Los socialdem¨®cratas de Hesse ofrecen coalici¨®n a los 'verdes'
El socialdem¨®crata Holger Boerner, presidente de un Gobierno minoritario del Estado federado de Hesse, en la Rep¨²blica Federal de Alemania, ha ofrecido a los verdes una cartera ministerial en el Gabinete y la formaci¨®n de una coalici¨®n si los ecopacifistas acceden a votar en el Parlamento regional el presupuesto.
Hace tan s¨®lo tres a?os, Boerner, un gigante de m¨¢s de 100 kilos que antes de hacer carrera pol¨ªtica trabaj¨® en la construcci¨®n, ofrec¨ªa garrotazos a unos ecologistas que alborotaban en uno de sus m¨ªtines electorales. Boerner no tiene mayor¨ªa en Hesse y fue elegido presidente de Gobierno, el 7 de junio pasado, con los votos de los verdes, que toleraron su Gobierno hasta que el conflicto sobre dos f¨¢bricas de productos radiactivos dio al traste con cinco meses de maridaje verdirrojo.Desde entonces, el panorama pol¨ªtico ha cambiado. Los verdes han iniciado un irresistible descenso tras las elecciones regionales del Sarre, Renania-Westfalia y Berl¨ªn Oeste, mientras que los socialdem¨®cratas (SPD) parecen marchar viento en popa.
La oferta de una coalici¨®n en Hesse supone para los verdes quiz¨¢ la ¨²ltima oportunidad de demostrar que su trabajo no se reduce a un puro onanismo pol¨ªtico, pero al mismo tiempo implica la necesidad de mancharse las manos con las tareas de gobierno. Boerner les ha ofrecido la cartera de Energ¨ªa, con competencias sobre los problemas de ecolog¨ªa y medio ambiente.
La oferta de Boerner obligar¨¢ a los verdes a definir posiciones y zanjar, al menos en Hesse, la discusi¨®n entre fundis (partidarios de una oposici¨®n fundamental al sistema) y realos (defensores de la idea de una cooperaci¨®n con los socialdem¨®cratas). Los verdes decidir¨¢n sobre la oferta de Boerner en una asamblea que se celebrara el pr¨®ximo d¨ªa 8.
El ofrecimiento socialdem¨®crata en Hesse no responde a un arrebato de generosidad repentino. Boerner tiene que sacar adelante el presupuesto para poder gobernar, pero sobre todo los socialdem¨®cratas necesitan un socio de coalici¨®n con vistas a las elecciones federales de 1987. La euforia de los ¨¦xitos en Sarre y Renania-Westfalia, donde el SPD consigui¨® la mayor¨ªa absoluta, no puede enmascarar la realidad de que un resultado as¨ª es imposible a escala federal.
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