Joaqu¨ªn Almunia y los 'sumergidos'
En un reciente n¨²mero de la revista Papeles de Econom¨ªa Espa?ola se recogen las respuestas de Joaqu¨ªn Almunia, a una serie de preguntas sobre los efectos del Acuerdo Econ¨®mico y Social (AES). De entre ellas, quisi¨¦ramos resaltar una: la que hace referencia a la posibilidad y a la necesidad de hacer aflorar la econom¨ªa sumergida.Vaya por delante que, en general, estamos de acuerdo con lo que expresa el ministro, por ejemplo, cuando dice que "?hay que trabajar para impedir que exista econom¨ªa sumergida? Evidentemente si, pero siendo conscientes de que es algo con lo que, no se puede acabar a corto plazo...", o cuando se?ala que en Espa?a "las formas de econom¨ªa mercantil, con todos los pronunciamientos favorables desde el punto de vista legal, no llegaron a implantarse el ciento por ciento en el per¨ªodo de crecimiento r¨¢pido de los a?os sesenta; es decir, sin llegar a compararnos con pa¨ªses donde hay un sector informal mayoritario de la econom¨ªa, s¨ª que ha habido tradicionalmente actividades que nunca llegaron a ponerse el traje legal. Y ese factor de econom¨ªa sumergida .o econom¨ªa informal. probablemente siga existiendo en Espa?a".
Efectivamente, esa es nuestra opini¨®n. Coincidimos, pues, con el ministro. Pero, sin embargo, nos parece ¨²til insistir, una vez m¨¢s, en un tema que parece resistirse duramente a ser asimilado cuando se habla de econom¨ªa sumergida.
Tal tema no es otro que el de la definici¨®n de econom¨ªa sumergida o informal. Es ya habitual, Y el propio Almunia as¨ª lo hace, hablar de econom¨ªa sumergida en t¨¦rminos generales, metiendo en el mismo saco actividades que, si bien son todas elegibles, lo son por distintas causas, y sobre todo tienen muy diferentes connotaciones sociales.
Aflorar sumergidos
Nos parece interesante volver sobre el tema, puesto que de su delimitaci¨®n depende la actitud de la Administraci¨®n p¨²blica que intente hacer aflorar a los sumergidos.Ante todo hay que distinguir entre actividades que en s¨ª mismas (como actividad) son ilegales y aquellas que lo son por causas ajenas a la propia actividad. Entre las primeras suele incluirse, por ejemplo, la evasi¨®n de divisas, la trata de blancas, el contrabando, el tr¨¢fico de drogas, etc¨¦tera. Si el se?or ministro quiere hacer aflorar esta importante parte de la econom¨ªa sumergida tiene dos opciones: intensificar las medidas de control policial o modificar la legislaci¨®n vigente legalizando las actividades antes mencionadas. Si se despenaliza el tr¨¢fico de drogas es evidente que los consorcios internacionales de la qu¨ªmica o los f¨¢rmacos traficar¨¢n c¨®modamente con ella y pagar¨¢n sus impuestos, por poner un ejemplo.
Pero, al parecer, ¨¦ste no es el cap¨ªtulo m¨¢s. importante al que se suele hacer referencia cuando se habla de econom¨ªa sumergida. T¨¢citamente, se suele aludir a actividades que como tales son perfectamente legales (todas ellas son trabajo), pero cuya ilegalidad procede de su no declaraci¨®n al fisco. Son actividades legales no controladas, ni fiscalizadas. Tratar de hacerlas aflorar significa conseguir que regularicen su situaci¨®n fiscal, en pocas palabras. Pero ello puede implicar, sencillamente, su desaparici¨®n como tales actividades productivas, y, por tanto, hay que ir con cuidado, sobre todo cuando delante se tiene una econom¨ªa con las escalofriantes cifras de paro de que dispone la econom¨ªa espa?ola en la actualidad.
Nosotros proponemos una tipolog¨ªa de actividades econ¨®micas sumergidas que nos parece ¨²til a la hora de saber a qui¨¦n hay que hacer aflorar y a qui¨¦n no.
Desde el punto de vista de los empresarios sumergidos:
- Empresarios legales que trabajan en el sector formal de la econom¨ªa, pero que emplean a parte de la plantilla sin declarar: usan trabajo. negro.
- Empresarios legales que evaden total o parcialmente los impuestos o que no declaran a la Seguridad Social.
- Empresarios ilegales, totalmente sumergidos.
Desde el punto de vista de los trabajadores.
- Trabajador negro, que trabaja en una empresa legal, pero que ni est¨¢ dado de alta en la Seguridad Social, ni tiene contrato, ni nada.
- Trabajador en paro que realiza trabajos espor¨¢dicos (chapuzas).
- Trabajador en paro que con la indemnizaci¨®n recibida por despido se instala por su cuenta: engrosa la legi¨®n de aut¨®nomos y en general suele depender econ¨®micamente de empresas grandes del sector que siguen en la econom¨ªa formal o regular.
- Trabajador a domicilio, que suele estar integrado en procesos de producci¨®n de empresas legales, pero que ni consta como empleado ni como aut¨®nomo. Es el caso m¨¢s tradicional en industrias como la textil, calzado, juguete, manipulado de papel, etc¨¦tera.
- Trabajador despedido que, se instala en su domicilio o en talleres propios, por su cuenta, para trabajar en el mismo sector del que fue despedido, y en general para la misma empresa que lo despidi¨®, la cual act¨²a como comercialista.
Desigualdad
En resumen: existe una amplia gama de sumergidos, y desde luego no son todos iguales. Es evidente que no es lo mismo sumergirse no pagando parte de la Seguridad Social de la plantilla de una brillante empresa multinacional que hacer zapatos a domicilio en Alcoy o Elche, ni es lo mismo emplear trabajo negro o contratar aut¨®nomos por parte de grandes empresas constructoras que tener un puesto de venta ambulante de baratijas. El se?or ministro tiene, pues, ante s¨ª un amplio abanico de posibilidades, variopinto y estramb¨®tico en muchas ocasiones. A ¨¦l corresponde la decisi¨®n de a qui¨¦n hay que hacer aflorar. ?A las multinacionales, a las grandes empresas deshonestas y semisumergidas? ?A los aut¨®nomos de buena voluntad o a los aut¨®nomos a la fuerza?
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