La ceremonia del t¨¦
La esposa del presidente Felipe Gonz¨¢lez, Carmen Romero, realiz¨® ayer en los jardines del palacio de Nijo, en Kioto, la met¨®dica ceremonia del t¨¦. Mientras tres japonesas vestidas con quimonos tocaban el okoto (instrumento de cuerda tradicional nip¨®n), dos mujeres m¨¢s le ayudaban a prepararlo, y Gonz¨¢lez y su s¨¦quito recib¨ªan un espumoso cuenco de t¨¦ verde, una oblea dulce y un wagashi (pasta de frijoles cocidos con mucho az¨²car y cubierta con pasta de arroz).Un estudiante espa?ol de la disciplina del chado vestido con un quimono traduc¨ªa a Gonz¨¢lez los promenores de la ceremonia. El chado es una disciplina que comenz¨® en el siglo XV y que los japoneses cultivan con parsimonia,. habiendo encontrado en ella una forma de relajaci¨®n y b¨²squeda de la tranquilidad interior.
Desde el siglo XV hasta ahora, el chado se ha convertido en toda una multidisciplina que no s¨®lo regula la propia liturgia de la preparaci¨®n y servicio del t¨¦ -liturgia que Carmen Romero sigui¨® ayer con fuertes risas que se impon¨ªan al pausado sonido del okoto-, aplic¨¢ndose tambi¨¦n ' al dise?o de utensilios, cuartos de t¨¦ y jardines, as¨ª como a la propia creaci¨®n literaria.
La Fundaci¨®n Urasanke -que rigen los sucesores de Sen Rikyu, creador del chado, emparentados con la familia imperial nipona- se encarg¨® de la exhibici¨®n. En esta fundaci¨®n, una quincena de estudiantes occidentales aprende durante tres a?os el camino del t¨¦ j unto a j¨®venes japoneses.
Felipe Gonz¨¢lez -como su esposa, Carmen Romero- parec¨ªa m¨¢s divertido que conmovido por la ceremonia. Al final, cuando su esposa le sirvi¨® el cazo de t¨¦ verde, acompa?¨¢ndolo de una breve inclinaci¨®n de cabeza, se limit¨® a comentar mientras re¨ªa: "Te voy a poner a hacer esto todas las tardes a las cinco".
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