La tenaza del nacionalismo en Euskadi
El moderado PNV y el radicalismo 'abertzale' act¨²an como pinzas contra el 'enemigo' com¨²n
El 13 de julio de 1983, un joven donostiarra mor¨ªa en el puerto de San Sebasti¨¢n tras hacer explosi¨®n en sus manos un artefacto que se dispon¨ªa a colocar en un puesto de la Guardia Civil. La izquierda abertzale convoc¨® de inmediato, de viva voz y mediante carteles, una huelga general de toda la parte vieja de la ciudad, de la que era vecino el activista fallecido. Varios piquetes recorrieron el barrio transmitiendo la noticia y conminando a los comerciantes a cerrar sus tiendas. La mayor¨ªa de ellos baj¨® las persianas de inmediato. Los que no lo hicieron ser¨ªan v¨ªctimas, unos d¨ªas despu¨¦s, de amenazadoras pintadas realizadas en las puertas de sus establecimientos.El hecho no tendr¨ªa mayor relieve a no ser por el detalle, revelado por uno de los afectados en una carta abierta publicada en un diario local, de que los ¨²nicos establecimientos que el 13 de julio de 1983 se hab¨ªan resistido a la orden de cierre eran los mismos ¨²nicos establecimientos -con la excepci¨®n de un bar y una tienda- que hab¨ªan osado seguir desde el primer momento la consigna de huelga general lanzada por la oposici¨®n antifranquista con motivo del juicio de Burgos y los fusilamientos de Txiki, Otaegui y tres militantes del Frente Revolucionario Antifascista y Patri¨®tico (FRAP), en diciembre de 1970 y septiembre de 1975, resppctivamente.
Naturalmente, el dato, en s¨ª mismo anecd¨®tico, no significa que todos los que se alinean hoy en las filas del radicalismo abertzale se caracterizen por su anterior convivencia pac¨ªfica con la dictadura (entre otros motivos, porque muchos de los antifranquisitas retrospectivos de hoy apenas si hab¨ªan hecho la primera comuni¨®n cuando el dictador estaba vivo). Pero, el ejemplo s¨ª sirve para ilustrar, al menos como s¨ªntoma, la evidencia de que el entusiasmo posterior al 20-N de muchos arrebatados guerrilleros in p¨¦ctore de hoy ("ETA, ETA, m¨¢s metralletas") es a menudo, inversamente proporcional al entusiasmo realmente expresado antes de dicha fecha.
Nada de lo que ocurre actualmente en Euskadi puede entenderse sin tener en cuenta ese dato.
La cancha que en determinados medios y tribunas p¨²blicas, y nada menos que para amenazar de muerte a otras personas, se viene concediendo a los polimilis de la VIII Asamblea, heroicos autores de proezas tan arriesgadas como la ejecuci¨®n -tras robarle el reloj- del capit¨¢n Mart¨ªn Barrios, s¨®lo se explica como efecto de una monumental mala conciencia, reforzada por la fascinaci¨®n hipn¨®tica, g¨¦nero Estocolmo, que sobre determinadas personas ejercen quienes pueden quiz¨¢ secuestrarles ma?ana y, por otra parte, se permiten hablar fuerte por el hecho de fotografiarse con pistolas y lanzagranadas sobre la mesa.
Por grande que haya podido ser la torpeza de Bandr¨¦s en su r¨¦plica a Arzallus, no pod¨ªa ignorar este ¨²ltimo que desde comienzos del verano las paredes de Euskadi estaban cubiertas por carteles, firmados con la nada ambigua sigla de la coordinadora KAS, en la que se acusaba al diputado de Euskadiko Ezkerra (EE) de ser un "instigador de los GAU. Todav¨ªa el 17 de agosto, 24 horas antes de que, desde las p¨¢ginas de Deia, Arzallus pusiera p¨²blicamente en cuesti¨®n las convicciones nacionalistas de Bandr¨¦s, Herri Batasuna acusaba al presidente de EE -as¨ª como a Fraga y a Urralburu- de responsabilidad moral en el intento de incendio de la sede en Pamplona de la coalici¨®n abertzale. Dirigentes de esta ¨²ltima hab¨ªan anunciado ya, por lo dem¨¢s, su intenci¨®n de presentar una querella criminal contra Bandr¨¦s.
