La contribuci¨®n de Yugoslavia en la victoria sobre el fascismo
Para Yugoslavia, la II Guerra Mundial se inici¨® el 6 de abril de 1941, al producirse un salvaje ataque de la aviaci¨®n alemana sobre Belgrado, capital proclamada ciudad abierta, y la penetraci¨®n de tropas alemanas, italianas, b¨²lgaras y h¨²ngaras en su territorio. A partir de aquellos momentos hasta el final de la contienda, los yugoslavos influyeron con su lucha el desarrollo de la guerra en Europa y en el Mediterr¨¢neo.
Aunque el reino de Yugoslavia se vio derrotado pronto en la guerra de abril, que dur¨® poco, las naciones yugoslavas no se conformaron con la ocupaci¨®n y la fragmentaci¨®n del pa¨ªs. El partido comunista, con Josip Broz Tito al frente, ya en su proclama del 15 de abril de 1941 llamaba al pueblo que prosiguiera con la lucha contra el invasor.
Aunque poco numeroso —con apenas unos 8.000 miembros unos 30.000 miembros de la Uni¨®n de la Juventud Comunista—, el partido comunista logr¨® llevar cabo desde abril hasta junio de 1941 los preparativos para la resistencia armada.
La fuerza real del Partido Comunista de Yugoslavia era mucho mayor de lo que podr¨ªa deducirse del n¨²mero de sus miembros, pues con su pol¨ªtica y actividad expresaba las aspiraciones libertadoras, la conciencia patri¨®tica y la disposici¨®n antifascista y democr¨¢tica del pueblo.
El ataque alem¨¢n sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica el 22 de junio de 1941 trajo cambios sustanciales en la situaci¨®n pol¨ªtica internacional. La Uni¨®n Sovi¨¦tica asumi¨® la principal carga de la guerra, creando con ello condiciones objetivas para desarrollar con ¨¦xito una lucha armada de liberaci¨®n tambi¨¦n en los dem¨¢s pa¨ªses europeos oprimidos.
En julio y en agosto, en casi todas las regiones de Yugoslavia, se hab¨ªa iniciado la insurrecci¨®n, inesperada para los invasores, que poco tiempo despu¨¦s se convertir¨ªa en guerra de liberaci¨®n de todo el pueblo contra los invasores fascistas y los traidores nacionales, y que durar¨ªa sin interrupciones hasta la capitulaci¨®n de la Alemania nazi en mayo de 1945.
A finales de 1941, las fuerzas antifascistas yugoslavas, conducidas por el comandante en jefe supremo, Josip Broz Tito, contaban con 80.000 combatientes, que obligaban al enemigo a mantener en el pa¨ªs seis divisiones alemanas, 16 italianas, cinco b¨²lgaras y dos divisiones h¨²ngaras, as¨ª como fuerzas de los ej¨¦rcitos colaboracionistas, con un total de m¨¢s de medio mill¨®n de soldados.
Fueron creados extensos territorios liberados en Serbia, Bosnia, Croacia y Montenegro. Sobre el territorio liberado en Serbia viv¨ªan aproximadamente un mill¨®n de habitantes. Alemania se vio obligada a trasladar a Yugoslavia a finales de noviembre de 1941, precisamente cuando los combates eran m¨¢s duros bajo Mosc¨², primero de Francia y luego tambi¨¦n del frente oriental, una divisi¨®n de infanter¨ªa m¨¢s para poder ocupar de nuevo el territorio libre en Serbia; mas no logr¨® destruir las fuerzas b¨¢sicas partisanas.
La creaci¨®n de brigadas partisanas comenz¨® en 1941 y m¨¢s tarde, ya con unidades mayores, se fue desarrollando una organizaci¨®n militar del movimiento de liberaci¨®n nacional cada vez m¨¢s poderosa. Sus fuerzas armadas ten¨ªan a finales de 1942 unos 150.000 combatientes, organizados en cuerpos de ej¨¦rcito, divisiones, brigadas y destacamentos partisanos. Por ello, hubo que comprometer en Yugoslavia a m¨¢s de 30 divisiones invasoras al lado de unos 250.000 soldados quislings (del eje); as¨ª, en Yugoslavia hab¨ªa m¨¢s fuerzas militares italianas que en el frente de El Alamein, en ?frica del Norte. A finales de noviembre y a comienzos de diciembre de 1942, en la parte central de Yugoslavia, las unidades partisanas manten¨ªan bajo su control un territorio libre de mayor extensi¨®n que B¨¦lgica.
El escenario de la guerra
En 1943, el teatro de guerra yugoslavo adquiere a¨²n mayor importancia. Figura en todos los planes y en todas las deliberaciones de las potencias del Eje. Sin recibir ninguna clase de ayuda por parte de los aliados, el Ej¨¦rcito de Tito logr¨® dos victorias importantes, derrotando al enemigo en las batallas del Veretva y del Sutjeska. Citemos un dato num¨¦rico para que el lector se forme una idea de la magnitud de aquellas batallas: en la primera, el enemigo emple¨® a 127.000 soldados, 40.000 m¨¢s que en la batalla de El Alamein. Lo cual es una prueba de la importancia que el enemigo atribu¨ªa al rol creciente del Ej¨¦rcito popular de Yugoslavia, del cual dec¨ªan que "equival¨ªa a un ej¨¦rcito aliado desembarcando en Europa".
Desde el oto?o de 1943 comienza una coordinaci¨®n m¨¢s directa con las acciones aliadas en el Mediterr¨¢neo. Despu¨¦s de la capitulaci¨®n de Italia, las unidades del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional de Yugoslavia desarmaron a las divisiones italianas.
