'Tangos, el exilio de Gardel' muestra la vitalidad argentina
De entre todo lo que nos ha ofrecido la selecci¨®n oficial a concurso de La Mostra, lo m¨¢s sorprendente es Tangos, el exilio de Gardel, coproducci¨®n francoargentina dirigida por Fernando Solanas que oscila entre lo sublime y lo rid¨ªculo, tal y como corresponde a un producto planteado desde lo que podr¨ªamos llamar la po¨¦tica del riesgo, y que hace honor a la cita borgiana que convierte el esnobismo en la m¨¢s porte?a de las caracter¨ªsticas, propia de un pa¨ªs que se autodefine como "inacabado".Rodada con un esmero t¨¦cnico y art¨ªstico fruto de las ayudas ministeriales, Tangos es la versi¨®n argentina de la Carmen de Saura, es decir, de una determinada manera de mezclar espect¨¢culo y realidad. Aqu¨ª el espect¨¢culo es el tango, la tanghedia -neologismo que acoge las palabras tragedia, tango y comedia- y la realidad es el imposible regreso, la miseria y la esperanza de la vida del exiliado. Carlos Gardel asume en esta funci¨®n el papel de h¨¦roe popular que Juan Domingo Per¨®n desempe?aba en La hora de los hornos, c¨¦lebre pel¨ªcula militante del mismo autor rodada en 1966.
El escenario de la ficci¨®n es Par¨ªs, que aparece como la capital cultural del mundo, no se sabe si como tributo a la parte de producci¨®n francesa o si como resultado de un convencimiento. En cualquier caso, los protagonistas logran expresar el desastre de su. pa¨ªs a trav¨¦s del baile y de su vida cotidiana, a trav¨¦s de la m¨²sica de Piazzolla y de la representaci¨®n de los problemas de la supervivencia.
La pel¨ªcula, realizada con virtuosismo, pone en primer plano la licitud de convertir en materia art¨ªstica un drama contempor¨¢neo, e indirectamente plantea otras muchas cuestiones sobre la validez de cierta idea del nacionalismo, un poco autocomplaciente, que invita a desempolvar las citas oportunistas de Lenin al respecto. Tangos, el exilio de Gardel es una pel¨ªcula pol¨¦mica, una nueva prueba de la vitalidad argentina, de la necesidad que siente un pueblo de hablar libremente de s¨ª mismo.
Los otros dos t¨ªtulos competitivos exhibidos en la, jornada de ayer son dos graves errores del comit¨¦ seleccionador. Glissando, de Mircea Danieluc, es una cinta rumana en la que se confunden realidad y sue?o, con pretensiones de cr¨®nica hist¨®rica de las ra¨ªces profundas del fascismo, pero lo cierto es que todo queda en un desprop¨®sito de casi tres horas de duraci¨®n.
Por su parte, Italia ha presentado Mamma Ebe, de Carlo Lizzani, una cinta cuya presencia aqu¨ª s¨®lo puede justificarse por el car¨¢cter de antiguo director de la Mostra que avala al cineasta, un autor cuyos mejores trabajos est¨¢n datados en los ya lejanos a?os sesenta, cuando la batalla frontal con la censura aseguraba un discurso personal a muchos directores. Mamma Ebe parte de un fait divers y se limita a ilustrarlo recurriendo a la modalidad del film-processo, salpicando el juicio contra una curandera tridentina de flash backs explicativos, que cuidan de la demostraci¨®n de la intr¨ªnseca malignidad de la protagonista, mujer de vida disoluta y preocupada por enriquecerse a costa de la credulidad de los dem¨¢s. Mamma Ebe se adscribe al ya periclitado cine de denuncia, y en muchos momentos sus cotas art¨ªsticas no superan las de un Iquino y su Aborto criminal.
Salto en el tiempo
En las acciones paralelas del festival hemos podido asistir a un homenaje en honor de Erich Von Stroheim, consistente en la proyecci¨®n de Queen Kelly. ?El motivo? Los 100 a?os del nacimiento del cineasta y la posibilidad de volver a ver las ruinas de una cinta inacabada debido a las discrepancias entre el director y su estrella. Gloria Swanson, en aquella ¨¦poca amante de Joseph Kennedy, productor que asumi¨® la interrupci¨®n del rodaje y expuls¨® a Stroheim del mismo. Todo esto, que los bi¨®grafos de la familia Kennedy cuentan con gran lujo de detalles picantes acerca de las peculiaridades de la relaci¨®n entre la actriz y el padre del presidente, as¨ª como de las no menos peculiares costumbres del director austriaco, cobra ahora una nueva dimensi¨®n al proyectarse la pel¨ªcula con algunas escenas antes cortadas y otras reconstruidas a base de fotos y carteles.
Por su parte, Steven Spilberg ha presentado su ¨²ltima producci¨®n, Back to the future, dirigida por Robert Zemeckis. Se trata de una comedia divertida e ingeniosa, en la que el protagonista es un muchacho al que la casualidad, en forma de m¨¢quina del tiempo, lleva hasta 1955. Conoce all¨ª a sus padres y soluciona su futuro, practicando un ins¨®lito celestinaje.
Mucho m¨¢s adulta que los lamentables Goonies, ¨¦sta es una producci¨®n en la que no faltan gags -por ejemplo, nadie cree en 1955 que treinta a?os despu¨¦s Reagan pueda ser presidente- y situaciones que dan de s¨ª mucho juego, como la invenci¨®n del rock and roll durante un baile escolar.
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