Ca¨ªda de Ruiz Cabestany y abandono de Pacho Rodr¨ªguez
Las etapas en llano transcurren sin hostilidades. El Tour prosigue en calma chicha, sin un solo ataque de importancia, por lo que Hinault conserva el dominio de la carrera basado en el autocontrol de la mayor¨ªa de sus rivales. La sexta etapa s¨®lo registr¨® una refriega en el sprint final y la retirada de Pacho Rodr¨ªguez. Cabestany cay¨® en el kil¨®metro 50, pero sin importancia. Perurena, el director del Seat Orbea, que hace las etapas en coqueto ba?ador, dio el sobresaliente a sus corredores. M¨ªnguez, el del Zor, estuvo a punto de perder a tres nuevos elementos, que rozaron el fuera de control.
El comentario general en la l¨ªnea de salida era la proliferaci¨®n de ca¨ªdas en la etapa anterior, hasta el punto de que algunos corredores decidieron rescatar la chichonera, una especie de casco, que parec¨ªa haber sido desterrado ya de las pruebas por etapas.Tras el desayuno, los espa?oles comentaban con satisfacci¨®n el buen resultado de la etapa del adoquinado. Todos, menos M¨ªnguez. Y, casualmente, se supo que corredores corno Rup¨¦rez, Pedro Mu?oz o ?lvaro Pino recuperaron posiciones sobre los adoquines; es decir, que quedaban rezagados en el llano y adelantaban puestos en el adoquinado. Rup¨¦rez, incluso, ve¨ªa f¨¢cil esto de correr en esa superficie.
Tras comenzar la etapa, el pelot¨®n decidi¨® llevar una marcha lenta. Incidente especial fue, en esos instantes, la ca¨ªda de Cabestany. Pello discurr¨ªa tras el l¨ªder, Andersen, con sus ruedas casi pegadas, sin tomar en consideraci¨®n que aqu¨¦l se dedic¨® unos segundos a echarse agua en la zapatilla como medida de refresco. Al llegar una bajada, Andersen se descuid¨® y enfil¨® la cuneta. Cabestany sigui¨® su rueda. "No pas¨® nada, pero unos segundos despu¨¦s vi c¨®mo pasaba por encima de mi cabeza Fabio Parra".
El volador Parra ay¨® m¨¢s lejos, pero tampoco sufri¨® lesi¨®n. En seguida se qued¨® su superequipo para llevarlo al pelot¨®n sin dificultad". ironiz¨® Cabestany. Lo cierto es que los corredores colombianos conservan un alto ¨ªndice de presencia en todas las ca¨ªdas. No faltan en ninguna.
M¨¢s tarde, las alentadoras noticias que daba la radio colombiana sobre el caminar suelto de Pacho Rodr¨ªguez en el pelot¨®n se frustraron. A la llegada a un puerto de monta?a, Pacho empez¨® a descolgarse. Cont¨® con el resguardo de los compa?eros Ib¨¢?ez, Fern¨¢ndez y Fuerte, pero no estaba dispuesto a un nuevo calvario a la vista de que iba a volver a perder tiempo. Abandon¨® en el kil¨®metro 160. La noche anterior durmi¨® con ayuda de colchones analg¨¦sicos; le pusieron ocho puntos de sutura en un codo, pero sufr¨ªa contusiones m¨²ltiples en brazos y piernas. "Lo siento por mis compa?eros", dijo en la meta. Al final, Javier M¨ªnguez tuvo que esperar en la l¨ªnea de llegada por algunos de sus corredores. Ib¨¢?ez, Fern¨¢ndez y Fuerte iban muy retrasados. Perdieron 19 minutos y el control se cerraba a los 23. Esta vez, la cosa estuvo cerca.
Rup¨¦rez y Pino
La estrategia del equipo Zor se reduce, en estos momentos, a lo que puedan hacer dos corredores: Rup¨¦rez y ?lvaro Pino. Faustino Rup¨¦rez toma, por eliminaci¨®n, el papel de jefe de filas. Es una especie de obligada regencia. Rup¨¦rez, sin embargo, ya hab¨ªa convencido a M¨ªnguez, hace d¨ªas, de su buen estado de forma.
A pesar del ritmo lento en que transcurri¨® la etapa, cerca de 40 corredores llegaron muy retrasados a la meta. Seg¨²n Ech¨¢varri, el director del Reynolds, hay muchos corredores "cascados" por esa media superior a los 200 kil¨®metros diarios que impone el Tour. Hoy, en la s¨¦ptima etapa, el recorrido se repite: 217,5 kil¨®metros, cinco metas volantes y dos minipuertos. Es, pr¨¢cticamente, la ¨²ltima oportunidad para cierto tipo de corredores porque lo que no se entiende es que algunos enemigos de Hinault se hayan reservado tan descaradamente en el primer tercio de la prueba.
Luis Oca?a, el director del Fagor, manifest¨® que Hinault ten¨ªa casi diez minutos de ventaja, de salida, sobre los dem¨¢s corredores, "producto de su ventaja en la contra reloj, donde se correr¨¢n m¨¢s de 200 kil¨®metros". E Hinault apenas tiene un solo problema que dilucidar en carrera. Nadie le ataca, ni corredores como Anderson, Kelly o Roche, que tienen en el llano sus mejores cualidades.
Todos esperan no se sabe si a la contra reloj o a la monta?a y entonces llegar¨¢ la ceremonia de la confusi¨®n porque nadie se explica qu¨¦ puede hacer Kelly, a favor, en la alta monta?a. Pero no ataca y, por tanto, Hinault no tiene ni que defenderse. Elude, incluso, todo combate por las bonificaciones
En este estado de falta de agresividad, el pelot¨®n lleg¨® a la meta Tras algunos escarceos de Lemond o Roche, el sprint final qued¨® para los especialistas. Lo disputaron entre Vanderaerden y Sean Kelly pero con las manos fuera del manillar, dedicadas a incordiarse. Gan¨® Vanderaerden, pero la organizaci¨®n descalific¨® a los dos y proclam¨® vencedor final a Castaing. Los dos pugilistas fueron sancionados con 15 segundos.
La clasificaci¨®n general sigue sin alteraciones interesantes. Simplemente, hay que destacar que seis corredores de La Vie Claire equipo de Hinault, figuran en las diez primeras posiciones. Las bonificaciones permitieron al norteamericano Lemond adelantar a su jefe de filas. Lemond es tercero e Hinault cuarto. La disputa en el sprint impidi¨® al belga Vanderaerden conseguir el jersei amarillo. De haberse respetado su posici¨®n final, lo habr¨ªa alcanzado ayer.
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