En oto?o de 1943, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional ten¨ªa unos 300.000 hombres, organizados en 27 divisiones, o sea, cuerpos de ej¨¦rcito, y un n¨²mero mayor de brigadas y destacamentos partisanos, y controlaba m¨¢s de la mitad del territorio yugoslavo.
Precisamente por los ¨¦xitos de la lucha de liberaci¨®n, en la conferencia de Teher¨¢n (de 28 de noviembre hasta el 1 de diciembre de 1943), los l¨ªderes de la coalici¨®n antifascista, Churchill, Stalin y Roosevelt, tomaron la decisi¨®n de ayudar a los partisanos yugoslavos "en la mayor medida posible en el abastecimiento material y en las operaciones de comandos". Con ello, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional de Yugoslavia, en realidad, fue reconocido como participante en pie de igualdad en la lucha de la coalici¨®n antihitleriana contra las fuerzas fascistas.
Hasta junio de 1944, en que se produce el desembarco aliado en Normand¨ªa, los yugoslavos manten¨ªan el ¨²nico segundo frente en Europa en el cual el enemigo se ve¨ªa forzado a mantener a 712.000 soldados.
Acuerdo entre Tito y Stalin
La participaci¨®n de las unidades sovi¨¦ticas en las operaciones militares libradas en Yugoslavia, entre las cuales la m¨¢s importante fue la batalla de Belgrado (octubre de 1944), fue el resultado de un acuerdo entre 'rito y Stalin, con ocasi¨®n del primer encuentro que tuvieron en Mosc¨² en septiembre de 1944. En el comunicado oficial relativo a aquellas conversaciones se puntualiz¨® que el Gobierno sovi¨¦tico solicit¨® al Comit¨¦ Nacional de Liberaci¨®n de Yugoslavia y al Estado Mayor Supremo del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n y destacamentos guerrilleros de Yugoslavia la autorizaci¨®n para que el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n se instalase en el noreste del pa¨ªs.
En el comunicado se dec¨ªa tambi¨¦n que, una vez concluidas las operaciones, el Ej¨¦rcito rojo iba a retirarse del pa¨ªs.
Eso tuvo una importancia enorme para la lucha ulterior del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional de Yugoslavia por la liberaci¨®n final de las partes restantes, occidentales y centrales, del pa¨ªs. Hasta finales de 1944, liber¨® las partes restantes de Serbia, Macedonia, Montenegro y Dalmacia y una mayor parte de Bosnia y Herzegovina, estableciendo la l¨ªnea del frente desde el Drava hasta el Adri¨¢tico, vinculando el frente del Ej¨¦rcito rojo en Hungr¨ªa con el frente aliado en Italia y asumiendo a su cargo, de esa manera, en la etapa final de la II Guerra Mundial, una parte del frente estrat¨¦gico. Hasta el final de la guerra, que se prolong¨® en Yugoslavia hasta el 15 de mayo, el Ej¨¦rcito yugoslavo creci¨® a m¨¢s de 800.000 combatientes. Era el cuarto ej¨¦rcito de la coalici¨®n antihitleriana (URSS, 7.109.000 soldados; Estados Unidos, 3.065.505 soldados; Reino Unido, 890.000 soldados).
En la lucha de cuatro a?os por su liberaci¨®n, que animaba e inspiraba a los miembros de los movimientos de resistencia tambi¨¦n en otros pa¨ªses ocupados y ayudaba directa y particularmente a los antifascistas de los pa¨ªses vecinos, las naciones yugoslavas tuvieron enormes p¨¦rdidas —perdieron la vida 1.706.000 personas, es decir, uno de cada 10 habitantes, en su mayor parte debido a las feroces matanzas fascistas de la poblaci¨®n (las m¨¢ximas p¨¦rdidas humanas despu¨¦s de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Polonia). La guerra de liberaci¨®n nacional en Yugoslavia represent¨® un fen¨®meno singular en la II Guerra Mundial. Las fuerzas yugoslavas no eran un movimiento de resistencia que obra de acuerdo a las ideas e instrucciones de mandos aliados, sino un ej¨¦rcito del pueblo creado en la lucha por la libertad y la independencia.
Desde el inicio mismo de la insurrecci¨®n armada, el poder popular revolucionario ten¨ªa como su base pol¨ªtica m¨¢s amplia la organizaci¨®n del frente popular y tambi¨¦n las organizaciones antifascistas de las masas de la juventud y de las mujeres. Con las decisiones de la segunda sesi¨®n del Consejo Antifascista de Liberaci¨®n Nacional de Yugoslavia el 29 de noviembre de 1943, en la ciudad de Jajce, cuando el territorio libre montaba a unos 130.000 kil¨®metros cuadrados, con unos cinco millones de habitantes, Yugoslavia se convirti¨® en Estado de los comit¨¦s de liberaci¨®n nacional como organismo de la autogesti¨®n democr¨¢tica del pueblo. El Comit¨¦ Nacional de Liberaci¨®n de Yugoslavia obtuvo los rasgos de un Gobierno provisional, se sentaron los cimientos sobre los cuales habr¨ªa de constituirse el nuevo Estado yugoslavo federativo, que despu¨¦s de la libe raci¨®n del pa¨ªs ser¨ªa proclamado rep¨²blica, el 29 de noviembre de 1945.
Stanislav Stojanovjc es doctor en Derecho, profesor de Universidad y actualmente secretario ejecutivo de Cooperaci¨®n Internacional en la Presidencia del Comit¨¦ Central de la Liga de los Comunistas Yugoslavos.
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