La originalidad del actual presidente

Felipe Gonz¨¢lez ha roto la monoton¨ªa a la que se hab¨ªan acostumbrado quienes le han precedido en el Gobierno. Calvo Sotelo, despu¨¦s de asistir al festival de Bayreuth, acud¨ªa invariablemente a su chalet de Ribadeo y se daba una vuelta en la barquita que les desplazaba a ¨¦l y su esposa no mas all¨¢ de la bocana de la r¨ªa. La familia Su¨¢rez comparti¨® con los Abril hasta la saturaci¨®n sus desplazamientos por el Mediterr¨¢neo.Las primeras vacaciones de Felipe Gonz¨¢lez como presidente del Gobierno cayeron como una bendici¨®n para los 109 habitantes de Lubia, un pueblecito soriano plantado en el centro de 2.000 hect¨¢reas de pinos. Los 200 kil¨®metros que separan a Lubia de La Moncloa no eran distancia para proporcionar un aislamiento de los asuntos de gobierno. Esa oportunidad lleg¨® en el segundo verano de la legislatura Gonz¨¢lez cuando acudi¨®, invitado por los presidentes de Colombia y Venezuela y por el millonario Gustavo Cisneros -actual propietario de Galer¨ªas Preciados- a la isla caribe?a de Orchila y a una misi¨®n capuchina de la selva amaz¨®nica. En julio pas¨® una semana de descanso en T¨²nez, en una casa propiedad del actual jefe de gobierno italiano Betino Craxi.

Las terceras vacaciones estivales de Felipe Gonz¨¢lez como presidente han contado con el breve preludio del puente de Santiago por la costa sur de Portugal, a bordo del yate Azor que siempre utiliz¨® Franco para sus traves¨ªas entre La Coru?a y San Sebasti¨¢n. Las vacaciones formales del presidente se iniciar¨¢n a partir del primero de agosto en un ambiente de discreci¨®n y misterio: una finca cuyo acceso terrestre es un t¨²nel abierto en la roca y cuyas playas vedadas al p¨²blico est¨¢n custodiadas por soldados y por la Marina.

Felipe Gonz¨¢lez permanecer¨¢ tambi¨¦n unos d¨ªas en Andaluc¨ªa.