La m¨²sica del toreo
?ltimamente, hay quien traza paralelismos entre la corrida de toros y la ¨®pera, como si tuvieran algo en com¨²n. Me parece desorientada la pesquisa. La ¨®pera no es un espect¨¢culo total por mucho que acumule elementos. Se habla a la ligera de totalidad porque el consumo de ¨®pera se ha apropiado de una caricatura de la gesamtkunstwerk (arte total) del drama musical wagneriano.El drama musical y la corrida de toros son totalizadores porque nacen de la misma misi¨®n sagrada del arte, que en la corrida se expresa mediante un ritual de inmolaci¨®n que diviniza translativamente al matador del toro, y en el drama musical lo hace a trav¨¦s de un ritual de redenci¨®n para la comunidad art¨ªstica.
Adem¨¢s, el c¨ªrculo es com¨²n a los respectivos templos. La plaza de toros es circular por complejas razones visuales y t¨¦cnicas superpuestas al simbolismo anular; el Festpielhaus de Bayreuth tiene un auditorio en forma de grader¨ªo griego, un segmento de circunferencia.
Pero la verdad es que aqu¨ª concluye la relaci¨®n entre el drama musical wagneriano y la corrida de toros. Ricardo Wagner se horrorizar¨ªa si pudiera leer estas disquisiciones. El toreo ha inspirado mucho a las artes pl¨¢sticas, que intentan retener el tiempo en el espacio, pero ha inspirado poca m¨²sica. Los pasodobles son costumbrismo. Tres o cuatro obras relativamente importantes no hacen sino confirmar la pobreza. S¨ª, ya s¨¦, Carmen. Pues no, la ¨®pera de Bizet no es de tema taurino. El toro no est¨¢ presente en el drama.. La corrida es aqu¨ª un t¨®pico espa?ol, tel¨®n de fondo, pintoresquismo. Escamillo es un triunfador de clase baja. Don Jos¨¦, un oficial, vive en otra esfera. El juego Eros-T¨¢natos surge del choque entre imposibles biol¨®gicos y sociales. Pero el toreo no pertenece al ritual de la muerte de Carmen.
La m¨²sica y el toreo coinciden en su pura naturaleza temporal. El toreo nace y muere con cada lance, con cada pase. La m¨²sica est¨¢ codificada en la partitura, pero no existe si no llega a ser sonido, pues nace y muere con cada nota, con cada silencio. Por eso el toreo no es buena fuente de inspiraci¨®n musical; pertenece a la misma magia: la partitura taurina ser¨ªa mera duplicaci¨®n. Tambi¨¦n los une su forma cl¨¢sica. No es casualidad que el toreo moderno iniciara su desarrollo, en la segunda mitad del siglo XVIII, justamente cuando la gran m¨²sica europea alcanzaba su clasicismo.
La formulaci¨®n cl¨¢sica de la m¨²sica da gran protagonismo al n¨²mero 3: el tritono, el comp¨¢s ternario, el esquema A-B-A de la forma sonata, la persistencia de la disposici¨®n allegro-adagio-allegro, .aunque la sinfon¨ªa haya tendido a la distribuci¨®n cuatripartita. Tambi¨¦n el n¨²mero 3 es el n¨²mero del toreo: en el ruedo circular hay 3 terrenos, los medios, el tercio, las tablas; 3 tercios de lidia, realmente ampliados a cuatro, como en la sinfon¨ªa, pues hoy la faena de muleta goza de autonom¨ªa en relaci¨®n a la muerte del toro; 3 matadores, 3 banderilleros, 3 puyazos, 3 pares de banderillas, 3 lances de capa y 3 pases de muleta fundamentales, 3 estocadas, 3 avisos... Todo lo dem¨¢s, por bello que sea, es ornamentaci¨®n, lo que le acerca a la m¨²sica del barroco.
Una curiosa consideraci¨®n. La m¨²sica cl¨¢sica se fundamenta en la repetici¨®n y la variaci¨®n tem¨¢ticas. En el toreo, a la repetici¨®n la llamamos ligar. Ha habido toreros musicales. Uno de ellos, si no el primero, fue Antonio Bienvenida. En la feria de 1959, en la c¨¦lebre corrida del salario del miedo, tore¨® al sobrero de Juan Antonio ?lvarez exclusivamente con la mano derecha, repitiendo, y, sin embargo, variando constantemente el tema del toreo con la diestra como en una chacona.
Esta naturaleza musical del toreo explica la frecuente coincidencia en Espa?a de la meloman¨ªa y la taurofilia. Citar¨¦ s¨®lo dos ejemplos importantes: Antonio Pe?a y Go?i, director de La Lidia y destacado cr¨ªtico y pol¨ªgrafo musical; Gerardo Diego, el m¨¢s taurino de nuestros poetas y el m¨¢s musical de nuestros taur¨®filos. Gentes de buena fe me han mirado con horror al o¨ªrme decir que dos gozos est¨¦ticos supremos en mi vida son Parsifal, por Hans Knappertsbusch en el Festival de Bayreuth de -1962, y la faena -un preludio del Clave bien temperado-, que Rafael Ortega hizo a un toro de Higuero el d¨ªa del Corpus de 1967.
?ngel Fernando Mayo es music¨®grafo y socio de la pe?a taurina Los de Jos¨¦ y Juan.
Babelia
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