Albert Broder

El historiador y economista franc¨¦s Albert Broder ha merecido el primer premio Vicens Vives de Ciencias Sociales, dotado con un mill¨®n de pesetas, por su trabajo titulado El papel de los intereses econ¨®micos extranjeros en el crecimiento de Espa?a en el siglo XIX (1767-1924). Se trata de una tesis doctoral de 2.000 folios, elaborada a lo largo de 15 a?os, que ya le sirvi¨® a su autor para que le concediesen una c¨¢tedra en la universidad de Lille. El profesor Jordi Nadal ha afirmado que esta obra se convertir¨¢ "en algo indispensable para conocer la historia moderna de nuestro pa¨ªs".

Cuando se le plantea a Albert Broder, un perfecto professeur franc¨¦s de 56 a?os, que no es habitual que en su pa¨ªs se estudien temas espa?oles, asiente con un acento espa?ol casi perfecto: "Es una l¨¢stima, pero en Francia existe muy poco investigaci¨®n sobre otros pa¨ªses". ?l mismo se considera un turboprofesor: "porque cada d¨ªa, como tantos otros colegas, debo invertir cuatro horas de tren, el popular turbo, para ir y volver desde Par¨ªs -donde reside- a mi c¨¢tedra en Lille".Broder inici¨® su atracci¨®n por nuestro pa¨ªs muy joven, a los 15 a?os, cuando eligi¨® el castellano como su segundo idioma en el bachillerato. "Lo hice porque me gustaba, sencillamente". Luego, cursando historia en la Sorbona, en Par¨ªs, o estudiando econom¨ªa en la universidad de Columbia, en Nueva York, "me di cuenta de que casi siempre se ignoraba a Espa?a en la historia europea. Un pa¨ªs que lo hab¨ªa sido casi todo en el siglo XVII, desaparec¨ªa para reaparecer fugazmente en el inicio del fin de Napole¨®n, y no volver a ser noticia hist¨®rica hasta la guerra civil de 1936".

Fue entonces cuando Broder se decidi¨® a emprender un largo viaje a los or¨ªgenes y las claves de la participaci¨®n extranjera en el desarrollo econ¨®mico de la Espa?a del siglo XIX. "Inicialmente", afirma, "mi pregunta fue: ?por qu¨¦ un pa¨ªs con un pasado hist¨®rico tan grande permaneci¨® largo tiempo en el atraso econ¨®mico?". La respuesta a tan ambicioso interrogante le cost¨® muchos a?os de investigaci¨®n en los principales archivos p¨²blicos y privados de Espa?a, Francia, Reino Unido, B¨¦lgica e incluso la Rep¨²blica Federal de Alemania y EE UU. "En ning¨²n sitio", exclama animado Broder, "tuve tantas facilidades para revisar papeles como en Espa?a, pa¨ªs en el que me siento como en mi casa. En el archivo de Renfe, por ejemplo, hasta me dejaron mirar documentos no registrados sin ninguna vigilancia".

"Lo que he intentado demostrar", a?ade, "es que Espa?a no es diferente, contra la opini¨®n de Manuel Fraga. La estructura de Espa?a en el siglo XIX, su comercio exterior, su sistema fiscal, su banca..., son comparables a los de otros pa¨ªses en la ¨¦poca. Lo que fall¨® fue el nivel de la econom¨ªa nacional. Ah¨ª es donde cabe se?alar la importancia decisiva de la inversi¨®n extranjera como motor del desarrollo econ¨®mico espa?ol".

Broder, que afirma que sus dos grandes maestros fueron los profesores franceses Ernest Labrousse y Pierre Vilar, reconoce en la obra de Jaume Vicens Vives -a qui¨¦n no pudo llegar a conocer personalmente- una gran ayuda en su investigaci¨®n.