Bobby Fischer, un retirado irreversible
Bobby Fischer, desde que conquist¨® el t¨ªtulo mundial en 1972, pr¨¢cticamente no ha aparecido en p¨²blico. Menos a¨²n, despu¨¦s de perderlo en 1975, al negarse a jugar con Anatoli Karpov. La ¨²nica actuaci¨®n relacionada con el ajedrez del genial jugador norteamericano fue en 1973, en Manila, cuando hizo la jugada de honor en la apertura de un torneo, movimiento por el que Florencio Campomanes -actual presidente de la FIDE, Federaci¨®n Internacional-, le dio 85.000 d¨®lares -unos 15 millones de pesetas-. Mientras en Mosc¨² juegan Karpov y Kasparov, los aficionados a¨²n lamentan su irreversible alejamiento.Hace aproximadamente a?o y medio -no se conoce la fecha exacta-, Bobby fue detenido por la polic¨ªa de Pasadena. Por su aspecto descuidado y barbudo le confundieron con un asaltatiendas. Pas¨® una noche en la jaula del sheriff local, y a la ma?ana siguiente logr¨® demostrar su identidad cuando ya hab¨ªa sido detenido el verdadero delincuente. Esto fue un golpe muy duro para ¨¦l, y escribi¨® un op¨²sculo sobre la "mentira del sistema norteamericano", que hoy vende por correo a todos los interesados previo env¨ªo de un d¨®lar.
En 1972, la compa?¨ªa cinematogr¨¢fica Fox present¨® una demanda contra ¨¦l por 22 millones de d¨®lares -unos 3.700 millones de pesetas-, despu¨¦s de que Fischer impidiera que le filmara el mundial, rompiendo el contrato firmado. El abogado Marshall dej¨® el caso ante la "falta de inter¨¦s de mi defendido", y se dijo que Bobby empez¨® a estudiar leyes para llevar ¨¦l mismo las riendas del caso. Posteriormente, una paparazzi le demand¨® por agresiones cuando trataba de robar unas fotos del campe¨®n.
La importancia marginal del dinero para Fischer queda de manifiesto no ya s¨®lo en su pol¨¦mica con la Fox, sino en su negativa a hacer publicidad de un producto capilar por televisi¨®n, por el que le ofrec¨ªan 600.000 d¨®lares (tres veces m¨¢s de lo que gan¨® en el mundial). Fischer se neg¨® por la sencilla raz¨®n de que ¨¦l no pod¨ªa recomendar algo que no usaba, y no era cuesti¨®n de enga?ar al p¨²blico. Mark Spitz, triunfador en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich, s¨ª que se convirti¨® en un consumidor del capilar.
Renuncia
Su alejamiento del ajedrez parece definitivo, aunque no falta quien asegura que sigue al d¨ªa en todo lo relacionado con el mundo del tablero. No logr¨® imponer sus condiciones para el reglamento del Mundial de 1975. Quer¨ªa que el campe¨®n fuera el que ganara 10 partidas, cuando, por ejemplo, 10 a?os despu¨¦s Karpov no fue capaz siquiera de ganarle seis a Kasparov y ahora mismo, a¨²n menos.Fischer renunci¨® al t¨ªtulo por el que dedic¨® toda su vida, perdiendo as¨ª los tres millones de d¨®lares -unos 500 millones de pesetas- que ofertaba Campomanes para que Filipinas fuera sede del Fischer-Karpov. Pero Bobby ya no estaba interesado en seguir jugando.
Ha habido m¨²ltiples noticias sobre negociaciones para encuentros amistosos de Fischer con jugadores europeos: Gligoric, Tiniman, Korclinoi y otros, nunca llevados a la pr¨¢ctica.
Florencio Campomanes confirmaba, en unas declaraciones a la revista especializada Butlleti d'Escacs (bolet¨ªn de ajedrez de la Federaci¨®n Catalana), que desde 1975 ¨¦l hab¨ªa mantenido cuatro entrevistas secretas con Fischer y Karpov para estudiar una posible vuelta del americano. Ninguna dio resultado, y Fischer, aparte de solidarizarse con Korchnoi ante sus disputas con Karpov, sigue alejado, y se teme que para siempre, del ajedrez.
Hubo hace 100 a?os un norteamericano, Paul Morphy, que viaj¨® a Europa, gan¨® a los considerados mejores, alcanz¨® la cima y se volvi¨® a Nueva Orleans, donde falleci¨® el 10 de julio de 1884, despu¨¦s de haber sufrido graves trastornos mentales. Aunque Bobby siempre admir¨® al que consider¨® su predecesor, no hay por qu¨¦ hacer comparaciones.
La evaluaci¨®n Elo es un sistema matem¨¢tico que otorga puntuaciones indicativas sobre la fuerza de los ajedrecistas. Recientemente, Karpov ten¨ªa 2.705 puntos; Kasparov, 2.715, y Fischer, a 1 de enero de 1976, cuando desaparece de la lista, 2.780, el m¨¢s alto ¨ªndice en la historia del ajedrez y que, a juicio de los expertos, dif¨ªcilmente podr¨¢ ser alcanzado jam¨¢s.
El checo Lud¨¨k Pachman dec¨ªa, perplejo, despu¨¦s de observar los resultados de Fischer: "Como gran maestro, s¨¦ que esto es imposible, pero es que lo ha hecho". Fischer, de ni?o, ten¨ªa un coeficiente de inteligencia de 184 (superior a Einstein) y s¨®lo amaba el ajedrez. Alcanz¨® su sue?o, ser campe¨®n, y desapareci¨® sumido en sus propias contradicciones.
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