Un Kerensky al rev¨¦s
Hern¨¢n Siles Zuazo, en 1980 y bajo la presidencia de Lidia Gueiler, fue elegido Presidente de la Rep¨²blica de Bolivia, bajo una coalici¨®n -Unidad Democr¨¢tica Popular- que agrupaba al Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierdas, presidido por el propio Siles, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, socialdem¨®crata, de Jaime Paz Zamora, y el Partido Comunista Boliviano.No pudo entonces ocupar el Palacio Quemado, m¨¢gica casa del Gobierno, trufada de leyendas, asesinatos, derrocamientos y suicidios. El Coronel Luis Garc¨ªa Meza dio un golpe de Estado bajo el apoyo expl¨ªcito de la dictadura militar argentina que, flanqueada por los autoritarismos del Paraguay, Chile y Uruguay, no toleraba una democracia parlamentaria en su frente norte.
Garc¨ªa Meza -actualmente pr¨®fugo, reclamado por la justicia argentina para entregarlo a la boliviana como delincuente com¨²n por sus conexiones con el tr¨¢fico de narc¨®ticos- no se anduvo por las ramas: entr¨® en el Palacio Quemado dejando 1.500 muertos en la calles de La Paz y al menos 2.500 detenidos pol¨ªticos. Su brutalidad oblig¨® a los propios militares bolivianos a sustituirlo un a?o despu¨¦s por el general Celso Torrelio quien, presionado por las huelgas, termin¨® entregando el poder al electo Siles Zuazo.
Hern¨¢n Siles es un paradigina del izquierdista bienintencionado, un excelente pol¨ªtico en corta distancia y, sin duda, un hombre de bien. Hace seis meses se le ve¨ªa en la Plaza Principal de Montevideo (Uruguay), a donde hab¨ªa acudido a la toma de posesi¨®n del presidente Sanguinetti, acompa?ado solamente por un gigantesco edec¨¢n que empeque?ec¨ªa a¨²n m¨¢s su figura, saludando a las multitudes que lo estrujaban para besarlo.
Reparti¨® su Gobierno entre su propio partido, miniristas (del MNR) y comunistas, hasta que la fr¨¢gil coalici¨®n de izquierda moderada salt¨® por los aires volada por una inflaci¨®n -moderadamente estimativa- del 8.000% y una constante presi¨®n sindical.
Llev¨® a cabo una huelga de hambre para resistirse a la brutal presi¨®n sindical -que jam¨¢s accedi¨® a reprimir-, fue secuestrado durante horas por militares derechistas a los que convenci¨® de la bondad de su liberaci¨®n y a los que permiti¨® exiliarse en Espa?a. Coloc¨® de modo ins¨®lito a Bolivia en el primer lugar de los pa¨ªses latinoamericanos respetuosos con los derechos humanos -bajo su Gobierno no se conocieron presos pol¨ªticos- y la libertad de Prensa fue completa. Bajo su presidencia se permiti¨® la captura policial del supuesto art¨ªfice de la matanza de la estaci¨®n de Bolonia y el criminal de guerra nazi, Klaus Barbie, fue entregado a Francia para ser juzgado en Lyon.
Es el at¨ªpico estadista que antes dimitir¨ªa de su cargo que firmar una sentencia de muerte. Por ello ha firmado su defunci¨®n pol¨ªtica a manos de un general como B¨¢nzer que vuelve al Palacio Quemado prometiendo mano dura y menos delicadezas democr¨¢ticas.
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