El cardenal Ratzinger reafirma su visi¨®n cr¨ªtica de los sectores progresistas de la Iglesia
Se llama Informe sobre la fe, pero tambi¨¦n se podr¨ªa denominar El manifest¨® de Ratzinger. Es un libro entrevista con el cardenal y te¨®logo alem¨¢n Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe o ex Santo Oficio, del periodista y escritor Vittorio Messori, autor de la famosa obra Hip¨®tesis sobre Jes¨²s. Un avance de este libro, que est¨¢ a punto de aparecer traducido a las principales, lenguas del mundo, publicado hace unos meses en la revista Jesas, provoc¨® pol¨¦mica y estupor dentro y fuera de la Iglesia. La sorpresa es que el libro, que fue presentado por el mismo Ratzinger en Roma el jueves pasado, no s¨®lo confirma aquellas afirmaciones, sind que las remacha y algunas de ellas las defiende con nuevos argumentos.
Se pens¨® en aquel momento que el periodista Messori hab¨ªa forzado las respuestas de Ratzinger o bien que ¨¦ste no se hab¨ªa expresado con precisi¨®n al haber hecho la larga entrevista que dur¨® varios d¨ªas, en italiano. Hubo obispos, entre ellos el propio presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, Gabino D¨ªaz Merch¨¢n, que afirmaron entonces: "Antes de pronunciarnos tenemos que esperar a que salga el libro".El panzer-kardinal, como lo llaman en la Rep¨²blica Federal de Alemania sus adversarios, los te¨®logos progresistas, se muestra en el libro duro y pesimista sobre las religiones no cristianas, sobre las conferencias episcopales, sobre la teolog¨ªa de la liberaci¨®n o sobre los frutos negativos producidos por el concilio Vaticano II Muestra tambi¨¦n su defensa, apasionada sobre la existencia del diablo.
De una lectura atenta del libro 218 p¨¢ginas, que sale meses an tes del importante s¨ªnodo extra ordinario convocado por Juan Pablo II para hacer una revisi¨®n cr¨ªtica del concilio a 20 a?os de su clausura, se pueden deducir varias cosas.
Te¨®logo sutil
La primera es que de Ratzinger se podr¨¢ decir todo menos que no sea un hombre francamente inteligente y un te¨®logo sutil. A veces es hasta mordaz. Como si escribiera con un cuchillo. Pero sobre todo es de una fin¨ªsima iron¨ªa con ciertos te¨®logos, sus enemigos intelectuales, a quienes tiende incluso a dejar desnudos o en rid¨ªculo.
Y, sobre todo, se revela una cosa importante: que sin g¨¦nero de dudas es Ratzinger el gran inspirador teol¨®gico del Papa polaco. Leyendo este libro se pueden entender mucho mejor ciertas tomas de posici¨®n, ciertos discursos y hasta ciertas contradicciones del papa Wojtyla, m¨¢s poeta que te¨®logo, m¨¢s pater que catedr¨¢tico, que recurre al te¨®logo alem¨¢n en los temas doctrinales conflictivos para sentirse amparado y protegido por su recia solidez doctrinal.
En su libro-entrevista, el cardenal Joseph Ratzinger se queja de quienes presentan frases suyas fuera del contexto. Pero, sin embargo, algunas de las afirmaciones que expone el libro Informe sobre la fe son como piedras: se entienden como sentencias aun fuera de todo contexto, porque el cardenal no es el italiano que zigzaguea, sino el alem¨¢n que ense?a desde la c¨¢tedra.
El camino del cardenal
?stas son, algunas de las afirmaciones del libro de Ratzinger:"Desde mi puesto inc¨®modo he entendido que cierta contestaci¨®n de ciertos te¨®logos est¨¢ marcada por la mentalidad t¨ªpica de las burgues¨ªas opulentas de Occidente".
"Hay que confrontarse con la realidad del Vaticano II, con la letra y con el esp¨ªritu aut¨¦nticos del Concilio aut¨¦ntico, no con un imaginario Vaticano II".
"Es indiscutible que los ¨²ltimos 20 a?os han sido decididamente desfavorables para la .Iglesia cat¨®lica. Los resultados que han seguido al Concilio parecen cruelmente opuestos a las esperanzas de todos, empezando por las de Juan XXIII, y despu¨¦s de Pablo VI. Los cristianos son otra vez minor¨ªa, m¨¢s de cuanto lo fueron desde, el final de la antig¨¹edad".
