Careo de Al¨ª Agea con los otros tres acusados presentes en el juicio de Roma

El careo fue ayer a cuatro en el juicio de Roma sobre la pista b¨²lgara en el atentado contra el papa Juan Pablo II: Al¨ª Agca, Serguei Antonov, Omer Bagci y Musa Serdar Celebi. Pero no sirvi¨® de nada. Acosados por las acusaciones de Al¨ª Agca, los tres imputados, que est¨¢n en la c¨¢rcel s¨®lo por el testimonio del imprevisible terrorista turco, aseguraron rotundamente que nunca conocieron al famoso c¨®mplice turco del atentado, el misterioso Oral Celik.Tambi¨¦n ayer se proyect¨® en la sala del juicio de Roma una videocasete grabada por la Banca Comercial Italiana, que est¨¢ justamente frente al Gran Hotel, donde, seg¨²n Al¨ª Agca, la ma?ana del 11 de mayo de 1981, dos d¨ªas antes del atentado, estuvieron ¨¦l y Oral Celik para cambiar en liras italianas 1.000 francos suizos (unas 68.00 pesetas) y 1.000 marcos alemanes (unas 57.000 pesetas).
Puesto que las c¨¢maras del banco recogen ininterrumpidamente las im¨¢genes de cuantas personas entran y salen de sus oficinas fueron proyectadas las que correspond¨ªan a la hora seg¨²n la cual Al¨ª Agca estuvo aquel d¨ªa con su c¨®mplice Celik.
Pero las im¨¢genes eran muy borrosas. Al¨ª, con mucha dificultad, se reconoci¨® de espaldas y afirm¨® que otro joven que sal¨ªa cuatro minutos m¨¢s tarde que ¨¦l era Celik. Ahora el tribunal ha pedido que se agranden en papel aquellas im¨¢genes para poderlas observar mejor y darle por fin un rostro al misterioso c¨®mplice de tantas aventuras con Al¨ª Agea, no s¨®lo en la plaza de San Pedro, sino en media Europa.
Arrogante y sumiso
Pero Al¨ª Agca sigue complicando el proceso afirmando y enseguida desmintiendo una misma aseveraci¨®n, hasta el punto de que ayer el presidente del tribunal, Severino Santiapichi, volvi¨® a recriminarle: "No debe usted embrollar las cartas para llevar el agua a su molino. Debe s¨®lo explicar las cosas sin mezclarlas con sus fantas¨ªas oblig¨¢ndonos a todos a un trabajo in¨²til y contraproducente".Al¨ª Agca, que sigue present¨¢ndose unas veces con su cl¨¢sica arrogancia de hombre duro y otras como un corderito que pide piedad, confes¨® ayer p¨²blicamente que no tiene en su poder "ninguna prueba documental" acerca de la presencia en Roma, los d¨ªas anteriores al atentado, de sus tres c¨®mplices turcos: Amer Ay, Oral Celik y Sedat Sirri Kadet, ya que, seg¨²n Al¨ª, ninguno de los tres lleg¨® a Roma en avi¨®n ni se aloj¨® en un hotel.
Seg¨²n el terrorista turco, todos sus c¨®mplices estuvieron en la casa de los b¨²lgaros implicados en el atentado, que viv¨ªan en la calle Galiano de Roma.
De cuando en cuando, Al¨ª, cuando no sabe por d¨®nde salir, se refugia de nuevo en sus para¨ªsos m¨ªsticos. Ahora ha mezclado su caso con l¨¢ ¨²ltima enc¨ªclica del Papa a los pueblos eslavos y con la reciente visita a Checoslovaquia del secretario. de Estado del Vaticano, cardenal Agostino Casaroli, con motivo del aniversario de los santos Cirilo y Metodio. Al¨ª Agca sigue defendiendo siempre al Vaticano como a su ¨²ltima tabla de salvaci¨®n.
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