?Ciclistas o toreros?
Los medios de comunicaci¨®n franceses tienen tendencia a comparar las gestas de los deportistas espa?oles con el dificil arte de lidiar un toro. No es raro escuchar que la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol no pudo torearse a los franceses en la final de la Eurocopa o que Chozas y Delgado salieron del pelot¨®n con la valent¨ªa de un torreador espa?ol.Aparte de su aspecto folcl¨®rico, el trasfondo de estas afirmaciones va m¨¢s all¨¢ de la simple similitud entre los ornamentos del astado y los cuernos de las nuevas bicicletas aerodin¨¢micas, tan dif¨ªciles de torear por nuestros ciclistas. La preparaci¨®n de los ciclistas espa?oles, comparada con la infraestructura del equipo de Hinault, parece que tiene mucho de arte, como el toreo, poco de ciencia y mucho de coraje, como el de los conquistadores, y, sobre todo, poco de previsi¨®n y de m¨¦todo. El control m¨¦dico en el deporte espa?ol, y en el ciclismo en particular, es insuficiente.
Antes de estudiar el comportamiento de deportista es necesario determinar su aptitud f¨ªsica, que tiene dos componentes: uno bioenerg¨¦tico, que comprende el aprovisionamiento, transporte y utilizaci¨®n de los carburantes (gl¨²cidos, l¨ªpidos y pr¨®tidos) y de los comburentes (ox¨ªgeno) para provocar la contracci¨®n muscular, y un segundo componente biomec¨¢nico, que comprende un sistema de comando, cerebral, y un sistema de transmisi¨®n, articular.
La precisi¨®n de esta aptitud es fundamental para relacionar al deportista con otros competidores; para comprobar su evoluci¨®n y estado f¨ªsico durante una temporada; y, adem¨¢s, para definir, cuantificar y programar el entrenamiento de una manera cient¨ªfica.
En el caso del ciclismo se puede determinar de una manera individual las posibilidades m¨¢ximas aer¨®bicas, las posibilidades anaer¨®bicas, el coste energ¨¦tico individual en funci¨®n de diferentes bicicletas, el estudio cinem¨¢tico de su pedaleo, y la cuantificaci¨®n de las resistencias externas que debe vencer el ciclista: resistencia a la fricci¨®n, al rodamiento y la resistencia al viento.
El problema espa?ol es un control m¨¦dico en laboratorios con pocos medios o en laboratorios equipados con material extranjero, car¨ªsimo, dif¨ªcil de utilizar e imposible de hacer evolucionar. As¨ª, las estimaciones indirectas de las posibilidades aer¨®bicas m¨¢ximas de un ciclista pueden conducir a errores de 10%-20%, inadmisibles para un deportista de elite. Es decir, que ya en la primera parcela de determinar su aptitud f¨ªsica los ciclistas espa?oles parten con clara desventaja.
A partir de las caracter¨ªsticas f¨ªsicas se puede definir y estudiar el comportamiento del ciclista en una prueba. Se puede calcular con un margen de seguridad bastante elevado, cu¨¢ntos gramos de carburante (gl¨²cidos, l¨ªpidos y pr¨®tidos) consume Delgado cuando realiza una contra reloj. O, mejor todav¨ªa, qu¨¦ ritmo tiene que llevar en una contra reloj para tener el mejor rendimiento fisiol¨®gico y, como consecuencia, el mejor registro posible sin desfallecimiento.
En la famosa contra reloj de 70 kil¨®metros del Tour, mientras unos luchaban por mantener el equilibrio sobre las famosas ruedas lenticulares (Delgado y Cabestany), otros, por probable desconocimiento de sus verdaderas posibilidades (I?aki Gast¨®n), comenzaron lentamente la prueba por miedo a un desfallecimiento.
Esto choca con la respuesta dada por Hinault al final de esta etapa, cuando le preguntaron si no tuvo miedo a un desfallecimiento. "?Ning¨²n miedo! Yo sab¨ªa que ten¨ªa que ir a una frecuencia cardiaca de 165-170 para obtener m¨ª mejor rendimiento". Si tenemos en cuenta que Delgado, en las cinco contra reloj del Tour, perdi¨® cerca de un cuarto de hora con respecto a Hinault, es absolutamente l¨®gico, desde un punto de vista cient¨ªfico, que un estudio en laboratorio de la adaptaci¨®n de Delgado a este tipo de prueba haga mejorar sus registros, como lo hizo con Moser y parece que con Hinault.
Otro problema que aquejaba (ahora menos) a nuestros ciclistas era el de las famosas p¨¢jaras. Por tal entendemos un desfallecimiento repentino de un ciclista sin ninguna raz¨®n aparente.
Las misteriosas 'p¨¢jaras'
Las p¨¢jaras llegan por tres motivos, fundamentalmente: el d¨®ping, una enfermedad (una bronquitis, por ejemplo acompa?ada de un tratamiento por antibioterapia) y razones puramente fisiol¨®gicas (la deshidrataci¨®n y/o el agotamiento de las reservas gluc¨ªdicas musculares o hep¨¢ticas). Estas ¨²ltimas pueden ser debidas a un problema diet¨¦tico, a una mala t¨¢ctica durante la carrera o simplemente a un problema de capacidad f¨ªsica o de control del entrenamiento. Estas causas pueden casi eliminarse con un seguimiento biol¨®gico adecuado.
La r¨¢pida evoluci¨®n en los ¨²ltimos 15 a?os de la fisiolog¨ªa del esfuerzo permite no s¨®lo determinar la aptitud f¨ªsica, sino tambi¨¦n estudiar la actividad que hay que realizar para mejorar esa aptitud. El estudio en laboratorio de los efectos de diferentes tipos de entrenamiento provoc¨® en Moser, por ejemplo, una mejora importante de sus posibilidades fisicas. Y a los 32 a?os.
Es imposible cuantificar a priori las ventajas que podr¨ªan obtener nuestros ciclistas con un seguimiento m¨¦dico deportivo comparable al del equipo de Hinault o de Moser. Pelo se puede especular sobre un ejemplo concreto: En fisiolog¨ªa del ejercicio se suele cifrar la progresi¨®n en funci¨®n de la mejora de las posibilidades acr¨®bicas de cada ciclista. Pues bien, en funci¨®n de los tiempos realizados en las etapas contra reloj del ¨²ltimo Tour se puede estimar que una mejora media del 4% al 5% de las posibilidades aer¨®bicas de nuestros ciclistas (mejora inferior a la obtenida por Moser cuando bati¨® el r¨¦cord de la hora) har¨ªa que Delgado o Chozas estuvieran a la altura de Hinault en todas las etapas contra reloj realizadas.
Si tenemos en cuenta que el coste de un laboratorio m¨®vil equipado con el material necesario para el seguimiento del ciclista es inferior al pase de cinco anuncios por TVE, podemos concluir que no se trata de un problema econ¨®mico, sino mental.
Alg¨²n d¨ªa los ciclistas espa?oles podr¨¢n a?adir a sus cualidades de coraje y valent¨ªa la utilizaci¨®n de los mismos medios que sus rivales. Ese d¨ªa, seguro, los franceses aprender¨¢n a distinguir entre un ciclista, un torero y un conquistador.
Y siglo vendr¨¢ en el que se aplicar¨¢n los conocimientos cient¨ªficos para mejorar las aptitudes del torero y del toro.
Afortunada o desgraciadamente.
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