Una valiente 'tanghedia'

Venecia premia ahora a Francisco Solanas por Tangos, l'exil de Gardel, despu¨¦s del premio en Cannes a Norma Aleandro por su interpretaci¨®n de una madre que descubre que su hijo adoptivo es fruto de una desaparici¨®n.

La primera comprobaci¨®n ser¨ªa la que celebrara esa resurrecci¨®n de la cinematograf¨ªa argentina, que, despu¨¦s de una dictadura sangrienta, se descubre con enormes ganas de discutir y reflexionar sobre su pa¨ªs, su cultura y su dram¨¢tica historia reciente. Una segunda consideraci¨®n lo merece el hecho de que Tangos, l'exil de Gardel sea una coproducci¨®n francoargentina, rodada entre Par¨ªs y Buenos Aires, hablada en dos idiomas y expresi¨®n del exilio y de la solidaridad que genera.

El director empez¨® con La hora de los hornos, una peligrosa mitificaci¨®n revolucionaria-populista del peronismo, y redescubre ahora los valores de una cultura nacional, prefiriendo Carlos Gardel al general Per¨®n, por decirlo esquem¨¢ticamente.

El mayor m¨¦rito de Tangos, l'exil de Gardel radica en su atrevimiento y valent¨ªa. Solanas ha puesto en pie una tanghedia -neologismo en el que coinciden el tango, la tragedia y la comedia- en la que se dan la mano los hechos y su comentario, el exilio y su representaci¨®n art¨ªstica. La mezcla de cr¨®nica, musical, onirismo, comedia bufa y drama no siempre es perfecta, pero no falta vitalidad.