ser aceptado o rechazado en su integridad. La pel¨ªcula corre el mismo riesgo de su h¨¦roe y renuncia a lo trillado. En blanco y negro y color, documental, cr¨®nica y estilizaci¨®n del universo del creador, Oriente y Occidente, palabras y actos... es complicado resumirla si no es diciendo que se trata de la gran candidata a la Palma de Oro y uno de esos escasos t¨ªtulos que realmente pueden despertar pol¨¦micas no prefabricadas. Adem¨¢s, se inscribe en la moda de lo japon¨¦s, tiene una actitud ante la pol¨ªtica que no deja de ser moderna, aunque resulte inquietante en alguna de sus vertientes. Y es una aut¨¦ntica propuesta de gadget cultural para p¨²blicos universitarios.
Producci¨®n norteamericana
Mishima es una producci¨®n norteamericana rodada ¨ªntegramente en el Jap¨®n, hablada en japon¨¦s (s¨®lo el narrador, que es el propio Mishima, habla en ingl¨¦s, por motivos dif¨ªciles de comprender) y en la que se nota un gran esfuerzo por dar a Occidente una imagen de los nipones que no sea ni la del exotismo de los cuentos y leyendas con su kabuki incorporado, ni la de los malignos orientales. Schrader, que ya escribiera el gui¨®n de Yakuza, ha contado con la colaboraci¨®n de su hermano Leonard, que vive desde hace muchos a?os en el Jap¨®n. Y ha confiado en un equipo t¨¦cnico del que hay que destacar el trabajo de decoraci¨®n de Eiko Ishioka.Habr¨¢ que volver sobre Mishima, pero, por el momento, es justo constatar que con su pase se tiene la sensaci¨®n de que, finalmente, Cannes vuelve a ser un festival de primera categor¨ªa.
Latino, de Haskell Wesler, nos presenta a un contra nicarag¨¹ense educado en los Estados Unidos, que habla siempre en ingl¨¦s y que ve como se derrumba el dogma reaganiano que justificaba el bautizarlos como "soldados de a libertad". En la italiana Il fu Mattia Pascal -a competici¨®n la jornada de ayer-, el h¨¦roe pirandelliano del filme de Monicelli aprovecha una confusi¨®n sobre su muerte para lanzarse a vivir otra vida como una persona nueva. La pel¨ªcula es una nueva versi¨®n que a?adir a las dirigidas por Pierre Chenal y Marcel l'Herbier. De ella s¨®lo hay dos cosas a destacar: el trabajo interpretativo de Marcello Mastroianni, un virtuoso del cambio de registro, capaz de pasar con toda suavidad de la comedia al drama en una misma secuencia, y la idea de Monicelli de situar la acci¨®n en 1984 en vez del arranque del siglo, tal y como correspond¨ªa a una interpretaci¨®n literal del texto de Pirandello.
?Cu¨¢l es el motivo de este traslado en el tiempo? Lo cierto es que la ¨²nica explicaci¨®n satisfactoria es un poco triste: para abaratar costos y evitarse una reconstrucci¨®n del clima del momento en que se desarrolla la historia original. Si no es este motivo todo es incomprensible, ya que los guionistas no se han preocupado de solucionar la credibilidad de las situaciones, a menudo muy escasa debido a que el cambio de ¨¦poca requer¨ªa pensar en otras costumbres y h¨¢bitos morales, pintar la vida de la provincia de otra manera -los matrimonios obligados no se sostienen, los problemas burocr¨¢ticos de Pascal, creados por su condici¨®n de indocumentado, tampoco son veros¨ªmiles, etc¨¦tera- Monicelli ha procurado dar velocidad, ritmo de comedia, a Il fu Mattia Pascal y lo logra a ratos, consiguiendo un producto simp¨¢tico, intrascendente y escasamente pirandelliano.
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