24 lunes
Gran movida diplom¨¢tica y oficial en el Campo del Moro, en torno del Rey, en su santo. (El pr¨ªncipe Felipe, por cierto, est¨¢ claro que lleva el mismo camino constitucional que su padre, lo que quiere decir, felizmente, que los Borbones han dejado para siempre de "borbonear", seg¨²n infinitivo de la derecha). Como argumento de todo aquel filme Visconti sin celuloide, la crisis de fondo, la crisis de Gobierno. Una crisis de Gobierno, un reciclaje de ministros, es algo normal y racional en cualquier democracia democr¨¢tica. En nuestra democracia salvaje, supone que el Gobierno est¨¢ vencido, zurribado, anfetam¨ªnico. Hay una cierta oposici¨®n que se obstina en seguir reti?endo de tercermundismo los h¨¢bitos normales de una democracia. Pero do?a Carmen Romero, con sus t¨²nicas unicas (la redundancia es deliberada, como un verso) y su inteligente perfil, modelado por el silencio, sigue siendo la imagen/met¨¢fora de la prudencia en la mujer, de los cl¨¢sicos, y de la prudencia en la pol¨ªtica. (No entro en glosas de Sus Majestades, porque: les vi poco y porque son obvias). La otra ma?a de la oposici¨®n es sa carse que Felipe, si hace remodelaci¨®n, es por maniobra electoral (a tanta distancia). Lo obligatorio en toda oposici¨®n es incordiar, pero no difamar. El Campo del Moro, algo as¨ª como la. selva virgen, tras la geometr¨ªa francoitaliana de los jardines de Sabatini, alberga siempre un Tarz¨¢n de los monos que quiere resolver Espa?a a gritos y en seis meses.
26 mi¨¦rcoles
Fue ni?o de botitas y adolescente con pasador de bolitas en el cuello de la camisa. Fue joven iluminado que o¨ªa a do?a Concha Piquer y conversaba con Cristo en las pensiones baratas de Madrid. Quer¨ªa llegar a Papa, era lo ¨²nico que quer¨ªa (muy respetable querencia), pero por otros caminos. Era un heterodoxo de Dios, pero no un anticristo, sino un anti/Luna. Monse?or Es criv¨¢ de Balaguer. Toda su doctrina, tampoco muy extensa en p¨¢ginas, puede reducirse a un dicho espa?ol y baturro, con esa capacidad que los aragoneses, desde mi amado Graci¨¢n, tienen, para la s¨ªntesis: "M¨¢s papista que el Papa". Quiso pasarle a Dios por la derecha. Ahora se cumplen 10 a?os de su muerte Estuvo a la derecha de Juan XXIII y cara a cara con Pablo VI. Se le acercaban los grandes de la tierra, pero ¨¦l los rehu¨ªa tras los grandes del cielo. Llenaba los teatros y no sab¨ªa nada de la p¨ªldora. Agotaba las ediciones de sus libros y precedi¨® a Wojtyla en la reevangelizaci¨®n del Tercer Mundo, que sigue sin evangelizar, o luchando por otros evangelios. Hab¨ªa hecho descender el cielo a la tierra y le parec¨ªa tan celestial Radio Zaragoza (cuando le daban un homena e) como el barroquismo negro y natural de las nigerianas. No consigui¨® reinar en Roma, pero s¨ª morir all¨ª, donde tiene tumba. Es el ¨²ltimo Luna de nuestro tiempo y el ¨²ltimo M¨¦dicis, pero un M¨¦dicis de Barbastro, de modo que se le notaba la finura redicha de un prelado de secano. Italia es otra cosa. Una vez visit¨¦ Torreciudad con el gran Juan Ram¨®n Masoliver, que me explic¨® muy bien la formidable y espantosa m¨¢quina de la bas¨ªlica del Opus. Tuvo con ¨¦l intelectuales como Mifi¨¢n Puelles y financieros como Vil¨¢ Reyes. Escriv¨¢ conceb¨ªa el alma como un telar sin lanzadera, conceb¨ªa al hombre como una m¨¢quina d¨®cil y mon¨®tona, sin la lanzadera del sexo, la creaci¨®n y la agresividad.
27 jueves
Juan Luis Cebri¨¢n: Cr¨®nicas de mi pa¨ªs. "La Prensa (citando a Balzac) representa toda la inteligencia humana y la civilizaci¨®n misma". 20 a?os m¨¢s tarde, Balzac escribe con asco y cansancio su ensayo sobre la Prensa de Par¨ªs. Cebri¨¢n ha necesitado mucho menos tiempo que Balzac para descubrir, desde dentro, en qu¨¦ alba?ales pol¨ªticos puede caer la Prensa. Y los denuncia/ autodenuncia, cat¨¢rticamente, en este libro.
30 domingo
La gran movida de la semana ha sido la movida/Fraga por un retrospectivo nost¨¢lgico y teuve sobre los tiempos de este hombre como fugaz -venturosamente fugaz- ministro de la Gobernaci¨®n. Me parece que Fraga tiene toda la raz¨®n para protestar e incluso para abandonar su esca?o parlamentario, como ha sugerido/amenazado, y en el que, por otra parte, aporta ya poco ruido y ninguna nuez. Las razones de Fraga son dobles: hist¨®ricas y personales. Hab¨ªamos quedado en sellar el franquismo y post, en no hablar de eso, en olvidar, en perdonar. Mayormente, porque nos aburr¨ªa. De otra parte, nadie tiene derecho a entrar, con luz y filinaciones (antes eran taqu¨ªgrafos), en el alma de un hombre, alma que no suele ser otra cosa que su pasado: llamamos "aIma" a la nebulosa de nuestros recuerdos y contrarrecuerdos, o, m¨¢s bien, a aquello adonde no alcanza ya el recordar, y que es lo que nos da m¨¢s miedo. Lo que pasa es que cuando a un alma se le hace ministra de la Gobernaci¨®n, se convierte en Alma Mater o alma p¨²blica. Y entonces s¨ª que es sustento ("sustento: alimento y base", como deslindar¨ªa Antonio P¨¦rez, mi te¨®logo jesuita de c¨¢mara) de la Prensa encanallada que denuncian Balzac y Cebri¨¢n. A Fraga le ha molestado que le recuerden visualmente su ¨¦poca de ministro de Gobernaci¨®n como a la respetable le inquieta su pasado de "respetuosa". No es posible que Fraga se averg¨¹ence de aquel trecho de su vida -por qu¨¦-, luego hay que pensar en un ataque de modestia, muy propio de la andropausia en que andamos todos, don Manuel. Demasiada gloria inoportuna. ?Por qu¨¦ saca eso ahora Calvi?o? Demasiado contraste con la actual grisalla de su liderazgo de sombras. Mala fe TVE.
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