Pillaje disfrazado de socorrismo
Grupos de j¨®venes armados, disfrazados de miembros de servicios de socorro, recorren zonas devastadas de M¨¦xico para dedicarse al pillaje. Seg¨²n la polic¨ªa, los saqueadores, que act¨²an en bandas de 5 a 10 miembros, penetran velozmente en las calles cortadas al tr¨¢fico a bordo de autom¨®viles que llevan pintadas en sus chapas grandes cruces rojas. De esta forma saquean joyer¨ªas, comercios y viviendas abandonadas por sus moradores tras los terremotos que el jueves y el viernes de la semana pasada hicieron estremecerse la capital mexicana.
"Actuaremos sin compasi¨®n contra estos criminales, ya que esta clase de acciones es condenable bajo las actuales condiciones", seg¨²n dijo el alcalde de M¨¦xico, Aguirre Vel¨¢zquez.Fuentes policiales confirmaron el lunes la detenci¨®n de al menos 20 personas sospechosas de pertenecer a estos grupos de saqueadores, algunos de cuyos miembros fueron apresados tambi¨¦n por las fuerzas del Ej¨¦rcito desplegadas en las zonas de la cat¨¢strofe. Los jefes militares consultados renunciaron a decir cu¨¢ntos saqueadores hab¨ªan capturado. Los detenidos ser¨¢n juzgados por tribunales militares.
Controles policiales
Las fuerzas de seguridad han reforzado los bloqueos de las calles para controlar los accesos a las ¨¢reas m¨¢s da?adas. "Tenemos instrucciones de detener a cualquier persona que asegure ser un voluntario de los servicios de rescate s nos resulta sospechosa", afirm¨® un sargento de la Polic¨ªa.Algunos supervivientes que resid¨ªan en el edificio Nuevo Le¨®n, de 14 plantas, en el que al menos 150 personas murieron tras el terremoto, dijeron que algunos transe¨²ntes hab¨ªan peinado la superficie derruida buscando objetos de valor. En las inmediaciones de una cl¨ªnica destruida, una patrulla captur¨® a un ladr¨®n que robaba medicamentos y que fue inmediatamente detenido por la polic¨ªa.
Centenares de personas afluyen a los principales escenarios de destrucci¨®n, lo que hace muy dificil para la polic¨ªa el distinguir entre los saqueadores potenciales y los 50.000 verdaderos miembros de las brigadas de socorro.
Con el fin de prevenir los actos de pillaje, los principales barrios afectados han sido puestos bajo la vigilancia de soldados provistos de cascos y armas autom¨¢ticas. Los soldados recibieron instrucciones severas para mostrarse muy estrictos a la hora de impedir el acceso de civiles a las zonas devastadas, ¨²nicamente a los residentes que se acreditan probadamente se les permite adentrarse en estas ¨¢reas y circular por ellas. Parad¨®jicamente, la vigilancia es m¨¢s severa en los barrios m¨¢s pobres de la ciudad. Es en estas zonas donde las tentaciones de los delincuentes son mayores, ya que las familias all¨ª residentes acostumbran a depositar sus enseres en plena calle.
Invasi¨®n de objetos
En el barrio de Morelos, por ejemplo, las aceras han sido invadidas por los objetos personales de los damnificados. Entre estas gentes reina una cierta desconfianza hacia los soldados que vigilan los barrios.Refrigeradores, receptores de televisi¨®n y viejos muebles que pudieron conservarse tras los temblores de tierra, inundan las calles. La Prensa local atribuye a algunos grupos de soldados el pillaje de objetos de valor que quedaron dispersos tras los se¨ªsmos.
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