Dos conductores del Ayuntamiento de C¨®rdoba entregaron en la embajada de la URSS al cient¨ªfico desaparecido
Vladimir Alexandrov, el cient¨ªfico sovi¨¦tico desaparecido en Espa?a a primeros del pasado mes de abril, fue trasladado hasta la Embajada sovi¨¦tica en Madrid en un coche del Ayuntamiento de C¨®rdoba a ¨²ltima hora de la tarde del 31 de marzo, presumiblemente de acuerdo con el primer oficial de la embajada. La pista de Alexandrov se pierde horas m¨¢s tarde: seg¨²n unas versiones, ante el inmueble de la sede diplom¨¢tica; o en un hotel de apartamentos del paseo de La Habana, donde al parecer se registr¨® aquella misma noche. Vladimir Alexandrov hab¨ªa visitado C¨®rdoba para participar en la II Asamblea de Ciudades No Nucleares.
La II Asamblea de Ciudades No Nucleares se desarroll¨® en C¨®rdoba los pasados d¨ªas 29, 30 y 31 de marzo. Fue organizada por el Ayuntamiento, y dividida en tres grandes temas: El invierno nuclear, Educaci¨®n para la paz e Iniciativas y Experiencias de los municipios.
El tema El Invierno Nuclear deb¨ªa ser desarrollado por el brit¨¢nico Mike Pentz y por el cient¨ªfico sovi¨¦tico, creador de un sistema matem¨¢tico para computadora sobre la teor¨ªa del invierno nuclear (estado en que quedar¨ªa el planeta despu¨¦s de una guerra nuclear).
El Ayuntamiento de C¨®rdoba consult¨® a la Embajada sovi¨¦tica qu¨¦ importante cient¨ªfico de esa nacionalidad podr¨ªa desplazarse, y fue la propia Embajada la que sugiri¨® el nombre de VIadimir Alexandrov, de 40 a 50 a?os.
La sugerencia fue bien acogida por los organizadores, que confirmaron por otro de los participantes, el ingl¨¦s Mike Pentz, presidente de la Sociedad de Cient¨ªficos contra el Armamento Nuclear (SANA), que el cient¨ªfico es una eminencia en este campo.
Fuentes de la organizaci¨®n se?alaron tambi¨¦n que el hecho de que la propia Embajada sugiriera este nombre hace pensar que Vladimir Alexandrov no estaba catalogado como un hombre inclinado a fugarse a Occidente.
Un coche del Ayuntamiento se desplaz¨® a Madrid, al aeropuerto de Barajas, el d¨ªa 29 para recoger al cient¨ªfico. En el aeropuerto aguardaban tambi¨¦n algunos funcionarios de la delegaci¨®n sovi¨¦tica en Madrid, que recogieron a VIadimir Alexandrov y le llevaron a la Embajada, donde permaneci¨® aproximadamente una hora.
El conductor del Ayuntamiento cordob¨¦s les sigui¨® hasta la sede de la delegaci¨®n sovi¨¦tica, esper¨® y despu¨¦s llev¨® al cient¨ªfico hasta C¨®rdoba. Una vez en la ciudad andaluza, Viadimir Alexandrov se aloj¨® en la sede de los Colegios Mayores, lugar donde se celebraban las conferencias.
VIadimir Alexandrov dict¨® su conferencia en ingl¨¦s en la ma?ana del s¨¢bado 30, sobre el tema El invierno nuclear. Su charla fue altamente valorada por su nivel cient¨ªfico. Por la tarde estaba previsto que participara en una conferencia de prensa junto con el fil¨®sofo norteamericano Ronald Santoni -que particip¨® tambi¨¦n, con una charla sobre el tema Educaci¨®n para la paz-, pero se neg¨® a ir, argumentando que ¨¦l era simplemente cient¨ªfico y que no deseaba hablar de pol¨ªtica ni de sociolog¨ªa ni de ning¨²n aspecto distinto de la ciencia.
A partir del mediod¨ªa del s¨¢bado se le perdi¨® la pista hasta la ma?ana del domingo, cuando se le volvi¨® a ver en la sede del encuentro entro en estado de aparente embriaguez. Fuentes de la organizaci¨®n apuntaron la posibilidad de que ni siquiera utilizara para dormir la habitaci¨®n que ten¨ªa preparada en el edificio de los Colegios Mayores.
Desconectado
El cient¨ªfico sovi¨¦tico apenas se interes¨® por el encuentro y no asisti¨® a otras charlas. Habla ingl¨¦s y algo de italiano, pero no conect¨® pr¨¢cticamente con nadie.
A la vista de su estado, Alfonso Ceballos, secretario personal del alcalde comunista de C¨®rdoba, Julio Anguita, telefone¨® a la Embajada sovi¨¦tica. Al no encontrarse el embajador, habl¨® con una persona que se identific¨® como el oficial primero de la embajada, y acord¨® con ella que el cient¨ªfico ser¨ªa trasladado esa misma tarde a Madrid. As¨ª se hizo, en un Seat 132 del Ayuntamiento.
Sobre las nueve de la noche del domingo 31 lleg¨® el coche a la puerta de la Embajada sovi¨¦tica en Madrid, donde alguien que de nuevo se identific¨® como el oficial primero de la representaci¨®n diplom¨¢tica acudi¨® a la puerta y recogi¨® al cient¨ªfico. Aparentemente, ¨¦ste fue trasladado por funcionarios de la Embajada hasta un hotel de apartamentos en el paseo de La Habana, donde qued¨® registrado su nombre. Sin embargo, nadie en el establecimiento recuerda espec¨ªficamente haber visto al cient¨ªfico. En ese punto, ante la Embajada sovi¨¦tica en primer lugar y, ulteriormente, en el hotel, caso de que no se inscribiera en ¨¦l otra persona con su nombre y equipaje, se pierde su pista.
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