La huelga general en Argentina se limit¨® al cintur¨®n industrial de Buenos Aires
La huelga general convocada para el jueves por la Confederaci¨®n General del Trabajo (CGT) argentina puede considerarse como un fracaso, ya que se limit¨® al cintur¨®n industrial de Buenos Aires; no as¨ª la concentraci¨®n cegetista celebrada el mismo d¨ªa en el centro porte?o, que reuni¨® a m¨¢s de un centenar de miles de personas.
La huelga general se circunscribi¨® pr¨¢cticamente al cintur¨®n industrial del Gran Buenos Aires, en el que par¨® el 70% de los grandes centros fabriles; en la capital federal, el absentismo laboral no super¨® el 16% de la poblaci¨®n activa. Los transportes de superficie -no convocados a la huelga- funcionaron con su habitual regularidad, y la huelga fue mayoritariamente ignorada por el comercio, los docentes y los trabajadores p¨²blicos.En el interior del pa¨ªs, el paro s¨®lo tuvo una incidencia importante en Santa Fe y Rosario -sobre 22 provincias-, y el Gobierno provincial de Entrerr¨ªos declar¨® la huelga ilegal. S¨®lo se registraron incidentes en Tucum¨¢n, donde un autob¨²s fue tiroteado desde la sede del sindicato de pl¨¢sticos, resultando herido su conductor. La polic¨ªa provincial cerc¨® el edificio y detuvo a sus ocupantes, entre ellos a varios dirigentes peronistas y cegetistas y a un senador justicialista de la provincia.
La capital federal, excepci¨®n hecha del puerto, cuyos accesos quedaron cerrados por la prefectura naval, vivi¨® una jornada absolutamente normal: se distribuy¨® el correo, funcionaron los tel¨¦fonos por operadores, la radio y la televisi¨®n mantuvieron sus programas grabados y en directo, se elaboraron sin problemas los diarios, funcionaron el subte -el metro-, los taxis, los autobuses y los trenes, abrieron las puertas los restaurantes y las infinitas confiter¨ªas -cafeter¨ªas- de la gran ciudad, los bancos atendieron a sus clientes y los eternos tr¨¢mites burocr¨¢ticos no detuvieron su cansino peregrinar por los despachos de la Administraci¨®n.
No fue as¨ª a las tres de la tarde, cuando columnas de autobuses y camiones procedentes del paralizado cintur¨®n industrial y del interior de la provincia bonaerense convergieron sobre el centro de la capital concentr¨¢ndose en la avenida Nueve de Julio, al pie del gran obelisco que simboliza a la ciudad, para escuchar a los cosecretarios de la CGT, Sa¨²l Ubaldini y Osvaldo Borda. Los organizadores del acto cifraron la concurrencia en 350.000 personas; la agencia Diarios y Noticias la estim¨® por cuadriculaci¨®n en 120.000, y la agencia Noticias Argentinas elev¨® la ¨²ltima cifra hasta 150.000.
Discurso de Ubaldini
Sa¨²l Ubaldini, interrumpido constantemente por los c¨¢nticos sincopados de "?goril¨®n, goril¨®n, / goril¨®n, goril¨®n, / sal¨ª de la Rosada, que es la casa de Per¨®n!", "iolel¨¦, olal¨¢, / si el Fondo quiere plata, que se ponga a laburar!", o "?el que no salte es un radical!" -y hasta Ubaldini, en la tribuna y frente al micr¨®fono, se puso a dar saltos-, pronunci¨® un discurso efectista, animador de la multitud que le escuchaba, dialogando chistosamente con ella, con continuas referencias al helic¨®ptero de la Polic¨ªa Federal que sobrevolaba la concentraci¨®n -"debe de ser el ministro del Interior, que es corto de vista"-, y fuertemente cr¨ªtico con "la usura internacional" y el Fondo Monetario.Resalt¨® el crecimiento del n¨²mero de desempleados, la ca¨ªda del salario real, la desigualdad en la atenci¨®n a las provincias, y afirm¨® que las exigencias de la CGT eran deso¨ªdas por el Gobierno; "les vamos a enviar el pr¨®ximo memor¨¢ndum", grit¨®, "en ingl¨¦s, a ver si as¨ª lo entienden". Ya definitivamente entregado al coro de manifestantes, aludi¨® al Plan Alimentario Nacional (PAN) -distribuci¨®n gratuita de alimentos organizada por el Gobierno y entregados a las amas de casa en situaci¨®n precaria- en los siguientes t¨¦rminos: "No queremos la limosna del Gobierno radical; que se metan en el culo todas las cajas del PAN".
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