Encarna Ruiz y Mar¨ªa Jos¨¦ de Lera
La canciller¨ªa espa?ola en Beirut, una de las m¨¢s peligrosas, se encuentra a su cargo
Ninguna ha venido hasta L¨ªbano por una vocaci¨®n de hero¨ªna, pero las circunstancias de este turbulento pa¨ªs las han colocado al frente de una de las m¨¢s peligrosas canciller¨ªas de Espa?a en el extranjero y ni siquiera cobran un plus de peligrosidad. Encarna Ruiz Maestro, leridana de 29 a?os de edad, y Mar¨ªa Jos¨¦ de Lera Garc¨ªa, asturiana de 32 a?os, abren y cierran la Embajada de Espa?a en el sector musulm¨¢n y occidental de Beirut, al que, por motivos de seguridad, no acuden ahora el embajador ni otros empleados.
Atender solas una representaci¨®n diplom¨¢tica situada en un pa¨ªs en guerra y cuyo titular, Pedro de Ar¨ªstegui, fue secuestrado hace un a?o para forzar la puesta de libertad de dos libaneses shi¨ªes condenados en Madrid a 23 a?os de c¨¢rcel por el fallido asesinato de un funcionario libio, no es un trabajo reposado y sin problemas, sobre todo desde que el Ministerio de Asuntos Exteriores impuso en julio dr¨¢sticas restricciones a la concesi¨®n de visados espa?oles.En vez de su obtenci¨®n en tan s¨®lo 48 horas, es ahora indispensable comunicar la solicitud a Madrid, que en principio contesta en el plazo de dos semanas, "aunque hasta que estuvo rodado el nuevo mecanismo sol¨ªa tardar hasta un mes", comenta Mar¨ªa Jos¨¦, plazo al que hay que a?adir el tiempo necesario para mandar a trav¨¦s de caminos tortuosos los pasaportes a la residencia del embajador, donde ser¨¢n firmados.
Aun as¨ª, Encarna, casada con un dentista shi¨ª, recuerda aquel gran estudiante barbudo correligionario de su marido que amenaz¨® con ocupar la Embajada hasta que le diesen el ansiado visado, a lo que le contest¨® que "si se atrev¨ªa a hacerlo no volver¨ªa en su vida a poner los pies en Espa?a, y aquel mastodonte acab¨® pidi¨¦ndome perd¨®n de rodillas".
Para Encarna, sin embargo, la vida cotidiana "es mucho m¨¢s traum¨¢tica que su trabajo, que, a diferencia de los bombardeos, no me quita el apetito".
Para Mar¨ªa Jos¨¦, sin embargo, uno de los peores recuerdos de sus dos a?os y medio de estancia en Beirut est¨¢ asociado con su profesi¨®n, que le oblig¨® a desplazarse, en la tensa noche del domingo 16 de junio, hasta la canciller¨ªa para poner un t¨¦lex informando a su ministerio de que los secuestradores del avi¨®n de la TWA norteamericano acababan de exigir, entre otras cosas, la excarcelaci¨®n de los dos presos shi¨ªes de Madrid.
"Menos mal", recuerda esta secretaria soltera, "que apareci¨® inesperadamente por casa, en busca de un techo para pasar la noche, un amigo que se hab¨ªa enfadado con su mujer y se ofreci¨® a llevarme en su coche hasta esa zona desangelada, sobre todo de noche, donde se encuentra la Embajada". "Nunca", a?ade, "me alegr¨¦ tanto de una disputa conyugal".
Ambas esperan, sin embargo, que el proyecto de Nabih Berri, l¨ªder de Amal y ministro de Justicia, de concluir con su hom¨®logo espa?ol un acuerdo que permita a los presos libaneses en Espa?a cumplir su condena en las c¨¢rceles de su pa¨ªs prospere pronto y la pareja de shi¨ªes encarcelados en Alcal¨¢-Meco sea devuelta, por fin, a L¨ªbano. "Porque, francamente", concluye Mar¨ªa Jos¨¦, "pasar estos tragos sin cobrar un plus de peligrosidad no merece la pena".
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