Mitterrand quiere mantenerse al margen de la 'guerra de jefes' entre Fabius y Jospin

El presidente de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Mitterrand, ha manifestado su voluntad de mantenerse al margen de la guerra de jefes que opone al primer ministro, Laurent Fabius, y al primer secretario del Partido Socialista (PS), Lionel Jospin, sobre la estrategia a seguir en la campa?a electoral para las legislativas de marzo de 1986.

Mitterrand, que inici¨® ayer una visita de dos d¨ªas a la regi¨®n de Languedoc-Roussillon, una de las m¨¢s afectadas por el ingreso de Espa?a en la CEE, admiti¨® que el debate entre Fabius y Jospin es "importante", pero se?al¨® que no era de su competencia. El presidente desminti¨® rotundamente los rumores seg¨²n los cuales iba a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas.Parece dificil, sin embargo, que Mitterrand pueda mantenerse alejado de la pol¨¦mica, sobre todo porque Fabius necesitar¨¢ su apoyo si quiere seguir adelante con su propia estrategia. El presidente celebrar¨¢ ma?ana su tradicional desayuno de trabajo con ambos pol¨ªticos y se cree que el primer ministro solicitar¨¢ su arbitraje.

Portavoces cercanos a Fabius calificaron de "inoportuna y artificial" la carta de Jospin, ofreciendo su dimisi¨®n al comit¨¦ director del PS si no se le confirma jefe de la campa?a. Los seguidores del primer ministro estiman que Jospin est¨¢ echando a perder una de sus mejores cartas electorales, la uni¨®n de los socialistas frente a la divisi¨®n de la derecha, al abrir la guerra de jefes. Los amigos de Jospin, por el contrario, explican que el enfrentamiento no har¨¢ da?o al partido porque "m¨¢s vale un debate p¨²blico de 15 d¨ªas que un malentendido de nueve meses".

La actitud del presidente

Los diferentes sectores del PS van tomando posiciones cautamente, porque la mayor¨ªa espera a conocer de qu¨¦ lado se decanta Mitterrand. Te¨®ricamente, la estrategia de Fabius defender¨ªa mejor los intereses del presidente de la Rep¨²blica, que desea cumplir su mandato de siete a?os en el El¨ªseo al margen de lo que suceda en las legislativas. La l¨ªnea Fabius implica la creaci¨®n de un frente republicano en el que el PS ser¨ªa una parte importante, pero no decisiva. La l¨ªnea Jospin supone un programa electoral socialista capaz de atraer el voto comunista. Si se cumplen los sondeos y el PS pierde las elecciones, Jospin propone que el partido pase a una clara oposici¨®n, sin compromisos con la derecha, pese a que Mitterrand contin¨²e en el El¨ªseo hasta 1987.La guerra entre los dos jefes puede resultar m¨¢s perjudicial para Fabius que para Jospin, porque la carrera del primer ministro se basa en su imagen de moderado y tecn¨®crata, capaz de unir a fuerzas pol¨ªticas no socialistas y de evitar una excesiva ideologizaci¨®n del PS. Un fracaso muy evidente frente a Jospin le quitar¨ªa buena parte de su credibilidad frente a la opini¨®n p¨²blica.

Conscientes de este problema, algunos dirigentes socialistas se esfuerzan por conseguir un compromiso entre los dos pol¨ªticos que evite que el comit¨¦ director, que se re¨²ne el 6 de junio para debatir la carta del primer secretario del partido, tenga que pronunciarse claramente a favor de uno u otro contendiente.

La batalla interna se apaciguar¨¢ moment¨¢neamente, mientras Fabius visita Argelia y Mitterrand est¨¢ en Languedoc intentando atraerse de nuevo una regi¨®n que vot¨® socialista en 1981 y que en las ¨²ltimas elecciones locales vot¨® a la derecha.