El escultor Andreu Alfaro rinde homenaje al barroco alem¨¢n
El escultor espa?ol Andreu Alfaro inaugur¨® el pasado fin de semana en el hist¨®rico palacio de Augustusburg, de Bruehl (RFA), por donde pas¨¦, entre otros, Giacomo Casanova, una exposici¨®n de su obra, que es en realidad un homenaje mediterr¨¢neo al barroco alem¨¢n.La exposici¨®n se celebra con ocasi¨®n de los 700 a?os de esta peque?a ciudad pr¨®xima a Bonn, vinculada a la historia del arte no s¨®lo por su maravilloso palacio barroco, sino por haber sido cuna tambi¨¦n del gran superrealista franc¨¦s de origen alem¨¢n Max Ernst (1891-1976).
"Es una ¨¦poca de crisis general muy parecida a la nuestra, que representa el nacimiento de la. modernidad y en la que cada artista es ¨¦l solo, sin verse apoyado por ninguna tendencia", dijo Alfaro, quien manifest¨® su admiraci¨®n por el gran genio del barroco, el arquitecto y escultor italiano Bernini.
"Desde que conoc¨ª el palacio de Wurzburgo, en Baviera, su espl¨¦ndida escalera de Baltasar Neumann con los frescos de Ti¨¦polo, siempre me hab¨ªa rondado por la cabeza enfrentar mis esculturas con las formas barrocas de los palacios del XVII y XVIII".
Su principal galerista alem¨¢n, Dreiseitel, de Colonia, le habl¨® del palacio de Bruehl, dise?ado por el arquitecto flamenco Francois de Cuvillies entre 1728 y 1740, y por el que pasaron figuras como el italiano Giacomo Casanova, seg¨²n relata ¨¦l mismo en sus memorias.
El aventurero y seductor italiano, que pas¨® por la ciudad en 1760, asisti¨® a un baile de disfraces y, tras ser reconocido, fue invitado a un espl¨¦ndido banquete por el pr¨ªncipe Clemens August von Wittesbach (1700-1761), arzobispo de Colonia y a quien se debe el palacio.
Alfaro se entusiasm¨® pronto por la idea de entablar un di¨¢logo con el barroco en aquel escenario: "Imaginaba toda la balaustrada llena de bustos, retratos de personajes hist¨®ricos hechos en varilla de hierro, las superficies verdes de los jardines de la entrada con grandes c¨ªrculos y cuadros de tubos de acero dibujando el aire, se?alando la pasi¨®n por el poder".
"En los estanques, surtidores sustituidos por tubos redondos de acero inoxidable que nacen rectos y verticales a trav¨¦s de la l¨¢mina de agua para ir ondul¨¢ndose, caracol¨¦andose hasta confundirse con el cielo. A la entrada, sobre las dos columnas cuadradas de piedra que la enmarcan, dos ¨¢ngeles como dos centinelas del poder y de la gloria, pero bellos y fr¨¢giles como el amor".
El proyecto qued¨®, sin embargo, parcialmente en sue?o: los responsables de la conservaci¨®n del palacio no le permitieron emplazar sus esculturas de hierro o acero donde ¨¦l pretend¨ªa. As¨ª, no pudo tampoco colocar en el centro del patio interior, delante de la grandiosa escalera de Neumann, el gran maestro del barroco alem¨¢n, otro de sus ¨¢ngeles, altivo y m¨¢gico.
Pero el valenciano Alfaro no se resign¨¦, sino que acept¨® los obst¨¢culos administrativos como un desafio m¨¢s y, en lugar de buscarse otro mecenas, comenta ir¨®nicamente, recurri¨® a una exposici¨®n en parte imaginaria, dibujando sus esculturas sobre fotograrias en los emplazamientos que hab¨ªa so?ado para ellas.
Babelia
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