"Estoy convencido de que las aver¨ªas de estos 20 a?os no se deben al Concilio verdadero, sino al desencadenarse dentro de la Iglesia de fuerzas agresivas, centr¨ªfugas, quiz¨¢ irresponsables o simplemente ingenuas, de f¨¢cil optimismo, de ¨¦nfasis de la modernidad..., y al externo, al impacto con una revoluci¨®n cultural: la afirmaci¨®n en Occidente de la clase media-superior; de la nuevaburgues¨ªa del terciario' con su ideolog¨ªa liberal-radical de marca individualista, racionalista ya hedon¨ªs'tica".
"La autoridad no se basa sobre votaciones por mayor¨ªa: se basa sobre la autoridad de Cristo...; s¨®lo recordando esto ser¨ªa posible descubrir la necesidad y la fecundidad de la obediencia a las leg¨ªtimas jerarqu¨ªas".
"Una afirmaci¨®n, o es verdadera, o es falsa. La verdad puede ser s¨®lo encontrada, no confeccionada".
"Por eso, una conferencia episcopal,no puede votar sobre la verd ad".
"En una hip¨®tesis evolucionista del mundo no hay espacio para el pecado original".
"Separado del matrimonio, el sexo se ha quedado sin una colocaci¨®n, privado de puntos de referencia, una especie de mina vagante, un problema y, al mismo tiempo, un poder omnipresente".
"Digan lo que quieran ciertos te¨®logos superficiales, el diablo es para la fe cristiana una presencia misteriosa, pero real, personal y no simb¨®lica".
"Si la luz de Cristo debiera apagarse, el mundo, aun a pesar de toda su sabidur¨ªa y tecnolog¨ªa, caer¨ªa en el terror y en la desesperaci¨®n. Y existen ya se?ales de esta vuelta de fuerzas oscuras, mientras crecen en el mundo secularizado los cultos sat¨¢nicos".
"La historia lo ha confirmado siempre: la Iglesia cat¨®lica puede, como mal menor, llegar t¨¢cticamente a pactos con sistemas estatales tambi¨¦n opresivos, pero al final acaba revel¨¢ndose una defensa para todos contra las degeneraciones del totalitarisino".
"La actitud de un cierto ecumenismo cat¨®lico posconciliar ha estado marcada por un cierto masoquismo, como por un deseo un poco perverso de reconocerse culpables de todos los desastres de la historia".
"El di¨¢logo puede profundizar y purificar la fe cristiana, pero no puede cambiarla en su verdadera esencia".
"La teolog¨ªa de la liberaci¨®n, en las formas q ue se inspiran al marxismo, no es un producto aut¨®ctono, indigno de Am¨¦rica Latina, o de otras zonas subdesarrolladas, como si all¨ª hubiese nacido y crecido espont¨¢neamente, por obra del pueblo. No. Se trata, en realidad, al menos en su origen, de una creaci¨®n de intelectuales, y de intelectuales nacidos y formados en el Occidente opulento: europeos son los te¨®logos que la han iniciado, europeos (o alumnos de las universidades europeas) son los te¨®logos que la hicieron crecer en Am¨¦rica Latina. Detr¨¢s del espa?ol o del portugu¨¦s de aquella predicaci¨®n se advierte en realidad el alem¨¢n, el franc¨¦s o el anglo-americano".
"Parad¨®jicamente, la fe parece estar m¨¢s segura en el Este, donde est¨¢ oficialmente perseguida. En el plano doctrinal no tenemos ning¨²n problema con el catolicismo de aquel llas zonas... La gente ha experim¨¦ntado en su propia piel la tragedia de una sociedad que ha tentado tambi¨¦n una liberaci¨®n, pero de Dios. M¨¢s aun en algunos pa¨ªses del Este va emergiendo una teolog¨ªa de la liberaci¨®n, pero como liberaci¨®n del marxismo".
"Si se sacraliza la revoluci¨®n -mezclando Dios, Cristo e ideolog¨ªas-, se crea un fanatismo entusi¨¢stico que puede llevar a injusticias y opresiones peores, trastornando en los hechos lo que se propon¨ªa en teor¨ªa".
"La Iglesia de hoy no necesita de nuevos reformadores, sino de nuevos santos".
Esta ¨²ltima tesis de su manifiesto, el cardenal Ratzinger la ha tomado prestada del papa Juan Pablo II.
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