Un sintetizador para Stevie Wonder

Conoc¨ªa los prodigios de Ray desde que empez¨® a utilizar su m¨¢quina para leer libros en voz alta a los ciegos. Por eso lo invit¨® un d¨ªa a su casa de Los ?ngeles para contarle su sue?o: un sintetizador de teclado que reprodujera fielmente los sonidos del piano y los de todos los dem¨¢s instrumentos de la orquesta. El investigador acept¨® el reto y en un a?o fabric¨® el prototipo del Kurzweil 250, un sintetizador digital capaz de reproducir el sonido de un centenar de instrumentos, desde un piano de cola de tres millones de pesetas hasta, con solo apretar un bot¨®n, un cuarteto de cuerda, un toque de trompeta, un conjunto coral o una orquesta completa.Kurzweil define las cualidades de su sintetizador cuando afirma que "re¨²ne la posibilidad de control art¨ªstico que proporcionan los instrumentos electr¨®nicos junto a la riqueza y complejidad de los instrumentos ac¨²sticos. Y tambi¨¦n va a permitir desarrollar nuevos tipos de m¨²sica o instrumentos desconocidos, cuyos sonidos tienen la misma calidad que los ac¨²sticos".

Su filosof¨ªa, basada en una sabia combinaci¨®n de elementos comerciales y humanistas, parte de que "no basta con lanzar una nueva m¨¢quina, sino que tambi¨¦n debe resolver un problema y ser f¨¢cil de usar". Y es que, como ¨¦l mismo afirma, "una cosa es fabricar una m¨¢quina que suene como un piano y otra muy distinta fabricar un instrumento que los m¨²sicos puedan tocar sin ser expertos en inform¨¢tica".

Asume el aspecto comercial de sus desarrollos e incluso recomienda a los inventores que deseen triunfar "que estudien bien el mundo de los negocios". Predicando con el ejemplo, Kurzweil tiene un eficaz equipo de relaciones p¨²blicas que se encarga de vender su imagen, recordando la afici¨®n del inventor a la ropa italiana elegante, a tocar al piano m¨²sica cl¨¢sica y a componer poemas por computadora, imitando el estilo de los grandes maestros.