El Rey plantea en Yugoslavia la necesidad de que el di¨¢logo entre las superpotencias d¨¦ resultados
La necesidad de que el di¨¢logo entre las superpotencias supere las actuales dificultades y d¨¦ resultados de cara al logro de la paz en el mundo fue la idea principal en torno a la que gir¨® el primer d¨ªa de visita oficial del Rey de Espa?a a Yugoslavia, adonde don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa llegaron a las once de la ma?ana de ayer, procedentes de Ruman¨ªa. Por la tarde, el Rey mantuvo una conversaci¨®n con el presidente de Yugoslavia, Rodovan Vlajkovic, acompa?ados ambos por sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores.
En la cena de gala que puso fin a la jornada oficial, el Rey pronunci¨® un discurso en el que destac¨® la peculiaridad de Belgrado como capital de un Estado donde seis rep¨²blicas y numerosas nacionalidades conviven en unidad. Asimismo compar¨® la lucha de los yugoslavos por alcanzar su expresi¨®n como Estado com¨²n con la historia de Espa?a cuando, durante el per¨ªodo de dominaci¨®n ¨¢rabe, los pueblos de nuestro pa¨ªs, a¨²n divididos, supieron mantener la conciencia de su solidaridad y restaurar en 1492 la unidad perdida.Pero el pasado, agreg¨® don Juan Carlos, hay que situarlo en relaci¨®n con el presente y el futuro, y la primera condici¨®n para alcanzar ese futuro es la paz. Junto a la necesidad de que el di¨¢logo entre las superpotencias supere las actuales dificultades y d¨¦ resultados tangibles, el Rey reclam¨® la necesidad de que pa¨ªses como Espa?a y Yugoslavia aporten tambi¨¦n sus esfuerzos en los foros internacionales. En este sentido, a?adi¨® don Juan Carlos que Yugoslavia es un claro ejemplo de que con voluntad y prop¨®sito firme es posible hacerse respetar y escuchar en los foros internacionales.
Por su parte, Vlajkovic dijo que el di¨¢logo entre las grandes potencias, por muy limitado que sea, constituye una esperanza verdaderamente real dentro del clima de tensi¨®n e intimidaci¨®n que caracteriza los ¨²ltimos a?os. El presidente yugoslavo destac¨® en su discurso la afinidad de los dos pa¨ªses, en tanto que ambos son europeos y a la vez mediterr¨¢neos.
Antes de la cena, ambos jefes de Estado, acompa?ados por los ministros de Asuntos Exteriores espa?ol, Fernando Mor¨¢n, y yugoslavo, Ralf Dizdarevic, celebraron una primera conversaci¨®n sobre los problemas y asuntos que afectan a ambos pa¨ªses, especialmente en la esfera internacional, en la que Yugoslavia tiene una posici¨®n singular: pa¨ªs con un r¨¦gimen comunista, conserva, sin embargo, celosamente una independencia real de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y no pertenece al Pacto de Varsovia, y en cambio, es patente una notable influencia occidental.
La visita a la Federaci¨®n Yugoslava comenz¨® a las once de la ma?ana, hora en que lleg¨® el avi¨®n de los Reyes al aeropuerto de Belgrado. La lluvia, que cay¨® fuertemente antes de la llegada, ces¨®, sin embargo, justamente cuando el avi¨®n se detuvo en el lugar destinado a la recepci¨®n oficial, que encabezaba el presidente del pa¨ªs, y donde se encontraban las principales autoridades de la Federaci¨®n Yugoslava. Desde el aeropuerto, los Reyes se dirigieron a su residencia oficial del palacio Viejo, donde descansaron y almorzaron en privado. Por la tarde, mientras la Reina visitaba el Museo de Frescos, don Juan Carlos se traslad¨® al monte Avala para depositar un ramo de flores en la tumba del soldado desconocido. Se trata de un monumento a los ca¨ªdos en la I Guerra Mundial en lucha contra Austria.
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