A El Inclusero se le va un triunfo

A Gregorio T¨¦bar, que vuelve a anunciarse como El Inclusero, se le ha ido, por culpa del deficiente manejo del estoque, un triunfo que pudo haber sido sonado, a pesar de que en las corridas de agosto s¨®lo est¨¢n los extranjeros curiosos de tipismo y los pocos aficionados que no se han ido a la playa. La faena de Gregorio al tercero de la tarde ha sido, sin duda, la mejor de este largo y c¨¢lido verano en las Ventas.Realizada ante un toro que se hab¨ªa crecido en banderillas y al que hab¨ªa que dominar, El Inclusero se hizo con, ¨¦l con un toreo sobre la mano derecha, en tandas que fueron a m¨¢s, hasta terminar dando muletazos asombrosos por la quietud y el temple. Uno de ellos, por la est¨¦tica y el gusto con que lo ejecut¨®, pod¨ªa haberlo firmado el mism¨ªsimo Antonio Ord¨®?ez.

La faena se compuso, adem¨¢s, de ayudados por bajo y un trincherazo ligado con el de la firma, de recio sabor torero. Tal vez le sobraron los ayudados por alto que le dio despu¨¦s de recoger el estoque, porque el toro, que se hab¨ªa desigualado mientras el diestro iba en busca de la espada, se creci¨® y levant¨® la cabeza de nuevo. Gregorio pinch¨® antes de agarrar un feo bajonazo que asomaba por un brazuelo, y la oreja, que hubiera sido merecida, se le fue al limbo.

En su segundo toro estuvo muy voluntarioso y a fuerza de aguante consigui¨® algunos pases. El toro era tardo y humillaba muy poco, el torero se lo quit¨® de encima de mala manera y con otra traves¨ªa visible. Gregorio Tebar, que ha sido siempre un pinchauvas, deber¨ªa preocuparse en perfeccionar sus maneras de estoqueador.

Confirmaban la alternativa Abelardo Granada y el portugu¨¦s Manel Moreno. El primero ha demostrado ignorancia y des entrenamiento. Tuvo un primer toro sin fuerza y con ¨¦l ,hizo un toreo de mantazos por alto y manoletinas, persiguiendo al bicho por toda la plaza. Repiti¨® la persecuci¨®n en el quinto, que era soso y distra¨ªdo pero sin malicia, y di¨® una nueva sesi¨®n de telonazos a su aire.

Manel Moreno traste¨® por la cara a su primero e hizo una faena sin mando al sexto de la tarde. Por no dominar a su enemigo fue levantado dos veces por el toro. Termin¨® con una excelente estocada.