El proceso a las juntas provoca en Argentina un pulso entre los poderes ejecutivo y judicial
La fecha de finalizaci¨®n del juicio que se sigue en Buenos Aires a las tres primeras juntas de la dictadura militar argentina, instaurada tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, ha provocado un pulso pol¨ªtico entre el poder ejecutivo y el judicial.
El Gobierno que preside el radical Ra¨²l Alfons¨ªn pretende que las sentencias se dicten a mediados del pr¨®ximo mes de octubre, para enviar inmediatamente despu¨¦s un proyecto de ley al Parlamento que reglamente el punto final al revisionismo de la guerra sucia, que los militares emprendieron contra la subversi¨®n y militantes de todos los sectores sociales.Tras la sanci¨®n de la ley, el radicalismo podr¨ªa presentarse a las elecciones parlamentarias del 3 de noviembre con uno de sus grandes problemas resueltos. La reforma del c¨®digo comprender¨ªa la obediencia debida, que protege a los mandos medios, pero desviar¨ªa probablemente la responsabilidad por los delitos cometidos hacia los comandantes en jefe, que para entonces ya habr¨ªan sido condenados presumiblemente a cadena perpetua.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron lo que consideran una amnist¨ªa encubierta. Por su parte, la C¨¢mara Federal de Apelaciones -el tribunal que conduce el juicio- ha reaccionado ante la sospecha de compromiso con el poder ejecutivo, y los jueces insisten en que antes de darse a conocer la sentencia se cumplir¨¢n todos los pasos procesales previstos. En ese caso, las condenas podr¨ªan dictarse en diciembre, aun cuando la fiscal¨ªa ha desistido ya de presentar a m¨¢s de 1.000 testigos por estimar que las causas "est¨¢n suficientemente probadas".
En las ¨²ltimas dos semanas la C¨¢mara recibi¨® el testimonio de familiares de detenidos desaparecidos sobrevivientes de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA). Esta escuela naval, situada a orillas del R¨ªo de la Plata, al norte de Buenos Aires, fue el mayor campo de concentraci¨®n y tortura bajo control de la Armada. Los grupos de tareas part¨ªan de all¨ª por la noche para secuestrar a sus v¨ªctimas. Una vez torturadas brutalmente en los s¨®tanos de la escuela, eran trasladadas hacia la muerte. Aviones y helic¨®pteros de la Marina de guerra dejaban caer sus cuerpos destrozados en el r¨ªo o mar adentro. Algunos testigos recordaron adem¨¢s los asados, ceremonias nocturnas donde se quemaba a los prisioneros sobre enormes hogueras encendidas en el campo de deportes de la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada.
El '¨¢ngel rubio'
Las sesiones trataron en especial el caso de la joven sueca Dagmar Hagelin, apaleada y secuestrada por un grupo de tareas que dirig¨ªa el capit¨¢n Alfredo Astiz, el ¨¢ngel rubio. El padre de la muchacha, Ragnar Hagelin, inici¨® una investigaci¨®n personal y present¨® las pruebas al juzgado. La situaci¨®n de Astiz, que sigue en activo y fue tomado como s¨ªmbolo de la victoria contra la subversi¨®n por sus compa?eros de armas, plantea al Gobierno un delicado conflicto. Por un lado, debe responder a la constante presi¨®n diplom¨¢tica de Suecia y, por otro, a la inquietud en los mandos medios. La detenci¨®n de Astiz invalidar¨ªa para ellos el argumento de la obediencia debida.V¨ªctor Melchor Basterra, un obrero gr¨¢fico y militante peronista secuestrado en la ESMA desde el 10 de agosto de 1979 hasta el 2 de diciembre de 1983, declar¨® el lunes durante seis horas. En su relato, Basterra -que tras ser torturado junto a su esposa e hija fue obligado a desempe?ar su oficio para falsificar documentos- reconoci¨® las fotograf¨ªas de los oficiales que intervinieron en secuestros y torturas. Entre los papeles localiz¨® un pasaporte a nombre de Licio Gelli, el italiano jefe de la logia seudomas¨®nica P-2. Al observar una credencial extendida con el apellido Abramovich, el testigo dijo que la hab¨ªan hecho para Astiz "cuando regres¨® de las islas Georgias, donde se rindi¨® ante las tropas inglesas".
A la audiencia del lunes asisti¨®, invitado por la fiscal¨ªa, el escritor Jorge Luis Borges. Tras escuchar el testimonio de Basterra, el escritor dijo que esperaba "olvidar todo lo o¨ªdo" y que estaba "horrorizado". Consultado sobre la ley de amnist¨ªa o de punto final, Borges fue terminante: "Espero que todo esto no quede impune; me parece peligrosa una amnist¨ªa".
[Por otra parte, seg¨²n informa la agencia Efe, el tribunal ha aceptado las respuestas del Ej¨¦rcito, la Armada y la Fuerza A¨¦rea a seis preguntas de la C¨¢mara sobre el inicio de la guerra sucia. Todas ellas coincidieron en se?alar que por entonces hab¨ªa ya una guerra interna. El texto del Ej¨¦rcito, firmado por el jefe de esta arma, general H¨¦ctor R¨ªos, adem¨¢s de justificar la decisi¨®n militar de reprimir el terrorismo (que en definitiva provoc¨® al menos 10.000 desaparecidos), asegura que el actual juicio tiene un "enfoque parcial"].
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