Francisco Salgado Zenha
Ex ministro de Justicia de Portugal y ex dirigente del Partido Socialista, es el abogado defensor de uno de los cuatro supuestos dirigentes de las FP-25
"La democracia portuguesa tiene muchos aspectos positivos, pero la justicia debe ser mejorada porque est¨¢ lejos de corresponder al deseo de perfecci¨®n de los juristas dem¨®cratas que luchamos durante largos a?os contra la dictadura salazarista". Esta opini¨®n, bastante generalizada hoy en Portugal, es particularmente grave cuando quien la formula es uno de los principales dirigentes hist¨®ricos del Partido Socialista, principal partido de la coalici¨®n actualmente en el poder, Francisco Salgado Zenha, defensor de uno de los supuestos dirigentes de las Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25).
Francisco Salgado Zenha, de 62 a?os, y Mario Soares, secretario general del Partido Socialista portugu¨¦s (PS) y actual primer ministro, fueron durante cerca de 40 a?os "como hermanos", y despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles la Prensa hablaba de ¨¦l como el n¨²mero dos del PS o el brazo derecho de Soares. Zenha fue ministro de Justicia de los cuatro primeros Gobiernos provisionales portugueses, en 1974-1975. Cat¨®lico, negoci¨® con la Santa Sede la revisi¨®n del concordato que permiti¨® la legalizaci¨®n del divorcio en Portugal sin la menor protesta de la Iglesia lusa.
Posiciones cr¨ªticas
Ministro de Finanzas del sexto Gobierno provisional, que organiz¨® las primeras elecciones legislativas de abril de 1976 y transmiti¨® el poder al primer Gobierno constitucional, socialista, presidido por Mario Soares, Zenha regres¨® al Parlamento para dirigir el Grupo Parlamentario Socialista, pero la candidatura presidencial del general Eanes de 1980, que dividi¨® al PS, se?al¨® el fin de la amistad personal y pol¨ªtica de Soares y Zenha: l¨ªder de la tendencia minoritaria acusada de eanista, Zenha asumi¨® posiciones cada vez m¨¢s cr¨ªticas en relaci¨®n al funcionamiento interno de su propio partido y a la acci¨®n de los socialistas en la oposici¨®n y m¨¢s tarde en el Gobierno.
La direcci¨®n del PS le retir¨® la confianza como l¨ªder del grupo parlamentario, y Zenha renunci¨® a todos los cargos, y acaba, una vez m¨¢s, de declinar la invitaci¨®n para encabezar la lista de candidatos socialistas para Braga en las elecciones de octubre pr¨®ximo. Sin embargo, no se considera un pol¨ªtico retirado, y dice: "La acci¨®n de un pol¨ªtico puede medirse de dos maneras: por los cargos que ocupa o por los resultados que derivan de su actividad. Durante la dictadura de Salazar no fui ministro ni diputado, pero nunca dej¨¦ de intervenir en pol¨ªtica, y la mejor prueba de ello es que fui detenido cinco veces por la polic¨ªa pol¨ªtica".
Sus temas preferidos son actualmente la denuncia del clubismo pol¨ªtico y de la bunkerizaci¨®n de los dirigentes de su propio partido, y la defensa de la "moralidad y de la honradez en la vida pol¨ªtica, que no son valores de izquierda o de derecha, sino valores fundamentales de la democracia".
"En la vida pol¨ªtica portuguesa, y sin hacer acusaciones a nadie en particular, se instal¨® una corrupci¨®n hasta tal punto generalizada que constituye ya un peligro para la democracia", asegura Zenha, al que le trae sin cuidado que estas afirmaciones lo identifiquen con el general Eanes y aumenten la tensi¨®n entre ¨¦l y su ex hermano: "Mi familia natural tampoco ten¨ªa las mismas ideas que tengo. En democracia no hay fidelidades personales: hay fidelidad o infidelidad a las ideas. Mario es libre de seguir el camino que quiera, pero yo soy libre de defender mis ideas".
Aun cuando esta fidelidad le lleve a defender en el tribunal a unos supuestos terroristas presos por orden de un Gobierno presidido por Soares, por una polic¨ªa que depende de un ministro del Interior socialista y juzgados a la luz de una legislaci¨®n antiterrorista elaborada, al menos parcialmente, por otro gran amigo y correligionario, Antonio Almeida Santos.
Zenha no ignora que su presencia en el tribunal de Monsanto ha contribuido a reforzar las dudas de muchos socialistas y dem¨®cratas acerca del proceso de las FP-25, y admite: "Juristas espa?oles nos han ayudado a ver los peligros de algunas irregularidades cometidas".
Confiesa que no esperaba volver a tomar parte en un juicio como el de Otelo Saraiva de Carvalho, 11 a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n de 1974. Reconoce que hay en este proceso "muchos aspectos circunstanciales, pero muy reales, que me chocaron y hieren mi conciencia democr¨¢tica", no en lo que se refiere a los jueces, "que merecen todo mi respeto y tuvieron un comportamiento muy correcto, pero s¨ª en todo el ambiente que se cre¨® alrededor del caso".
El presidente del tribunal de Monsanto calific¨® de "brillantes" las primeras investigaciones de Salgado Zenha, y sus muchos amigos constataron con satisfacci¨®n que nueve a?os alejado del ejercicio de la profesi¨®n no mermaron la capacidad de uno de los m¨¢s prestigiosos "abogados dem¨®cratas".
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