Unas maniobras problem¨¢ticas

Los fusilamientos de Abena no fueron un hecho aislado protagonizado por la Compa?¨ªa de Operaciones Especiales (COE) n¨²mero 62 en su entrenamiento de guerra de guerrillas en junio de 1984. El d¨ªa 10 del mismo mes fallec¨ªa ?ngel Zamorano, de 21 a?os, en el Hospital Cl¨ªnico Militar de Jaca como consecuencia de una herida de bala en la regi¨®n craneal recibida mientras se encontraba haciendo maniobras con su unidad.Ferm¨ªn, un agricultor del pueblo de Javierrelatre, volv¨ªa de una cena el d¨ªa 9 del mismo mes cuando unos soldados le detuvieron y le pidieron la documentaci¨®n amenaz¨¢ndole con registrar el coche. "Les respond¨ª que me dejaran en paz. '?Ap¨²ntale!', grit¨® enfurecido el mando. Entonces, un soldado me apunt¨® con el fusil y son¨® un clic. El panadero del mismo pueblo tiene tambi¨¦n su historia: "Por la noche ahorcaron un mu?eco delante de la panader¨ªa con un r¨®tulo que dec¨ªa: 'Panadero, la guerrilla no perdona'".

"Yo sal¨ªa del pueblo en mi coche", recuerda Jes¨²s Pujal, cura de Abena, "cuando vi un coche militar camuflado con ramas y dos soldados que me echaron el alto. Me pidieron la documentaci¨®n, y yo les dije: 'Va, ya est¨¢ bien de bromas'. Pero uno me apunt¨® con el cetme, as¨ª que les di el carn¨¦. Eran los mismos que luego fusilaron al alcalde".

Radio Jaca, la emisora que inform¨® del suceso, fue asaltada por elementos desconocidos, que causaron da?os en las instalaciones por valor de 200.000 pesetas y robaron 30.000 pesetas.

Narc¨ªs Serra calific¨® de injustificable la actuaci¨®n de los dos oficiales que dirigieron el fusilamiento de Abena. El ministro asegur¨® que el Gobierno Militar de Huesca no tuvo conocimiento de lo sucedido hasta el d¨ªa 12 porque hubo un acuerdo entre el capit¨¢n y el alcalde para que no se produjeran denuncias.

El coronel Juan J¨¢udenes, designado por Defensa para investigar los hechos, declar¨® que, aunque los hechos no eran justificables, todo se debi¨® a un malentendido horario, ya que el fusilamiento deb¨ªa haberse realizado a las ocho de la tarde, y no antes, como sucedi¨®.