Aquellos tiempos del desarrollismo
20 a?os despu¨¦s del plan lanzado por el franquismo, Algeciras y La l¨ªnea sufren las consecuencias
El franquismo quiso hacer de la bah¨ªa de Algeciras la Marsella del Sur, para romper la dependencia de Gibraltar y recuperar una de las zonas m¨¢s deprimidas de Espa?a. Pero el plan de desarrollo lanzado 20 a?os atr¨¢s ha dejado como saldo una zona a medio industrializar cargada de actividades molestas y una bah¨ªa m¨¢s contaminada que nunca, con una de sus poblaciones, La L¨ªnea, claramente desfavorecida en el reparto. A cambio, el plan lanz¨® notablemente el papel del puerto de Algeciras. Por el camino, algunas empresas salieron, otras se estrellaron y algunos vivos se enriquecieron aprovech¨¢ndose de las generosas ofertas oficiales. Hoy el Campo de Gibraltar tiene 250.000 habitantes, un 22% de paro, miedo a tanto petrolero y tanta petroqu¨ªmica y un puerto de primer¨ªsima actividad
Todo empez¨® en 1954, cuando la reina de Inglaterra visit¨® el pe?¨®n de Gibraltar. Eran los tiempos en que Espa?a caminaba por el imperio hacia Dios. Por aquel entonces, el Campo de Gibraltar, la zona delimitada por las cuencas de los r¨ªos Guadarranque y Palmones, que vierten sus aguas a la bah¨ªa de Algeciras, sufr¨ªa un notable retraso econ¨®mico, social, cultural y de infraestructura, un retraso importante aun para la realidad dif¨ªcil de la Espa?a de aquellos a?os.Ten¨ªa el Campo de Gibraltar un solo apoyo: la colonia brit¨¢nica. All¨ª llegaron a trabajar por aquellos a?os hasta 12.000 espa?oles, bien que en malas condiciones, con sueldos bajos. Pero se ayudaban con el peque?o e ingenuo contrabando diario, y la actividad comercial de La L¨ªnea, donde los gibraltare?os compraban, beb¨ªan y buscaban diversi¨®n nocturna barata, pon¨ªa el resto. Al otro lado de la bah¨ªa, Algeciras se apoyaba en su entonces peque?o puerto, poco m¨¢s que un puerto pesquero.
Industrializar
La visita de la reina de Inglaterra tuvo como primera consecuencia que el Gobierno espa?ol tratara de romper la dependencia econ¨®mica de la zona con respecto a la colonia. Poco a poco fueron aumentando las tensiones entre ambos pa¨ªses, y lleg¨® el momento en que el Gobierno decidi¨® que era preciso apoyar notablemente el desarrollo de la comarca. En 1964 se promovi¨® un concurso para la instalaci¨®n de una refiner¨ªa de petr¨®leo con planta petroqu¨ªmica, que gan¨® la Compa?¨ªa Espa?ola de Petr¨®leos, SA (CEPSA), y en 1965 se elabor¨® el primer borrador del plan de desarrollo de la comarca. Para cuando en 1969 se cerr¨® definitivaniente la verja s¨®lo quedaban 5.555 trabajadores espa?oles en la colonia, en su mayor¨ªa de elevada edad.Eran tiempos de euforia desarrollista, que hicieron contemplar con optimismo las posibilidades de esta pol¨ªtica. Al tiempo, las autoridades consideraban que el desarrollo de la zona permitir¨ªa que se convirtiera en un foco de actividad tal que la poblaci¨®n se situara entre los 600.000 y los 800.000 habitantes entre 1980 y 1990.
Se concedieron importantes facilidades para inversiones industriales: hasta un 20% de subvenci¨®n en la inversi¨®n, preferencia en la obtenci¨®n de l¨ªneas de cr¨¦dito oficiales, libertad de amortizaci¨®n y reducci¨®n o supresi¨®n de los aranceles en casos de importaci¨®n de maquinaria adquirida en el extranjero.
Pero frente a eso hab¨ªa importantes deficiencias que hac¨ªan dif¨ªcil la industrializaci¨®n. El nivel baj¨ªsimo de cultura hac¨ªa dif¨ªcil encontrar mano de obra medianamente cualificada. Las comunicaciones con el interior de la Pen¨ªnsula eran p¨¦simas (hoy s¨®lo son malas ), hab¨ªa que hacer cosas que recibieran materia prima y despacharan su producto por el mar. No hab¨ªa infraestructura de ning¨²n tipo.
Proyectos adelante
A pesar de todo, bastantes proyectos salieron adelante. Primero, CEPSA, con una peque?a nube de empresas auxiliares o de apoyo (como la planta de parafinas, la de tereft¨¢lico, la de metanol, la de arom¨¢ticos, la de butano ... ); luego, Acerinox -que produce 179.000 toneladas al a?o de planchas de acero inoxidable-, Sevillana de Electricidad, Celupal (papelera)... Industrias todas con varias caracter¨ªsticas: necesitadas de gran inversi¨®n, apoyadas en los beneficios de aquel plan, molestas, contaminantes, necesitadas de alto porcentaje de mano de obra especializada tra¨ªda de fuera, no creadoras de peque?as industrias auxiliares en la zona, no integradas en ¨¦sta y con entrada y salida por el mar. Pero el plan no sirvi¨® para el desarrollo de la peque?a y mediana empresa.Una consecuencia final ha sido la creaci¨®n de no m¨¢s de 10.000 empleos en la comarca, que as¨ª de los casi 800 000 habitantes de las previsiones m¨¢s optimistas, se ha quedado en 250.000, con un paro cuantificado en 15.000. Bien es cierto que esto equivale al 22% de la mano de obra activa, lo que est¨¢ notablemente por debajo de la media andaluza, que es del 30%.
La salvaci¨®n ha sido el puerto de Algeciras hace 20 a?os ocupaba el n¨²mero 29 entre los 30 espa?oles, ahora est¨¢ entre los de cabeza. La necesidad de entrada y salida por mar de las industrias montada en la bah¨ªa, las dificultades para el paso de contenedores de cierto tama?o por C¨¢diz y la buena gesti¨®n por parte de sus ¨²ltimos directores y presidentes de la Junta de Obras han tra¨ªdo esa consecuencia.
Desequilibrio
Pero el desarrollo trajo el desequilibrio. La L¨ªnea, privada de su apoyo en la colonia, se encontr¨® precisamente con los mayores fiascos: Confecciones Gibraltar, que se explica en recuadro aparte, y Crinavis. La L¨ªnea, con equipamientos a¨²n peores que AIgeciras, vio c¨®mo la mayor parte de los t¨¦cnicos o trabajadores especializados venidos de fuera se iban a vivir a la ciudad portuaria.Crinavis es un astillero empezado en 1973, con una inversi¨®n de 4.000 millones -de la que el Estado protegi¨® 2.800-, que nunca ha llegado a funcionar. Pretend¨ªa dar 1.935 empleos fijos y 596 eventuales. El proyecto estaba orientado a construir criog¨¦nicos, dotados de grandes esferas de hasta 40 metros de di¨¢metro para trasladar el gas enfriado y licuado. Pero cuando estuvo hecho el astillero hab¨ªa cambiado la filosof¨ªa. Se estimaba que los buques criog¨¦nicos eran peligrosos y que el traslado desde Siberia por gasoducto resultaba m¨¢s rentable. El resultado es que Crinavis nunca ha construido barco criog¨¦nico alguno. El flamante astillero limita su actividad a la modesta tarea del desguace de barcos, que apenas sirve para mantener las instalaciones en forma y que surte de materia prima a Acerinox
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