Un nuevo accidente n¨²mero provoca la muerte de otros dos trabajadores en la explotaci¨®n asturiana 'La Rasa'
Otros dos mineros fallecieron ayer a consecuencia de un derrumbe ocurrido en la explotaci¨®n La Rasa, en Tineo (Asturias). La nueva tragedia en la miner¨ªa asturiana se produce cuando a¨²n no ha desaparecido el estremecimiento por el accidente registrado hoy hace 10 d¨ªas en la Confiada, en Tudela Vegu¨ªn, y casi a la vez que se proced¨ªa a dar sepultura al cuerpo de Marcelino Garc¨ªa Vigil, el primero de los mineros rescatados. La brigada sac¨® ayer al exterior los cuerpos de otros dos trabajadores, Antonio Berjano y Lisardo Riera.
Dos mineros de la explotaci¨®n La Rasa, en Tineo a unos 80 kil¨®metros de Oviedo, perdieron ayer la vida al desprenderse sobre ellos una pieza de carb¨®n de tres metros de ancho por seis metros de alto desde la octava a la novena galer¨ªa d¨®nde se encontraban llenando el ¨²ltimo vag¨®n tres mineros. Uno de ellos result¨® con heridas leves de las que se recuperaba favorablemente en el centro m¨¦dico de Tineo donde qued¨® internado.Los mineros muertos, que fueron rescatados inmediatamente del interior de la galer¨ªa, son Luis Su¨¢rez Luengo de 50 a?os, casado, vecino de Barzana, y Balbino Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez, casi un ni?o, de 19 a?os, soltero y vecino de Casta?eda. La Rasa es propiedad de la empresa Antracitas de Tineo y cuenta con una plantilla total de 93 trabajadores. Fuentes de la empresa comentaron que era el primer accidente que se recordaba hubiera ocurrido en esta explotaci¨®n.
Con estas dos nuevas muertes la estad¨ªstica negra de la miner¨ªa asturiana se eleva en lo que va de a?o a 29 accidentes mortales. En el conjunto del pa¨ªs los mineros que han perdido la vida en accidente desde enero de 1985 hasta ahora suman ya 59. Las tr¨¢gicas circunstancias que atraviesa la miner¨ªa este a?o han provocado que el sindicato Comisiones Obreras suspenda en se?al de duelo su fiesta de los mineros que ten¨ªan previsto celebrar este mismo fin de semana. Por su parte, el Principado
de Asturias ha declarado hoy d¨ªa de luto.
Fuerte impresi¨®n
La noticia de esta nueva tragedia en Asturias caus¨® una fuerte impresi¨®n en las personas que esperaban ayer el rescate de los mineros que a¨²n quedaban sepultados en la mina La Confiada, en Tudela Vegu¨ªn. La tragedia se supo casi al mismo tiempo en que la brigada de rescate lograba sacar el cad¨¢ver de Antonio Berjano. Posteriormente, se logr¨® extraer el cuerpo de un minero m¨¢s, Lisardo Riera, de 23 a?os.
Sus cuerpos fueron introducidos en el ata¨²d en el interior mismo de la mina y fueron sus compa?eros quienes se encargaron de realizar esta tarea. La identificaci¨®n de los mineros present¨® algunas dificultades debido a los efectos que la larga permanencia entre el carb¨®n hab¨ªa causado en sus cuerpos. Sus objetos personales, y muy especialmente el n¨²mero de sus l¨¢mparas de trabajo fueron de terminantes para saber de qui¨¦n se trataba. A ¨²ltimas horas de la tarde de ayer, despu¨¦s de diez d¨ªas, s¨®lo quedaba por recuperar el cuerpo de Juan Antonio Rodr¨ªguez Jamart, que ni siquiera hab¨ªa podido ser localizado por el equipo de salvamento.
Para esta tarde est¨¢n anunciados los entierros de los dos mineros cuyos cad¨¢veres fueron rescatados ayer. Se da la tr¨¢gica circunstancia de que ¨¦ste era precisamente el d¨ªa previsto para la celebraci¨®n de la boda de la hija de uno de ellos: Antonio Berjano que ¨ªba a ser el padrino.
Ayer, centenares de mineros no acudieron a su puesto de trabajo para poder asistir al entierro de Marcelino Garc¨ªa, el joven rescatado el viernes de la mina La Confiada. Una impresionante multitud se agolp¨® desde primeras horas de la ma?ana ante la casa del minero y recorri¨® la peque?a distancia que le separaba del cementerio Sus amigos y compa?eros abrieron el cortejo f¨²nebre llevando en sus manos m¨¢s de un centenar de coronas y ramos de flores. Tras el ataud, llevado a hombros por los propios mineros, su esposa y familiares trataban in¨²tilmente de contener las l¨¢grimas.
Ni un murmullo
Al llegar a la larga escalinata que da acceso a la iglesia se form¨® un pasillo de coronas f¨²nebres, a trav¨¦s del cual pas¨® el f¨¦retro hasta el interior del templo. Durante el trayecto no se oy¨® ni un murmullo. S¨®lo el pausado rozar de los pies sobre las piedras mojadas, y, muy de vez en cuando, el sollozo apenas contenido de los familiares que caminaban detr¨¢s del ataud.
Su mujer, Andrea, de 23 a?os, con admirable entereza, los ojos enrojecidos por el llanto acompa?¨® el cuerpo de su marido hasta el cementerio. All¨ª bes¨® el ataud. Una fin¨ªsima lluvia hab¨ªa estado cayendo durante toda la ma?ana sobre el pueblo de Tudela Vegu¨ªn.
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