EE UU anuncia que respetar¨¢ el SALT II, pero responder¨¢ a las violaciones sovi¨¦ticas
Estados Unidos seguir¨¢ respetando, con flexibilidad para responder a las violaciones sovi¨¦ticas, el tratado SALT II de limitaci¨®n de armas estrat¨¦gicas de 1979, el ¨²nico acuerdo que pone restricciones a la carrera de armamentos entre las dos superpotencias, seg¨²n anunci¨® ayer el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes. El presidente Ronald Reagan, que ten¨ªa previsto anunciar anoche su decisi¨®n al Congreso, ha enviado una carta al l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, comunic¨¢ndole la medida, que permitir¨¢ a EE UU violar algunas cl¨¢usulas del tratado si tambi¨¦n lo hace la URSS.
Las Embajadas norteamericanas en Europa explicaron la decisi¨®n de la Administraci¨®n a los aliados cuya presi¨®n a favor de que Washington siga cumpliendo el tratado, que nunca fue ratificado por el Senado junto con la actitud del Congreso, ha sido determinante.La interpretaci¨®n liberal del SALT II adoptada por Reagan respetar¨¢ los l¨ªmites num¨¦ricos de los cohetes intercontinentales que ambos pa¨ªses pueden poseer, pero permitir¨¢ algunas "violaciones t¨¦cnicas" que compensen las que, seg¨²n la Administraci¨®n, realizan los sovi¨¦ticos. De momento, EE UU desmantelar¨¢ sus antiguos submarinos nucleares Poseid¨®n, y continuar¨¢ con su programa para construir un nuevo misil, el Midgetman, de una, sola cabeza nuclear, menos vulnerable que el MX, cuyo despliegue est¨¢ permitido por el S?LT IL Las pruebas del nuevo cohete s¨ª violar¨ªan el tratado.
El presidente informar¨¢ al Congreso, cuya actitud ha influido en la decisi¨®n final, que los sovi¨¦ticos est¨¢n acelerando el desarrollo y el despliegue de m¨¢s y mejores cohetes nucleares, seg¨²n se desprende de un estudio realizado por los servicios de espionaje.
La decisi¨®n del presidente supone un compromiso entre dos sectores enfrentados de la Administraci¨®n, que no contenta a los duros encabezados por el jefe del Pent¨¢gono, Caspar Weinberger, que pidieron a Reagan que Washington dejara de cumplir con las estipulaciones del tratado, cuyo plazo expira a finales de este a?o. El secretario de Defensa envi¨® la pasada semana una carta al presidente en la que afirmaba que continuar respetando el SALT Il supon¨ªa un "signo de debilidad" ante Mosc¨² y que deb¨ªa utilizarse este tema para presionar a los sovi¨¦ticos y lograr concesiones en las negociaciones de Ginebra. El secretario de Estado, George Shultz, defendi¨® la postura contraria y dijo que acabar con el SALT Il endurecer¨ªa aun m¨¢s la posici¨®n estrat¨¦gica de Mosc¨².
Weinberger perdi¨® la partida cuando la Junta de Jefes de Estado Mayor se mostr¨® partidaria, en una reuni¨®n del Consejo Nacional de Seguridad, de continuar cumpliendo con el SALT II. Finalmente, la soluci¨®n salom¨®nica, que permite respuestas proporcionales a las violaciones sovi¨¦ticas y que vincula el cumplimiento del acuerdo a una pol¨ªtica sovi¨¦tica de restricci¨®n en su rearme nuclear, fue formulada por el consejero nacional de Seguridad, Robert Mac Farlane, y Reagan la aprob¨® el pasado fin de semana en su retiro campestre de Camp David.
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