Los asalariados declaran el doble de ingresos que los empresarios

Los ingresos declarados a Hacienda en 1984, correspondientes a las rentas obtenidas en 1983, el ¨²ltimo a?o del que existen datos globales, ofrecen profundas diferencias seg¨²n los estratos de los contribuyentes. Las declaraciones de quienes reciben sus ingresos por n¨®mina, sometidos a retenciones mensuales, ofrecen una media de ingresos por declaraci¨®n de 1.115.518 pesetas anuales. A continuaci¨®n le siguen los profesionales, que reflejan unos ingresos medios de 887.980 pesetas. Sin embargo, las rentas generadas por actividad empresarial ascienden tan s¨®lo a 579.228 pesetas, cifra que no alcanza el 60% de los ingresos medios de los asalariados. Los agricultores ocupan el ¨²ltimo lugar, con tan s¨®lo 156.906 pesetas anuales de media.Los dirigentes empresariales han insistido siempre en que es aventurado hacer comparaciones de este tipo, pues en el grupo de los que perciben un sueldo se computan tambi¨¦n los altos ejecutivos, y entre los empresarios figuran los propietarios de un negocio de facturaci¨®n m¨ªnima. Pero el n¨²mero de declaraciones por ingresos del trabajo personal es mucho m¨¢s abultado (5.706.869 frente a tan s¨®lo las 967.083 que suman en conjunto las de empresarios y agricultores), con lo cual las cifras medias se ven m¨¢s afectadas por ingresos altos en el segundo caso que en el primero.

Todos los estudios muestran que las bolsas de ocultaci¨®n de ingresos a Hacienda se esconden abrumadoramente en las rentas que no son generadas por los llamados rendimientos del trabajo. La propia evoluci¨®n del crecimiento en el n¨²mero de declaraciones presentadas as¨ª lo avala, pues mientras en 1983 las declaraciones por rentas del trabajo aumentaron ¨²nicamente un 0,6% sobre el a?o anterior, las de empresarios y agricultores lo hicieron en un 20%. El n¨²mero de las correspondientes a actividades profesionales disminuy¨® ligeramente.

De los m¨¢s de 7,5 billones de renta neta declarada (un 13,4% m¨¢s que en 1982), ¨²nicamente medio bill¨®n de la base imponible es imputable a los ingresos superiores a m¨¢s de cinco millones anuales. Las rentas medias y bajas son las que, comparativamente, aportan una mayor contribuci¨®n, porque el 53% de los ingresos fiscales se obtiene de rentas inferiores a un mill¨®n de pesetas.

El trabajo representa el 84% de la renta declarada, porcentaje pr¨¢cticamente estabilizado desde la entrada en vigor del impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas. Las actividades empresariales y agr¨ªcolas suponen el 6% y otro tanto corresponde a los rendimientos del capital mobiliario (valores, acciones, bonos ... ). Los perceptores de este tipo de rentas declararon como media 137.420 pesetas de ingresos, cantidad que no ha sufrido apenas variaciones desde 1981.

Precisamente las minisval¨ªas o disminuciones patrimoniales contin¨²an siendo utilizadas masivamente para disminuir la carga tributaria. Estas disminuciones, que ascendieron a 124.000 millones en 1983, aumentaron un 63% sobre el a?o anterior y su valor triplica al de las plusval¨ªas declaradas.

La disminuci¨®n patrimonial es utilizada en provecho del contribuyente vali¨¦ndose de un mecanismo legal, muy eficaz cuando se trata de grandes operaciones. La desvalorizaci¨®n de las acciones desgrava, y quienes realizan esta operaci¨®n pueden emplear el dinero de la venta en adquisici¨®n de acciones de nueva emisi¨®n que gozan de un beneficio fiscal del 17%.