General ?lvarez de Castro
Uno de los barrios m¨¢s castizos de la ciudad lleva su nombre en franc¨¦s, Chamb¨¨ry, Chamber¨ª, lo que a nadie debe sorprender en una urbe con tan dispersas se?as de identidad como el chotis, danza de origen escoc¨¦s recriada en el continente; la querm¨¦s, o el ex¨®tico mant¨®n de Manila.Para compensar su afrancesamiento, las calles chamberileras acogen a una nutrida representaci¨®n de h¨¦roes patri¨®ticos: Viriato, pastor lusitano; Eloy Gonzalo, el de Cascorro, creador avant la lettre del c¨®ctel molotov; don Juan de Austria o Palafox.
Al general ?lvarez de Castro, bravo defensor de Gerona, le ha correspondido la mejor suerte en el reparto, la calle encomendada a su tutela tiene dos hileras de ¨¢rboles en cada una de sus soleadas aceras, anchurosas y gratas para el paseo en invierno y el descanso de las terrazas en las calurosas noches del verano.
El tr¨¢fico es moderado, y la vida peatonal, activa pero sosegada; los vecinos suelen remolonear por los numerosos bares, inician espont¨¢neas tertulias bajo las falsas acacias, toman caf¨¦ de primera en el diminuto bar Italia, degustan las gambas de la Mina -las m¨¢s baratas de la ciudad-, prueban el marisco de El Ma?o, los huevos rellenos de Alaska, los desayunos del Gerba, recalan en el Kito, en el Pipol o en el Narcea, y a¨²n tienen, en tan escasos metros, un par de oportunidades m¨¢s de remojar el gaznate sin abandonar sus dominios.
Fernando Fern¨¢n-G¨®mez siente nostalgia por esta calle, en la que lleg¨® a habitar en tres domicilios distintos, y no descarta, sino que m¨¢s bien acaricia, la idea de afincarse de nuevo en ella.
Es f¨¢cil a?orar la paz casi buc¨®lica de este rinc¨®n neutral en el cogollo de la ciudad, calle mayor de un cuadril¨¢tero que forman Bravo Murillo, Abascal, Santa Engracia y Eloy Gonzalo; entra?a de Chamber¨ª, ca?ada que no hace mucho recorrieran las vacas lecheras de un establo cuyos pesebres ocupan hoy los autom¨®viles de un comercio del sector.
Locales tradicionales
A¨²n quedan establecimientos tradicionales como La Julia, Frutas y Verduras, cuyos reclamos reproducen algunos libros especializados y, a su lado, un bello portal modernista que utiliz¨® precisamente Fern¨¢n-G¨®mez en el rodaje de su incomprendida pel¨ªcula Mi hija Hildegart.
El componente ex¨®tico queda a cargo de una pizzer¨ªa terriblemente calurosa y del restaurante chino de Macao, en el que el arroz tres delicias tiene un inconfundible sabor a chorizo, lo que le da un punto muy apreciado por los gourmets tradicionales del barrio, y la cultura se refugia en los s¨®tanos de un almac¨¦n de saldos del que se nutren los vendedores ambulantes y en cuyas estanter¨ªas aparecen de vez en cuando obras curiosas, ediciones de lujo a precio m¨®dico y un vasto surtido de tebeos saqueados cotidianamente por la chavaler¨ªa.
Todo esto y mucho m¨¢s en un marco muy reducido pero superpoblado, porque detr¨¢s de las fachadas y de los pisos exteriores, cuenta esta calle en muchos de sus edificios con numerosas galer¨ªas interiores subdivididas en innumerables cuartos, ¨¢vidos de luz y sobrados de l¨®bregos pasillos, cuyos inquilinos procuran pasar el mayor tiempo posible en la calle, gozando del apacible paisaje.
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