No es la primera vez que el nacionalismo moderado y el abertzalismo m¨¢s radical se ponen de acuerdo para actuar en tenaza, ni es la primera en que precisamente Euskadiko Ezkerra, partido calificado en el ¨²ltimo comunicado de los polimilis "enemigo principal", se ve pillado entre ambas pinza
El papel de mediador que, seg¨²n trascendi¨® a mediados de julio, habr¨ªa intentado jugar Euskadiko Ezkerra en un nuevo intento, concretado entre los meses de mayo y junio, de entrar en contacto con la direcci¨®n de ETA Militar para negociar el cese de la violencia, ser¨ªa la causa, en opini¨®n de las fuentes que comunicaron el hecho, de la campa?a del abertzalismo radical contra dicho partido, y en particular contra su presidente. El recurso a Euskadiko Ezkerra se habr¨ªa producido precisamente "para evitar que Herri Batasuna interfiriera en los contactos y torpedease la posible negociaci¨®n exigiendo un protagonismo que el Gobierno considera inadmisible".
En un art¨ªculo publicado la semana pasada en el diario Le Monde, personas a las que el autor del reportaje calificaba de "habituales portavoces de ETA en San Sebasti¨¢n" se declaraban convencidas de que la actitud de la organizaci¨®n armada es hoy "m¨¢s flexible que en el pasado", hasta el punto de que ya s¨®lo esperar¨ªan "alguna concesi¨®n formal del Gobierno espa?ol para poder dejar las armas afirmando que la lucha no fue in¨²til". El periodista atribu¨ªa a esos portavoces las sugerencia de que ese "gesto formal" del Gobierno espa?ol pudiera ser "el reconocimiento te¨®rico del derecho a la autodeterminaci¨®n, del que por el momento no se har¨ªa uso".
En parecidos t¨¦rminos se expres¨® hace un a?o el letrado I?aki Esnaola, abogado de numerosos presos de ETA y miembro de la mesa nacional de Herri Batasuna. Quiz¨¢ por ello, el lendakari Ardanza, en una entrevista aparecida tambi¨¦n estos d¨ªas en Le Monde, rechazaba la hip¨®tesis de una negociaci¨®n pol¨ªtica con ETA, pero admit¨ªa, en referencia impl¨ªcita a Herri Batasuna, la posibilidad de entablar contactos con "fuerzas que han dado muestras de poseer una representatividad ante el electorado".
Mediaci¨®n y asesinatos
En lo que va de a?o, ETA ha asesinado a un total de 28 personas, es decir, tantas como v¨ªctimas de la organizaci¨®n terrorista se produjeron a lo largo de todo el a?o anterior. La mayor¨ªa de los asesinatos de este a?o se ha concentrado en de mayo y junio, justamente en el momento en que se produc¨ªa ese ¨²ltimo intento de mediaci¨®n. Algunos comentaristas que pasan por expertos en la cuesti¨®n aseguraron por entonces que la ofensiva de ETA s¨®lo ten¨ªa una lectura posible: ETA quiere negociar.
La tentaci¨®n de atribuir desde fuera a los atentados de ETA un significado ulterior al hecho en s¨ª es tan vieja como el silencio de la propia organizaci¨®n terrorista sobre la cuesti¨®n. Sin embargo, la citada tentaci¨®n presupone que ETA pretender¨ªa algo m¨¢s que matar cuando mata, lo que es una tesis altamente discutible.
As¨ª, ante la duda, y puesto que lo ¨²nico evidente es que ning¨²n posible interlocutor podr¨ªa negociar mientras ETA siga matando, la conclusi¨®n m¨¢s razonable parece ser la de que, al menos por el momento, ETA no quiere negociar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Amenazas
- KAS
- Asambleas ETA
- Pol¨ªtica nacional
- HB
- Xabier Arzalluz
- Treguas terroristas
- EE
- Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s
- ETA-pm
- EAJ-PNV
- GAL
- Negociaciones ETA
- Amenazas terroristas
- Terrorismo Estado
- Estad¨ªsticas
- Atentados terroristas
- Pa¨ªs Vasco
- ETA
- Comunidades aut¨®nomas
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Sucesos
- Grupos terroristas
- Terrorismo