El enemigo americano
El cine norteamericano y su posible mayor implantaci¨®n en las pantallas espa?olas parece una fijaci¨®n de los representantes de la industria cinematogr¨¢fica espa?ola. Tanto por los que lo ven como una amenaza como por los que quieren que su presencia crezca. La batalla entre los distintos sectores est¨¢ claramente en torno al cine norteamericano, que ocupa actualmente casi el 70%. del mercado. Ram¨®n P¨¦rez Bord¨®, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones y Gremios de Distribuidores de Pel¨ªculas, entidad que en este tema juega junto a los exhibidores, dice que es dif¨ªcil de precisar el alcance de la entrada en el Mercado Com¨²n.De entrada, P¨¦rez Bord¨® precisa que esa repercusi¨®n est¨¢ en funci¨®n de las trabas que se les impongan a la hora de importar pel¨ªculas extranjeras. "El decreto de diciembre de 1982 por el que se nos limita la cuota de pantalla a la distribuci¨®n supuso un golpe. Hasta entonces , por una pel¨ªcula espa?ola distribuida pod¨ªamos tener tres licencias de doblaje. El mencionado decreto pasa a otorgar cuatro licencias por pel¨ªcula espa?ola exhibida. Pero s¨®lo en la forma, porque la trampa est¨¢ en que no se te concede la segunda licencia de importaci¨®n si no has conseguido una recaudaci¨®n de 30 millones como m¨ªnimo por la espa?ola, y me gustar¨ªa que al- guien me dijera cu¨¢les son las pel¨ªculas espa?olas capaces de dar ese dinero. Que La vaquilla o Los santos inocentes consigan m¨¢s de 300 millones es una excepci¨®n. Se hacen 10 o 12 pel¨ªculas al a?o de una cierta calidad, y s¨®lo la mitad de ellas tiene ¨¦xito en taquilla. El resto, nada de nada. Hacemos un cine con clase y categor¨ªa, pero muy aburrido".
"Frente a esto, los norteamericanos traen las mejores pel¨ªculas. Ellos son los que inventaron el cine, y son los que mejor lo hacen. Encima, tenemos aqu¨ª a las filialesde las grandes compa?¨ªas norteamericanas, y a ellos les sale gratis, al contrario de lo que nos ocurre a los distribuidores independientes. En ambos casos tenemos el freno de las licencias de doblaje, pero no se puede equiparar nuestro poder con el suyo. Creo que es injusto poner las mismas trabas a unos y a otros", a?ade.
Como ejemplo de esa batalla en condiciones desiguales, P¨¦rez Bord¨® cita el caso de Saura. "Antes, las pel¨ªculas de Saura, las ten¨ªan distribuidoras independientes. Desde que Saura empieza a ser rentable en taquilla, a partir de Mam¨¢ cumple 100 a?os, sus pel¨ªculas las tienen las grandes compa?¨ªas norteamericanas. Es l¨®gico, porque ellos pueden ofrecer m¨¢s dinero que yo y porque las condiciones de promoci¨®n y estreno de ellos siempre ser¨¢n mejores que las m¨ªas. Si estas diferencias no se tienen en cuenta, la quiebra de la distribuci¨®n y de la mayor parte de la exhibici¨®n ser¨¢ inmediata".
El desaf¨ªo
El¨ªas Querejeta, uno de los productores m¨¢s importantes de la industria cinematogr¨¢fica espa?ola, ve la entrada en el mercado europeo como una gran apuesta en la que, para seguir jugando, la industria espa?ola deber¨¢ reestructurarse de arriba abajo. Querejeta cree que lo importante es ampliar la oferta del espectador. "Hay que habilitar un sistema para que la producci¨®n no se reduzca a l¨ªmites testimoniales y que el espectador se pueda nutrir a base de una elecci¨®n que vaya a alternativas amplias. No hay que imponer las pel¨ªculas espa?olas, pero tambi¨¦n hay que evitar que s¨®lo se vean pel¨ªculas norteamericanas".
El¨ªas Querejeta es optimista respecto al pacto de todos los sectores de la industria. "Espero que sepamos ver que el acuerdo es conveniente para todos. Sobre todo, conf¨ªo en que de una vez por todas propongamos algo que suponga la reestructuraci¨®n del cine que se hace aqu¨ª, aunque haya que modificar el sistema proteccionista actual"
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