La l¨®gica de la situaci¨®n
LA DECISI?N de expulsar del territorio espa?ol a todas las personas identificadas como miembros del Frente Polisario y de clausurar las oficinas de representaci¨®n saharauis que funcionaban "en r¨¦gimen de tolerancia" en nuestro suelo es del todo l¨®gica despu¨¦s del ametrallamiento del pesquero El Junquito y la patrullera Tagomago, en aguas pr¨®ximas a las costas del antiguo S¨¢hara espa?ol, por unidades del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD). Esa doble agresi¨®n contra nuestros barcos viol¨® las m¨¢s elementales normas del Derecho Internacional, y en ellas perdieron la vida dos espa?oles y resultaron heridos otros dos marinos de la Armada. El Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez no ten¨ªa elecci¨®n: los hechos impon¨ªan como inevitable -disguste o complazca desde otros puntos de vista- la ruptura de las relaciones oficiosas con el Frente Polisario (una v¨ªa indirecta, hasta ahora, de mantener contactos con la RASD, no reconocida por Espa?a, aunque sea miembro de la Organizaci¨®n de la Unidad Africana) y la expulsi¨®n de nuestro territorio de las personas que hab¨ªan desarrollado en su nombre ese cometido. La devoluci¨®n de los seis tripulantes supervivientes del ametrallamiento de El Junquito, gracias a la prudencia de nuestro Gobierno y a la probable presi¨®n de las autoridades argelinas, no pod¨ªa modificar una decisi¨®n dictada por la l¨®gica misma de la situaci¨®n.Un comunicado del Ministerio de Informaci¨®n de la RASD ha hecho una virulenta cr¨ªtica de la "vil decisi¨®n" adoptada por el Gobierno espa?ol, enjuiciada amenazadoramente como "un acto criminal contra los pueblos saharaui y espa?ol", que expone "a centenares de pesqueros espa?oles a peligros sin precedentes" y "priva a miles de familias espa?olas del pan que obtienen gracias a las riquezas de las costas saharauis". Es lamentable ver que los representantes de un pueblo que luchan por una causa que consideran justa se entregan no s¨®lo a actos de pirater¨ªa contra los ciudadanos de un pa¨ªs del que siempre han obtenido -pese a los vaivenes pol¨ªticos- amistad y simpat¨ªa, sino tambi¨¦n a lajerga utilizada por los grup¨²sculos de ultraizquierda y del verbalismo revolucionario.
El departamento de propaganda de un Gobierno que aspira a obtener el reconocimiento diplom¨¢tico de Espa?a y de otras naciones de la comunidad. internacional acusa as¨ª a los medios de comunicaci¨®n de haber manipulado los "instintos animales" de la opini¨®n p¨²blica espa?ola, previamente insultada por haber padecido durante d¨¦cadas "un r¨¦gimen f¨¢scista". En el mismo tono paranoico, el comunicado afirma que El Junquito fue "enviado deliberadamente" a un punto preciso de las costas saharauis con fines provocadores. Si el Frente Polisario y el Gobierno de la RASD quieren obtener credibilidad internacional y apoyo diplom¨¢tico no pueden l¨ªaber elegido peores m¨¦todos.
Seg¨²n su punto de vista, la publicaci¨®n del anterior comunicado -"una declaraci¨®n objetiva, clara y sincera" que "explicaba" las circunstancias del doble ametrallamiento- y la entrega por el Frente de los seis rehenes -decisi¨®n "sabia'y responsable" dictada "por consideraciones humanitarias y sentimientos de nobleza", y "en la que no ha intervenido ning¨²n negociador espa?ol ni tampoco terceros"- hubieran debido ser argumentos suficientes para borrar el sangriento incidente. La suposici¨®n gratuita de que la violencia armada contra ciudadanos de este pa¨ªs puede ser perdonada en funci¨®n de convicciones ideol¨®gicas particulares o de elementos pol¨ªticos de otro g¨¦nero es no s¨®lo ingenua, sino del todo irritante. El corolario a la inveros¨ªmil salida del conflicto predicada porel Frente Polisario habr¨ªa sido que el Gobierno espa?ol extrajera las oportunas ense?anzas del incidente, prohibiera a los pesqueros espa?oles faenar en aguas autorizadas por el tratado de pesca con Marruecos y diera, de esta forma, un paso hacia el reconocimiento de la soberan¨ªa de la RASD sobre el territorio saharaui.
La decisi¨®n del Gobierno espa?ol se explica por razones mucho m¨¢s sencillas que la barroca construcci¨®n ideol¨®gica fabricada por los servicios de propaganda de la RASD. Con independencia de las responsabilidades espa?olas derivadas de la firma de los Acuerdos de Madrid y del viraje dado por los socialistas en su pol¨ªtica para el Magreb, el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez no pod¨ªa seguir manteniendo relaciones con una organizaci¨®n pol¨ªtica que se cree con derecho a asaltar nuestros barcos de pesca, a ametrallar nuestros buques de guerra y a matar a nuestros ciudadanos. Ni la soluci¨®n al delicado conflicto del S¨¢hara ni a las aspiraciones del Frente Polisario puede pasar por esos m¨¦todos ni por una ideologizaci¨®n del conflicto que en nada ha de favorecer al propio proyecto de la RASD.
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