Importantes voces disidentes temen en EE UU que el arma antisat¨¦lite abra el camino a la guerra en el espacio
El j¨²bilo de la Administraci¨®n Reagan y del Pent¨¢gono por el ¨¦xito de la primera prueba ,de la pol¨¦mica arma antisat¨¦lite contra un objetivo en el espacio ha sido respondido inmediatamente con las dudas de quienes creen que el Gobierno ha emprendido un camino equivocado que complicar¨¢ los actuales intentos de control de armamentos. Cient¨ªficos, antiguos responsables de negociaciones con la URSS sobre limitaci¨®n nuclear y congresistas dem¨®cratas dijeron ayer que la prueba ASAT es un golpe al proceso de control de armas, y expresaron su temor de que conduzca a una carrera militar en el espacio.
Los militares sostienen, sin embargo, que el experimento era necesario para corregir "el serio desequilibrio" existente entre las capacidades antisat¨¦lite de las dos superpotencias. La URSS cuenta desde principios de los a?os setenta con un arma antisat¨¦lite que ha probado en bastantes ocasiones. Los expertos estadounidenses consideran, sin embargo, rudimentario su sistema de lanzamiento y su precisi¨®n. Para la Casa Blanca, la prueba ASAT ser¨¢ "un incentivo" que persuadir¨¢ a la UR SS a negociar m¨¢s seriamente la limitaci¨®n de este tipo de armas y de otros sistemas nucleares.Esta teor¨ªa refuerza la impresi¨®n de que Reagan dio la luz verde a la prueba por motivos pol¨ªticos y para contar con una baza m¨¢s de negociaci¨®n y presi¨®n sobre los sovi¨¦ticos, cara a la cumbre de noviembre en Ginebra y a las negociaciones que se reanudan esta semana en Berna.
Reagan despidi¨® el viernes a los negociadores norteamericanos en Ginebra con una declaraci¨®n en la que urge a Gorbachov a presentar "propuestas concretas", que traduzcan su sugerencia de aceptar una dr¨¢stica reducci¨®n de sus arsenales nucleares. El presidente no dio ninguna indicaci¨®n de un cambio de postura en la negativa a negociar limitaciones en el pol¨¦mico sistema de defensa en el espacio, que bloquean el di¨¢logo con Mosc¨².
Paul Warnke, el principal negociador norteamericano en el tratado SALT II, critic¨® ayer la bondad de la prueba antisat¨¦lite y neg¨® que fuera a ayudar a la posici¨®n negociadora de EE.UU. "?Cu¨¢l hubiera sido nuestra respuesta, se pregunt¨® Warnke, si los sovi¨¦ticos hubieran experimentado con ¨¦xito un arma que les concede una superioridad en el espacio alegando que sirve para ablandar nuestras posiciones? ?No hubi¨¦ramos tratado de igualar sus capacidades?".
Warnke uni¨® su firma ayer a la de otras personalidades, entre las que se encuentra el ex director de la CIA William Colby, el ex secretario de Estado, Cyrus Vance, John Kenneth Galbraith y varios expertos en seguridad nacional, en una declaraci¨®n que solicita a Reagan que busque una salida al problema del control de armamentos en su pr¨®xima entrevista con Mijail Gorbachov.
Los firmantes del documento critican la actitud de la Casa Blanca por presentar la cumbre como un mero encuentro para que se conozcan los dos l¨ªderes, y donde no se pueden alcanzar acuerdos importantes. En su declaraci¨®n, proponen una moratoria en las pruebas ASAT, que se contin¨²en respetando los acuerdos SALT II y mantener y reforzar el Tratado de Antimisiles Bal¨ªsticos (ABM). El Congreso ha permitido al Gobierno dos nuevas pruebas antisat¨¦lites en los pr¨®ximos 12 meses. Es dudoso que la siguiente sea realizada, por motivos t¨¦cnicos, antes de la cumbre. La Fuerza A¨¦rea estima que necesita ejecutar seis experimentos m¨¢s para que el arma probada el viernes, y calificada por Weinberger de "sistema prometedor", sea operacional.
Detalles t¨¦cnicos
El hist¨®rico impacto de la primera prueba de un arma antisat¨¦lite contra un blanco real en el espacio se produjo a una altura de unas 300 millas (el dato exacto se mantiene en secreto) sobre un punto del oc¨¦ano Pac¨ªfico. Eran las 16.42 del viernes 13 de septiembre (hora de Washington), las 20.42 (hora peninsular), cuando cesaron simult¨¢neamente las se?ales de telemetr¨ªa del objetivo, un viejo sat¨¦lite militar no operacional, y del arma ASAT, un prodigio de la miniaturizaci¨®n electr¨®nica. Era la se?al de que el proyectil hab¨ªa hecho blanco.
Hubo aplausos en la sala de radar de la base de Vanderberg, en California, desde donde horas antes hab¨ªa despegado un F-15 con el misil, de dos fases, colgado bajo su fuselaje.
Inmediatamente, la noticia le fue comunicada al presidente Ronald Reagan, que la esperaba en el despacho oval de la Casa Blanca, para montar en un helic¨®ptero e iniciar su habitual fin de semana en el refugio presidencial de las monta?as de Camp David.
Los periodistas tuvieron que esperar a¨²n 45 minutos, hasta que el teniente general Bernard Randolph, segundo jefe del Gabinete de Investigaci¨®n de la Fuerza A¨¦rea, conteniendo a duras penas la euforia, les comunicara en el Pent¨¢gono que la prueba hab¨ªa sido un ¨¦xito completo.
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