Alan Garc¨ªa depura el aparato policial peruano
El Gobierno peruano de Alan Garc¨ªa ha sorprendido, en su primer mes de mandato, con sus medidas moralizadoras. Ha iniciado un proceso de reorganizaci¨®n de las fuerzas policiales y ha lanzado una espectacular ofensiva contra el tr¨¢fico de drogas. Han sido relevados 37 generales de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa de Investigaciones del Per¨² (PIP), lo que ha significado un ¨¦xito pol¨ªtico que ha logrado el reconocimiento del Departamento de Estado norteamericano. En medio de todo se desarrolla una historia digna del m¨¢s truculento drama pol¨ªtico-policial.
Alguien manipul¨¦ mal el ¨¦ter o calcul¨® mal la temperatura. El hecho es que, el 24 de julio, una explosi¨®n puso al descubierto un laboratorio de coca¨ªna en la urbanizaci¨®n Iguereta, zona residencial de Lima. All¨ª estaba tambi¨¦n el domicilio de Reynaldo Rodr¨ªguez L¨®pez, padrino de una mafia que controlaba entre el 15% y el 20% de las actividades del tr¨¢fico de drogas en Per¨². La explosi¨®n, por cierto, hizo desaparecer al propietario del inmueble. Seg¨²n algunas versiones, e encuentra en Par¨ªs.Muy seguro parec¨ªa estar Rodr¨ªguez L¨®pez para tener tal laboratorio en su propia casa. De hecho, las razones de tal confianza no eran malas. Durante los ¨²ltimos a?os hab¨ªa conseguido establecerse como empresario legal. A su casa, a sus oficinas, a sus fiestas sol¨ªan concurrir poderosos personajes. Entre los m¨¢s apreciados, se contaban los altos jefes de la PIP, pr¨¢cticamente toda la plana mayor de los ¨²ltimos cinco a?os. De este modo, si Rodr¨ªguez L¨®pez no pod¨ªa estar por encima de toda sospecha, s¨ª estaba por encima de toda posibilidad de pesquisa.
Cierto polic¨ªa despistado inform¨® alguna vez, y por escrito, que el hombre parec¨ªa ser "uno de los m¨¢s grandes traficantes de drogas del Per¨²". Pero, el papel respectivo debi¨® morir en alg¨²n archivador de alg¨²n superior jer¨¢rquico. Por esta v¨ªa, el oscuro personaje pudo seguir subiendo y, en un momento determinado lleg¨® a surgir como asesor de dos directores superiores de la PIP: los generales Eduardo Ipinze y R¨®mulo Alayza.
El papel de Perc¨®vich
Es aqu¨ª donde asoma un protagonista de primera fila en el escenario pol¨ªtico del Gobierno anterior: el farmace¨²tico Luis, Perc¨®vich Roca.Cincuent¨®n, y fornido dirigente del partido Acci¨®n Popular, lleg¨® a ostentar el m¨¢s impresionante cuniculum del quinquenio como presidente de la C¨¢mara de Diputados, ministro de Pesquer¨ªa, ministro del Interior, ministro de Relaciones Exteriores y presidente del Consejo de Ministros.
Es un hombre curioso y recordado con afecto en su originario Puerto de Chimbote, pero inmerso desde 1983 en el tr¨¢fago pol¨ªtico-policial. La opini¨®n p¨²blica lleg¨® a identificarlo por su sangre fr¨ªa y por la cara excesivamente imperturbable con que informaba sobre los m¨¢s graves atentados al orden p¨²blico o sobre los m¨¢s espeluznantes actos de terrorismo.
Como ministro del Interior, acostumbraba a desechar denuncias sobre irregularidades de miembros de la PIP, de la Guardia Civil o de la GUI ard¨ªa Republicana, echando mano a los informes de los jefes superiores de dichos cuerpos.
Para su actual desgracia, uno de sus asesores del mayor confianza, Luis L¨®pez Vergara, aparece involucrado en las actividades de Rodr¨ªguez L¨®pez, y de sus amigos de la polic¨ªa.
Descrito por Peroc¨®vich como una especie de asistente dom¨¦stico, y con remuneraciones legales que no sobrepasaban los 250 d¨®lares, el tal asesor llevaba una vida m¨¢s propia de la jet set criolla que de un oscuro funcionario p¨²blico.
Su ostentoso poder extraoficial lleg¨® hasta el extremo de conseguir, para s¨ª, para Rodr¨ªguez L¨®pez y para otros miembros de la banda, documentaci¨®n que le permit¨ªa recorrer libremente todas las dependencias del aeropuerto internacional de Lima y recintos aduaneros. Algo as¨ª como la fantas¨ªa er¨®tica de un traficante de drogas.
Perc¨®vich, que llev¨® consigo a este asesor a trav¨¦s de todo su periplo gubernativo, dice no haber sospechado nunca que ten¨ªa una vida oculta. Tampoco sab¨ªa nada de Reynaldo Rodr¨ªguez L¨®pez. Uno de los amigos honorables de Perc¨®vich explica que el ex ministro fue un excelente administrador, un buen componedor, pero que nunca quiso meterse a fondo en los problemas. Un poco hechura de un presidente (Bela¨²nde Terry) de honradez inmaculada, pero que no se caracteriz¨® por asumir riesgos excesivos o por adoptar acciones dram¨¢ticas.
Con o sin hip¨®tesis ben¨¦vola, Perc¨®vich est¨¢ en la picota. A su favor est¨¢ su vuelta de Miami, donde vive actualmente, como propietario de un apartamento que compr¨® por 32 millones de pesetas, en las postrimer¨ªas del Gobierno anterior. Volvi¨® para declarar en el proceso abierto contra Rodr¨ªguez L¨®pez y sus secuaces.
El ex ministro ha decidido responder a las l¨®gicas inquietudes de los periodistas y se ha querellado contra quienes, seg¨²n estima, lo han difamado. Sin embargo, en el mejor de los casos, s¨®lo podr¨¢ probar que est¨¢ exento de responsabilidad criminal. Porque, seg¨²n opini¨®n generalizada, su responsabilidad pol¨ªtica parece innegable, sea por ineptitud o por "ingenuidad superlativa", por emplear la expresi¨®n de un periodista de la revista Caretas. Cuando fue a declarar, entre una muchedumbre qu¨¦ lo insultaba, s¨®lo dos correligionarios, de poca importancia, concurrieron para darle apoyo moral.
'Operaci¨®n C¨®ndor'
La dr¨¢stica reorganizaci¨®n de la polic¨ªa, iniciada la semana pasada, demuestra que Alan Garc¨ªa est¨¢ decidido a lanzar acciones fuertes en el primer mes de su Gobierno. Lo mismo indica el ¨¦xito de la operaci¨®n C¨®ndor, desarrollada casi simult¨¢neamente, con la participaci¨®n de la polic¨ªa colombiana y miembros de la Organizaci¨®n Antidroga (DEA) de Estados Unidos.Esta acci¨®n permiti¨® desbaratar importantes instalaciones de los traficantes en un sector de la selva peruana: all¨ª se encontr¨®, entre otras cosas, una pista de aterrizaje de 1.000 metros, 5 avionetas abandonadas, 4 hangares camuflados, laboratorios para procesar la droga, oficinas, dormitorios, dep¨®sitos de alimentos, materiales de construcci¨®n, casi 2.000 kilos de pasta b¨¢sica de coca¨ªna y 100 kilos de coca¨ªna ya procesada.
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