Fantasmas
Hay un mundo de seres fantasmag¨®ricos que pululan desesperados en busca de una meta. Almas en pena, vagan por los espacios infinitos clamando por tener un final, como si de seres reales se tratara. Si un cerdo, por ejemplo, tiene su San Mart¨ªn, es una clara injusticia que estas ¨¢nimas de las que hablamos nunca encuentren un descanso final, un ¨²ltimo refugio, un albergue definitivo.Ellos son todos aquellos personajes que los peri¨®dicos dejamos en el aire, en la nebulosa de las noticias que un d¨ªa comenzaron, en una columna de la p¨¢gina equis, pero que nunca traspasaron la raya de la pancarta. Tenemos el caso de un primer ministro japon¨¦s al que situamos en Par¨ªs, en el primer d¨ªa de su gira europea, para ya olvidarle definitivamente y tragarnos la continuidad de su viaje. Si como en un relato de Borges los personajes, por un azar de la escritura, cobrasen la vida, resultar¨ªa que el alma del pobre Yasuhiro Nakasone a¨²n vaga por los salones de la vieja Europa mientras su cuerpo, s¨®lo su cuerpo, ya preside consejos de ministros en Tokio.
Algo similar nos ha ocurrido con la diputada Anna Balletb¨® y su encuentro con un terror¨ªfico mono en tierras keniatas, del que ya se inform¨® en EL PAIS del pasado domingo. Balletb¨®, que asist¨ªa a la Conferencia de la Mujer, en Nairobi, vio su muslo desgarrado por el mordisco de un simio de la regi¨®n. Hemos tenido noticia, s¨ª, del desagradable incidente, pero no hemos sido capaces de acabar la historia, de dar el brochazo final, de cerrar el ¨²ltimo corchete.
?Hemos indagado, acaso, sobre la convalecencia de la diputada? ?Sabemos cu¨¢l era el estado de salud del simio? ?Tenemos constancia de su historia cl¨ªnica? ?Sabemos qu¨¦ medidas legales han tomado las autoridades keniatas contra el agresor? ?Est¨¢ en prisi¨®n preventiva, en libertad condicional, escap¨® a las manos de la justicia?
He aqu¨ª uno de los seres fantasmag¨®ricos creados por los peri¨®dicos. Alma de mono que purga su fechor¨ªa en la inconcreci¨®n de las historias sin final impreso.
Anna Balletb¨® est¨¢ muy recuperada.
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