Una inmensa habitaci¨®n para el impresionismo
Ya desde hac¨ªa muchos a?os, los responsables de la direcci¨®n de museos de Francia estaban preocupados por las condiciones en que se expon¨ªan en Par¨ªs algunas colecciones nacionales.Terminada la II Guerra Mundial, el amontonamiento del Louvre oblig¨® a trasladar a los impresionistas al Jeu de Paume, que, a su vez, se qued¨® pronto peque?o gracias a las donaciones. Cada vez parec¨ªa m¨¢s urgente la necesidad de crear un museo consagrado exclusivamente al siglo XIX, sobre todo despu¨¦s de que se decidiera dedicar la totalidad de la Orangerie a exponer permanentemente la colecci¨®n W. Guillaume.
Lugar adecuado
La cuesti¨®n era encontrar el lugar adecuado. Salvada de la demolici¨®n en 1974, tras agitadas pol¨¦micas, la antigua estaci¨®n de Orsay parec¨ªa ser el sitio ideal. En 1977, el Gobierno de Giscard decidi¨® restaurarla y dedicarla, por fin, a museo del siglo XIX, una especie de puente entre el Louvre y el Centro G. Pompidou (en la ¨¦poca, todav¨ªa en construcci¨®n), que reunir¨ªa obras del per¨ªodo 1848-1914, procedentes del Louvre, el Jeu de Paume, el Palais de Tokio y diversas colecciones, donaciones y reservas.
Proyectado para ser un museo diferente, ser¨¢ al parecer un modelo por lo que respecta a las m¨¢s modernas normas museogr¨¢ficas: acogida de visitantes, servicios de documentaci¨®n y biblioteca, sala de actualidad, sala de espect¨¢culos (330 plazas), proporci¨®n entre espacios, exposici¨®n y ¨¢reas de servicio, circulaci¨®n interior (a lo largo) y sistemas supersofisticados de iluminaci¨®n, seguridad y aireaci¨®n (23 centrales de tratamiento de aire, un mill¨®n de metros c¨²bicos por hora).
Con una superficie ¨²til de 45.000 metros cuadrados (sus dimensiones totales son 175 metros de largo, 75 de ancho y 35 de altura), estar¨¢ distribuido en tres niveles, accesibles desde la impresionante nave central (los antiguos andenes de la estaci¨®n), a partir de la cual se establecer¨¢n los recorridos cronol¨®gicos para "hacer comprender una ¨¦poca y su evoluci¨®n".
Por lo que respecta a la pintura, comenzar¨¢ con el romanticismo, para abarcar luego todas las tendencias del siglo. Comprender¨¢, por tanto, la totalidad de las obras maestras del impresionismo, posimpresionismo y los Nabis.
En escultura, la colecci¨®n va de Carpeaux a Maillot, y estar¨¢ expuesta en terrazas acristaladas, como una especie de jardines de escultura.
La importancia de la arquitectura y el urbanismo del siglo estar¨¢ puesta de relieve en una secci¨®n (a cinco niveles), que insistir¨¢ sobre todo en las exposiciones universales. Adem¨¢s de temas monogr¨¢ficos, H. Guimard, Garnier, A. Perret, y otros autores. Ilustrar¨¢ aspectos como Wagner y Viena, Burnham y Chicago, por ejemplo.
Naturalmente, no pod¨ªa faltar el arte de la decoraci¨®n (segundo imperio, art nouveau), con Horta, Van de Velde, escuela de Nancy (Galle y Mejorelle, entre otros), as¨ª como la fotograf¨ªa, una de las grandes invenciones del siglo, y espacios permanentes dedicados a la Prensa y el libro, sobre todo ilustrado, carteles y cine.
Las exposiciones temporales (1.200 metros cuadrados) se estructurar¨¢n alrededor de temas como M¨²sica y literatura y su correspondencia con las artes pl¨¢sticas, Selos Nabis y el teatro, por ejemplo, con el fin de tratar, poco a poco, todos los aspectos significativos de la creaci¨®n del siglo.
Museo Picasso
Un proyecto no gubernamental, sino del Ayuntamiento de Par¨ªs, es el Museo Picasso, que el pr¨®ximo d¨ªa 23 de septiembre ser¨¢ inaugurado oficialmente, y cinco d¨ªas m¨¢s tarde abierto al p¨²blico, (v¨¦ase EL PA?S del 5 de septiembre). En 1975 el Ayuntamiento aprob¨® la creaci¨®n de un Museo Picasso con sede en el palacio Salado, propiedad del consistorio desde 1974.
M¨¢s de 3.000 piezas del pintor espa?ol, as¨ª como obras de otros artistas de su colecci¨®n particular, se hallar¨¢n expuestas en este palacio, construido a mediados del siglo XVII y cuya restauraci¨®n ha costado m¨¢s de 200 millones de pesetas y casi 11 a?os de trabajo.
Babelia
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